El instituto

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-Ya he llegado -dijo Lilay desde la entrada.

Calmé a mi leopardo y los tres nos dirigimos a la entrada. Me encontré con una pareja cogida de la mano. La chica tenía el pelo castaño y unos ojos ámbar, por el olor  adiviné que era otro tigre (igual que su hermano),  llevaba  un vestido azul oscuro con diseño floral. Su acompañante masculino era un cambiante coyote, era rubio con ojos azules y vestía unos pitillos negros y un polo gris. Era solo un poco más alto que yo. Lilay  se acercó a mi hermana y a mí.

-Hola, soy Lilay Parker. Debéis ser Abigail y Laura- sonrió mostrando unos dientes perfectos - es un placer conocerlas.

- Lo mismo digo. Puedes llámame Abby- me dirigí al chico- ¿Y usted es...?

-Soy Dimitri, Dimitri Blank. Encantado – su voz era clara y serena, me produjo un escalofrío.

 Mi instinto felino quería atacarle, reprimí con todas mis fuerzas que ocurriera esa situación.  Lo único que me faltaba era matar  al novio de la hermana de, a lo mejor, mi futuro cuñado.

Se creó un silencio incómodo  entre los cinco hasta que Laura lo rompió.

-Lilay, Dimitri ¿Por qué no le enseñas a Abby el clan y las fronteras? Yo guardaré tus cosas.

-Claro, no hay ningún problema. Vamos- cogió el bolso y abrió la puerta principal.- ¿Hay algún problema con qué Dimitri venga con nosotras? -bajamos las escaleras del porche y tocamos el césped con los zapatos.

- No, ummm....es que no estoy acostumbrada a estar con caninos- me di la vuelta y Dimitri estaba hablando con Laura en la entrada. Volví a gruñir.

-Tranquila, no la hará nada. Le tengo totalmente domado- dijo Lilay, poniéndose entre mi hermana y yo.

Dimitri apareció por detrás y abrazó a Lilay, empezó a reírse y a removerse de sus brazos.- Para por favor, sabes qué odio las coquillas- Dimitri aumentó la presión y Lilay empezó a reírse a carcajadas.

-Con que me tienes domado, ¿eh?- Lilay se dio la vuelta y le plantó un beso. El coyote paró y respondió al beso y desvié la mirada para dejarles intimidad. Sam tosió y la pareja se separó.

-Bueno, hermano ya nos vamos -dijo la tigresa.

Sam iba a decirle algo a su hermana. Pero Lilay fue más rápida me cogió con una mano a mí y con la otra agarró a su novio y salió corriendo, dejando a Sam con la palabra en la boca.

Empezamos a correr como locos hacia un gran edificio, mientras corríamos la gente saludaba a LiIay  y ella solo levantaba una mano como respuesta. Cuando Lilay  frenó en seco cogí aire y vi que estábamos en la entrada de un gran edificio de dos pisos y una azotea, era de un color crema claro casi blanco.

-Esta...es... la biblioteca- dijo jadeando. Cogió aire y se sentó en las escaleras- No puedo más, estoy agotada- se tumbó en el suelo boca arriba.

-¡Ya¡ solo hemos corrido como unos cinco minutos- ella cerró los ojos y pasó de contestarme.

-A ella no le gusta hacer ejercicio- respondió Dimitri por ella-¿Por qué no vas a la fuente del parque y bebes un poco de agua?- le dijo a Lilay. La chica abrió los ojos y fue hacia la derecha.- Vamos te enseñaré  la biblioteca- miré a los lados solo estaba yo. Le miré extrañada, sonrió- Si, Abby es a ti.

Nos adentramos en el edificio, la cavidad principal era enorme. Nos dirigimos a la mesa de secretaría. La empleada era una anciana, tenía el pelo canoso, arrugas en la cara y ¡era totalmente humana!¿por qué iba a estar un humana relacionada con cambiantes?

-Hola, Martha- la secretaria alzó la cabeza y sonrió a Dimitri.

-Hola, cariño ¿Qué tal está tu familia?.

Oh, shut up!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora