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El alfa sintió un deja vu una vez que atravesó la habitación y Jimin se abalanzó sobre él en un fogoso beso descargando todas las emociones que sentía, ansias, deseo, el instinto primitivo de quien era su pareja allí.

Yoongi abrió sus ojos en sorpresa absoluta, si bien tenía en mente que Jimin iba a "castigarlo" no se le había pasado por la cabeza esa especie de castigo, pero más pronto que tarde la sorpresa fue menguando hasta quedar completamente fuera de su sistema.
Sus ojos se cerraron y siguió el exigente de Jimin a la par.

Jamás había tenido la necesidad de besar a alguien por lo que aquel momento no podía ser comparado con ningún otro, pero el alfa estaba completamente seguro de que aún así, nada podría  ser mejor o igual que los labios húmedos y aterciopelados de Jimin sobre los suyos ejerciendo presión y acariciandolo con demanda.

—¿Esta era tu idea de castigarme por tener otro aroma? Si es así debería hacerlo más de seguido —susurró en el oído del zorro luego de romper el beso.

Jimin gruñó y atrapó un mechón de su cabello rubio con su mano para traerlo más hacia el y encararlo.

—Vuelve a tener otro aroma que no sea el nuestro  y juro que voy a arrancarte las bolas de un mordisco. —Yoongi observó lo hermosos que eran los ojos ambarinos de Jimin en la penumbra. Mágicos, atrevidos y con una carga espiritual demoledora.

Yoongi sonrió. Los instintos de pertenencia de Jimin estaban a flor de piel, podía sentirlo en cada toque y en cada beso. Dejó que sus manos recorrieran el pequeño cuerpo con caricias sensuales y lentas, no dejando pasar nada por alto.

Sus cuerpos cayeron con todo su peso sobre la cama pero ni siquera eso los detuvo. La temperatura comenzó a elevarse y los aromas de ambos explotaron con intensidad en aquel pequeño espacio.

El lobo dejó los labios de Jimin y comenzó a repartir besos y lamidas por todo su cuello, saboreando la tibieza y el dulzor de los frutos silvestres.

—A lo largo de todos mis años de vida jamás pensé mucho en esto de los mate, ni en el apareamiento, ni en una vida compartida. Casi no tenía tiempo para ello de todos modos, me limité a olvidarlo, después de todo esas cosas ocurrirían eventualmente.
Pero ahora, ahora mi cabeza y mis instintos no dejan de trabajar, mi lobo ruega por dejar su marca en tu cuello y ruega porque lo aceptes como tuyo.

Jimin jadeó ante las palabras que escapaban de la boca de Yoongi, aquel lobo remilgado se las estaba ingeniando para tocar todos los botones correctos en su interior.

—Tú... tú puedes dejar todas las marcas que quieras machote pero no te atrevas a parar. —Fue la respuesta de Jimin entre jadeos y suspiros, buscando de donde apoyarse hasta que decidió usar al lobo encima suyo como apoyo.

—No tenía  planeado hacerlo. —Decretó. Una de sus grandes y venosas manos se escabulló entre sus cuerpos para tocar el miembro del zorro que palpitaba dolorosamente contra sus vientres, su miembro estaba duro y caliente contra su palma y no pudo evitar soltar un ronroneó lleno de satisfacción, saber que él era el causante de aquello alimentó muy bien a su ego.

Totalmente entregados como estaban, sus ropas comenzaron a sobrar y sus manos ansiosas intentaban deshacerse de ellas. Una vez completamente desnudos Yoongi se separó apenas para poder tener una vista completa del cuerpo debajo suyo, el cuerpo de su amante.

—Déjame verte, déjame ver lo precioso que eres.

Pelaje rojo como el fuego comenzó a brotar de la piel de Jimin, su vientre, parte de su quijada y cuello eran de un blanco impoluto y su nariz adquirió un tono negro carbón.

Su mate era el ser más hermoso que habían visto sus ojos, era fuego y pasión hecha carne, sus yemas tocaban aquel suave pelaje como si fuera a romperse aunque sabía que eso no ocurriría.

—Yo también quiero verte. —Exigió Jimin y Yoongi no se lo negó, ambos, en sus formas semi humanas eran tan hermosos como en sus formas animales completas. Jimin se sentó como pudo, aún teniendo a Yoongi sentado entre sus piernas, para poder acariciarlo, sus manos picaban agradables sobre el pelaje negro del lobo—. ¿Puedes sentirlo machote? ¿Puedes sentir lo que nos está pasando?
No se lo que sea, es la primera vez que siento de esta manera...pero me gusta.

Sus ojos chocaron en miradas dulces y hasta podría decirse que cariñosas, Yoongi fregó su mejilla contra la palma de Jimin aceptando todo aquello y dando a partes iguales.

—A mi también me gusta lo que nos está pasando —susurró en tono confidencial antes de volver a unir sus bocas en un beso profundo, sin embargo, a diferencia de los primeros este tenía un matiz y un sabor distinto. Jimin volvió a acostarse llevando a Yoongi consigo en un apretado agarre.

Sus cuerpos se ondulaban juntos, con pasión y dedicación, sus miembros se rozaban exquisitamente. El calor del momento y los sentimientos que comenzaban a surgir estaban haciendo ebullición en sus sistemas quemando sus mentes y dejándolas completamente fritas.

Los dedos curiosos de Yoongi viajaron por la tersa espalda hasta llegar a aquella zona sensible del cuerpo de su mate, e introduciendo dos de ellos comenzó a estimularlo. Jimin se aferró  con fuerza al cuello de Yoongi, su respiración  comoenzo a ser irregular y no sabía cuanto más podría aguantar.

Y justo cuando pensó que ese sería su fin Yoongi sacó sus dedos y se sumergió en su interior de una sola estocada.

¿Era posible ver estrellas tras los ojos? Se cuestionó, porque eso era justo lo que estaba viendo mientras los cerraba  y se dejaba llevar por la maravillosa sensación que estar de aquella forma le otorgaba.
La cama comenzó a crujir pero no le dio importancia, nada tenía importancia más que lo que estaba ocurriendo en esos momentos. Yoongi se sujetó del cabecero para mayor estabilidad con una de sus manos y con la otra apretaba la cadera de Jimin contra su propia pelvis.

—No...no lo resisto más —jadeó Jimin sin aire al sentir un intenso cosquilleo en su parte baja, se iba a correr y que los dioses se apiadacen de él, aquello iba a ser intenso. Yoongi no se hizo esperar y aumentó el ritmo de sus estocadas, él también estaba irremediablemente cerca.

Uno, dos, tres...llegando al cuarto el cuerpo de Jimin se retorció con violencia debajo el suyo, su orgasmo lo arrolló con tanta fuerza que  llevó al final a Yoongi cuyos dientes picaron y sin más dejó su marca en la unión del cuello y hombro de su pareja.
Jimin gimió alto y agudo cuando un segundo orgasmo se encargó de él producto de la mordida.

Sus respiraciones eran erráticas y sus pechos se atropellaban con cada bocanada y antes de que los dos tuvieran la capacidad de razonar otra vez Jimin fue esta vez quien de un impulso guiado por su zorro dejó su marca en el pálido cuello de Yoongi.

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030320

Aquí, en este capitulo podemos apreciar como los sentimientos comienzan a nacer en nuestros testarudos mates ♡.

Espero que les haya gustado el cap, lo hice con todo el lov del mundo ♡♡♡♡.

-You're My Mate🍃-[yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora