Capítulo 2.

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-Un día Maya y yo caminábamos de noche por una calle estrecha, acabábamos de salir de una fiesta- comenzó a contarme- yo le había dicho que no tomará tanto pero no quiso escucharme, estaba muy tomada y yo también pero no tanto como para no percatarme de un señor bañado en sangre que estaba hecho un ovillo en la esquina del callejón, inmediatamente la borrachera se me paso y jale a Maya hacía mí, ella seguía sin darse cuenta de lo sucedido así que me insulto un poco porque la jale muy fuerte. Quise dar la vuelta y sacar de ahí a mi mejor amiga...

-Espera un momento- lo interrumpi -¿Quién es Maya y por qué es importante en la historia?

-Creo que es obvio ¿no? Era mi mejor amiga, el amor de mi vida, mi todo y él me obligo a matarla- dicho eso mis sospechas se aclararon.

-¿Quién es "Él"? ¿Quién te obligó a matarla?

-Aún no acabo apenas voy en el inicio  y por favor no me interrumpas que me queda poco tiempo- me dijo en tono despectivo.

Uf, este chico sí que está loco.

-Okey, continúa.

-Cuando intenté irme algo no me dejó,  tenía que ayudar a ese señor,  o almenos eso me decía mi subconsciente. Deje a Maya en un taxi y regresé a ver al señor pero ya no había nadie. Obviamente me asusté muchísimo y quise salir corriendo de ahí. Cuando di la vuelta el señor estaba parado a unos 15 metros de mí, bañado por la luz de la luna su aspecto era muy terrorífico,  los ojos casi saliendo de sus orbitas, la sangre corriendo de alguna parte de su cuerpo y las manos hechas puños en los costados. Toda esa sangre no podía ser solo suya. Con voz temblorosa le pregunté si le podia ayudar en algo, él no contestó,  sólo permaneció en la misma posición. Cuando estaba dispuesto a  salir corriendo me habló con voz entrecortada y me dijo " Ser desterrado no es el peor castigo, el peor castigo es seguirlo a él y ser vulnerable a nosotros". No sabía de que me hablaba y mis piernas no respondían. 

》De pronto corrió hacía mí y no pude hacer nada mas que tirarme al suelo y cubrirme el rostro, sentí que se subía en mi y perdí la vista. Algo caliente y espeso me cayó en la boca, al principio creí que era sangre pero me quemó, sentí que la lengua se me derretía y sabía como a azufre o algo parecido, gritaba y me retorcia pero lo que fuere que estaba encima de mí no se movía,  después de eso no recuerdo bien que pasó,  recuerdo que me levante y subí a un taxi, llegué a casa y discuti con mi madre por estar ebrio y me fui a mi habitación aunque no dormí,  estuve mirandolo toda la noche. No podía creer que estaba allí,  la ultima vez que lo había visto era hace 3 años antes de su muerte.

El caso de Benjamín HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora