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Natasha.

Toda mi vida he estado rodeada de lujos. Mi padre tiene varias empresas y siempre anda en negocios. Vivimos en una casa muy grande, está equipada con todo; ya sea piscina, sala de entretenimiento, gimnasio, y varias habitaciones para las visitas.

Mamá no ha estado mucho en casa al igual que papá por su trabajo, y yo solo estoy encerrada en casa o rara vez salgo con mis mejores amigas Mía y Hillary.

Papá no me niega ningún capricho que tenga, pero últimamente ya no he estado presionándolo para que me los cumpla. Ya que mi novio Justin me ha dado consejos y me ha ayudado a no ser así, y si, era muy interesada en el pasado. Pero tanto Justin como mis amigas me ha ayudado a ver el mundo de una forma diferente.

Cómo paso la mayor tiempo estudiando nunca salgo, a veces me quedo viendo películas con mamá o invito a mis amigas hacer pillamadas. Aunque eso es cosa de niñas y adolescentes, nos gusta hacerlo. A ninguna de ellas ni a mis conocidos les gusta llevarme la contraria porque como estudio psicología, siempre estoy teniendo la razón y ganando las discusiones.

La casa siempre está rodeada por el personal de seguridad, y por dentro esta Julia la que se encarga de algunas cosas básicas en la casa, y Fred mi chófer.

Estaba estudiando y eran alrededor de las 8:00pm, estoy completamente sola en la casa y con un poco de música para no sentirme así; odio el silencio.
Estaba repasando algunas cosas de mi tarea en mi portátil, cuando repentinamente comienza a sonar el teléfono de la casa. En verdad hay varios, pero todos están conectados a la misma línea y fuí a responder al que estaba en el pasillo cerca de mi habitación.

—¡Si buenas! —respondí de forma muy normal.

“Estamos vigilándolos a ti y a tus padres. Hagan lo que hagan siempre estamos pisándole los talones y tarde o temprano pagarán con sangre.”

Quedé boquiabierta y entre en pánico. Ya que la voz de la persona al otro lado del teléfono estaba modificada para que no la puedan reconocer.
Mis rodillas se debilitaron, empecé a sofocarme y a mirar a los alrededores. Cuando nuevamente de repente escucho pasos subiendo las escalones hacia aquí, solté el teléfono y fuí corriendo a mi habitación y me encerré con seguro.

Estaba dando pasos hacia atrás lentamente para no ser percibida, la persona que estaba afuera comenzó a tocar la puerta y mi cuerpo reaccionó saltando hacia atrás.

—¿Hija estás ahí? —escucho a papá decir.

Al escuchar su voz me sentí más tranquila y corrí a abrirle la puerta para abrazarlo.

—¿Qué pasa cariño? —pregunta preocupado porque estaba nerviosa y asustada.

—Recibí una llamada de una persona extraña y me dijo que nos está vigilando, que pagaremos con sangre.

Papá al escuchar lo que le dije salió corriendo hacia la abajo y yo fui tras él.

—¡Henry, llamaron a mi y la amenazaron¡ —escucho y veo que le dice a su guardaespaldas que esta parado cerca de la entrada de la casa—. Sé que te dije que mañana empezarías, pero necesito que lo hagas hoy. Necesito que esta noche te quedes aquí con mi hija para que nada le pasé.

—¡Qué! —grité mientras baja los escalones y me dirigía a él.

—Cómo o escuchaste Natasha, Henry será tu guardaespaldas de ahora en adelante y no quiero quejas.

Fruncí el ceño de forma inmediata.

—¡Tenías que notificarme de eso papá! Además, no quiero que me asignes un guardaespaldas porque no lo quiero —le reclamé mientras miraba disimuladamente al guardaespaldas—. Sé cuidarme sola.

El Peor Guardaespaldas © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora