Tengo que mudarme...¡Otra vez!

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Sonaron los pitidos del despertador. Alcé mi brazo lo cogí con la mano y lo estampé contra el armario. Oí como los cachos del despertador tocaban el suelo, cuando el último resto tocó el parquet, suspiré calmada y me arropé más con el edredón, haciéndome una bola. La paz no duró mucho ya que mi hermana abrió la puerta y se abalanzó sobre mí.

-Abby, despierta- empezó a tirar de las sábanas y me dejo expuesta al frío de la habitación.

Gruñí y levanté mi cabeza. Allí estaba Laura con su típica sonrisa en la cara, su melena morena estaba recogida en un coleta dejando ver sus ojos marrones. Tenía un vestido negro que le llegaba hasta las rodillas y unas sandalias a juego- Vamos, hoy será un nuevo día. Estoy deseando que conozcas a Sam, te va a encantar- sus ojos brillaron y sonreí. Lo que puede hacer el amor, pensé. Siempre que hablaba de él tenía un brillo especial en la mirada.

-Sí, ya voy.- Laura salió de la habitación y me levanté de la cama.

Cogí un pitillo negro, una camiseta con estampado de leopardo en blanco y negro, mis converse negras y una chaqueta gris oscura. Me fui al baño y me duché. Cuando salí del baño con la ropa limpia, mi hermana estaba guardando mi pijama en la maleta lila. Me miró, sonrió y salió de la habitación con la maleta. Me dirigí a la salida y miré por última vez la habitación. Había pasado tres años desde que llegué y seguía odiando el color que dominaba la habitación.

<<Flashback>>

Llegamos a la casa nueva, cogí mi maleta y ande hasta la puerta principal. Mi hermana sacó la llave de la entrada y la abrió.

-Tu cuarto está arriba a la derecha. Mira a haber si te gusta.- me dijo mi hermana.

Subí las escaleras y me dirigí a la puerta de la derecha. Al abrirla me quede estupefacta. Todo era rosa chicle, la pared, las sábanas, el escritorio, la alfombra, el armario e incluso las cortinas de la ventana. Mi hermana me tocó el hombro y miró la habitación. Intentó aguantar la risa pero no pudo, no paró hasta que me vio la cara de "no hace ni puta gracia".

-Oh, vamos, creo que puedes cambiar....- nada, sólo traíamos ropa y cada vez que nos mudábamos traíamos solo lo esencial- puedes quitar las cortinas, pero ten cuidado cuando te cambies- Puso su mano en su boca para reprimir la risa. Es todo rosa, es todo rosa, ¡Es todo rosa!, pensé.

-Es todo rosa- dije. Mi hermana no pudo aguantar más y volvió a reírse. Entré dentro y cerré la puerta de un portazo.

<<Fin de Flashback>>

Sonreí ante el recuerdo. Cogí aire y bajé las escaleras. Salí al patio y me encontré con Hannah junto a Mike, mis únicos amigos, y el jefe de la manada con su esposa, Mark y Brenda.

Me despedí de Mike y Hannah. Y me dirigí a Brenda.

-Prométeme que no harás ninguna idea alocada-Sonreí, era como una madre para mí.- Y no te sobre esfuerces.

-Yo no prometo nada- Brenda rió y dijo:

-No cambies. Recuerda que nos puedes llamar cuando quieras- se apartó y vi a su marido

-La manada las desea buena suerte y un buen viaje- dijo serio. Sonreí y levante mis brazos hacía él. Me miró sorprendido.

-Oh, vamos, deja tu carácter de yo ser macho alfa a un lado y dame un abrazo- Mark sonrió y me abrazó.

-Ve con cuidado y cuídate. Regula tus ejercicios y no fuerces a tu leopardo.- Nos separamos y me di la vuelta- Ah, cuidado con los perros.

-Eso siempre- sonreí y me alejé, pero recordé algo- Ah, no te comas la cabeza eres un buen líder.

Él me respondió con una sonrisa y una afirmación con la cabeza.

Me subí al vehículo y Laura arrancó. Media hora después llegamos a la autopista.

-Queda un hora y media para llagar. Ayer empaquetaste y luego fuiste a hacer ejercicio durante tres horas ¿Por qué no duermes? Te despertaré cuando lleguemos- asentí, me acomodé en el asiento. Cerré los ojos y me dormí profundamente.

Oh, shut up!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora