Prólogo

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Prólogo
"Young and Beautiful" by Lana del Rey
Esto es una especie de prólogo.

La habitación está demasiado bien amueblada, huele a recién pulido, y casi resplandece con la
maldita luz del atardecer. Parece un aviso para algún trabajo de hogar y jardinería. Es hermosa,
por supuesto, con su piso de madera color miel y paredes de colores crema, ventanas pintorescas salpicando cada habitación y los muebles más felpudos y floridos (en el estilo
Barroco*, por el amor de Dios) agrupados en los patrones más ingeniosos.
Es lujoso y elegante. Y mierda, Louis lo detesta.
No porque no sea lindo-no es un idiota-sino porque lo que es. Lo que significa. Aquí está él,
habiendo mantenido una perfectamente tediosa, normal y económicamente responsable vida sin
el dinero de su padre (no, gracias) y ahora, según el acuerdo alcanzado entre sus queridos mamá
y papá en el no tan desagradable divorcio de hacía unos años, este último había tenido que
insistir en que Louis asistiera a la más extrañamente prestigiosa universidad que Inglaterra podía
ofrecer.
Sin presiones, claro.
Aún mejor, su querido padre ni siquiera había tenido el tupé de gastar en un apartamento para él
solo; sino que insistió en obligar a Louis a vivir en una de las suites de lujo excesivo-por-
compensación. Las que requieren un compañero de piso.
Entonces.
Louis no sólo se ve solamente forzado
a entrar a una universidad que estaba totalmente fuera de su área de experiencia (porque él era
ese tipo de mariposa social en el mundo natural, tenía un truco para hacer demasiados amigos),
sino que ahora estaba siendo obligado a compartir SU espacio con algún pendejo pretencioso
que tiene un montón de dinero y probablemente le gusta ejercer ese interesante rol de
superioridad. (No, no había conocido a su compañero de piso aún, y no, no necesitaba hacerlo
para comenzar a juzgarlo). Louis nunca había estado preparado para manejar este tipo de
situaciones con mucha gracia. Su madre siempre decía que su lengua mordaz sería su perdición,
ya que no era capaz de mantenerla a raya. Y "mantener a raya" es algo que Louis no hacía.
Con un golpe seco que estaba en total discordancia con los finos muebles, Louis deja caer sus
bolsos y maletas, suspirando dramáticamente mientras observa su entorno. Sintiéndose un poco
poético (este es, después de todo, el acto de apertura de su tragedia) mira hacia fuera, a los
antiguos edificios entrelazados con hiedra, asentados en el verde césped, vibrantes ante él. Su
habitación se encuentra en el suelo, observa una vez más con disgusto. Sus ventanas son
increíblemente bajas, tanto, que ofrecen fácil acceso a cualquier intruso encapuchado para saltar
adentro sin dificultad alguna. Uno podría, literalmente, estirar la pierna un poco por encima y
estaría dentro de su apartamento.
Simplemente excelente.
No es que Louis posea nada que estos Midas* pudieran querer. (Excluyendo su impecable estilo,
gracia y completa personalidad.
Por no mencionar la moral y su sólida ética en cuanto al trabajo). (Bueno, casi sólida).
"Oh, por Dios," dice una voz que viene de la puerta y Louis se da vuelta para ver a su mamá,
observando curiosamente su entorno, abriendo sus ojos para poder procesar todo.
"Lo sé. Es un poco demasiado, ¿no es así?" Louis mete las manos con fuerza en sus bolsillos.
"Es... es algo," respira en un tono bajo y Louis no se pierde la amargura, que esconde apenas, en sus palabras. "Tu padre ciertamente tiene un gusto especial para hacer las más 'llamativas' de las
elecciones." Hace una pausa. "Cuando se trata de su imagen pública."
Louis levanta una ceja. "Si, Charles lo tiene ¿no?" Le responde con delicadeza, haciendo especial
énfasis en el nombre.
Nunca se ha sentido particularmente cómodo con el término 'padre.'
Con un último vistazo impresionado por la ventana, suspira y se pasea lentamente haciéndose
hacia atrás. "Bueno, entonces. Sólo entremos."
Su mamá asiente, aún con sus ojos estrechados, antes de seguirlo por la puerta.
*
Su madre se fue después de que todas las cajas habían sido arrastradas a la nueva morada de
Louis, el cartón oscuro contrastaba con los marcos dorados y color ébano barnizado que no
tenían absolutamente ningún lugar en una suite del siglo 21 de una universidad.
De verdad-¿por qué mierda era todo color dorado? Es la universidad, no Versalles.
"¿Te veré pronto?" Su madre le preguntó antes de salir, su voz temblaba al borde de la fragilidad.
Louis asintió, haciendo
su mejor intento de no poner los ojos en blanco exageradamente. Era una buena persona,
realmente lo era-sostenía las puertas abiertas para las viejecitas y todo eso-pero su madre tenía
una afición con victimizarse y ser autoindulgente, algo que ni él ni sus hermanas podían soportar.
"Claro mamá. Volveré antes de que te des cuenta. Una mañana tan sólo te levantarás y ahí
estaré, sentado en la mesa y pidiendo mi desayuno."
"¿O podría visitarte yo?" Pronunció con una esperanza infantil.
"Mamá," Louis dijo, lanzando sus palabras con una paciencia fingida. "Te lo haré saber. Las
clases ni siquiera han comenzado. ¿Está bien?"
Ella asintió, sus ojos estaban tristes, mirándolo, implorando.
Bien. Hora de irse.
Sin delicadeza, Louis enredó impaciente sus brazos alrededor de los hombros de su madre.
"Gracias de nuevo, por todo. Adiós. Te amo." Presionó un rígido beso en su mejilla. "Dile a las
niñas que las extrañaré, pero sólo a veces. Échalas de mi habitación. Y mantén un ojo abierto,
¿sí? No te olvides de ellas."
Asintió. Sus ojos seguían tristes. "No lo haré. Adiós, Boo. Te extrañaré, cariño."
"¡Será mejor que te marches ahora! ¡El tiempo es oro!" Fue su respuesta, cantada en un tono
excesivamente chirriante.
La observó marcharse sólo por un momento antes de voltear para hacer la tarea en cuestión, su
mente seguía enfocada en las maletas que se esparcían en los pisos brillantes.
Entonces, ahora Louis está sólo, enfrentándose con montones de cajas, paredes que se burlan
de él y de sus nada elegantes zapatos, sin un compañero de habitación (no aún), y un
sentimiento de vacío muy real.
"Bueno," murmura, olfateando mientras explora su apartamento lujoso y sin esperanza. "Supongo
que aquí es donde todo empieza."

Cuando veas un asterisco * significa que al final del capítulo va a haber una explicación.
*Barroco: Fue en origen una palabra despectiva que designaba un tipo de arte caprichoso,
grandilocuente, excesivamente recargado.
*Midas: Rey de Frigia, que, de acuerdo con una historia, le fue dado por Dionisio el poder de
convertir todo lo que tocaba en oro.
Lista de reproducción de Youtube en link externo.

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