La cena (I)

148 15 1
                                    

Tardé solo media hora en prepararme. Me di una ducha rápida de agua fría y me vestí con la ropa que había preparado hace diez minutos atrás, un vestido azul oscuro de palabra de honor y con volantes en la falda, que me llegaba por las rodillas, junto con unas medias negras y unas manoletinas, también, negras. Aviso, la mayoría de mi ropa es oscura.

Deje mi pelo castaño cobrizo suelto para que se me ondulara al aire libre y me dirigí a la entraba donde no había nadie.

-Vaya, ¡qué velocidad!- dijo Sam sorprendido mientras bajaba de las escaleras con un traje a lo Sherlock Holmes.

-¿Qué? Es que por ser mujer tengo que tardar más que un hombre.- dije molesta

-Eh, yo-yo no quería decir eso-dijo avergonzado. Sonreí

-Tranquilo, lo decía de broma- él alzó la mirada y me sonrió vergonzosamente

-Eres muy perversa, ¿lo sabías?

-No hace falta saberlo, me lo repiten mucho- iba a hablar pero mi nombre retumbo por toda la casa.

-¡Ya voy!- le conteste a Lilay con el mismo tono de su grito.

Subí las escaleras corriendo y me dirigí a mi cuarto. Abrí la puerta pero no estaba.

-¿Lilay?

-¡Aquí!- dijeron Lau y Lilay al unísono.

Fui a la habitación de Sam y mi hermana y la abrí. Allí me encontré una escena muy divertida. Lilay tenía su pelo castaño enredado con el de mi hermana. Solté una pequeña risita que disimulé con una tos falsa.

-¿Necesitáis algo?- pregunté inocentemente. Lilay y mi hermana me lanzaron una mirada que haría temblar hasta las paredes de miedo.- Vale, vale- me acerque lentamente a ellas intentado aguantar la risa. Mire el nudo- Si soy sincera, esto está fatal, aun que sean un par de mechones están muy bien entrelazados- empecé a tirar con fuerza. Cogí el cepillo e intente desenredar algo- ¡Como narices os habéis hecho esto!- exclamé. Lilay miro a mi hermana.

-Sin comentarios- dijo mi amiga. Suspiré.

-¡Chicas, cinco minutos y salimos!-grito Sam desde el primer piso.

-Siento decirlo pero hay que cortarlo.- las informé.

Mi hermana y mi amiga se encararon como si estuvieran hablando entre ellas con la mente, estuvieron así un rato hasta que Laura poso su mirada en mi

-Adelante- dijo decidida. Miré a Lilay esperando su aprobación, ella solo se limitó a asentir.

-¿Dónde guardáis las tijeras?

-En mi escritorio, hay un par- dijo Lilay

Oh, shut up!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora