9. Dos almas buscando amor.

13.4K 718 93
                                    

[Bakugo Katsuki x Reader]

Había rayado su piel. Era imperfecta y aún así seguía buscando salir de aquel pozo en el que ella misma se había hundido.
°°°°

Había un gran camino. Un camino por el cual constantemente avanzabas una y otra vez cada noche, tus sueños eran repetitivos y para nada tranquilizantes. Siempre estaba la tensión en el ambiente y la lucidez que tu mente tenía en ese preciso momento siempre se te hizo totalmente aterrador. ¿Cómo huir de algo que lo sentías tan real? Dudas que siempre arrinconaban tu mente y sin embargo jamás hacías un esfuerzo por responderlas.

Oh... Estaba pasando de nuevo. El camino se volvía rojo bajo tus pies y la ansiedad volvía a atacar tu cuerpo. Repetir las palabras que te habían tranquilizado en un principio no sirvieron esta vez, te hundiste en la nada mientras el rojo invadía tu visión, el camino desapareció y todo tu sueño se volvió un mar de sangre.

Te despertaste en medio de la noche. La oscuridad de tu habitación te abrazaba con dolor y la melancolía merodeaba en todo el ambiente. Intentaste moverte, sin embargo el dolor fue inmenso y preferiste quedarte así. Quieta, en medio de tu cama. Tu mano viajó suavemente a tu muslo y con una delicadeza que jamás habías usado tus dedos rozaron. Ardió y te odiaste en un milisegundo.

Tu mano buscó callar los sollozos, porque odiaste lo que habías hecho. El peso de tus acciones cayó en tus hombros como una piedra pesada y sin consuelo. Todas las penas arribaron tu corazón como una tormenta que no temía llevarse todo a su paso. Tus lágrimas caían una tras otra, mojando la almohada en la que tu cabeza reposaba, tus labios se mordieron con fuerza intentando no gritar aquel dolor infernal que invadía tu pecho. Te hundiste en tu propia miseria mientras las marcas ardían, dándote un recuerdo de lo débil y destructiva que eras.

Te dejaste hundir toda la noche por aquel peso de todos tus pecados cometidos hacia ti misma. Intentaste callar tu arrepentimiento y sufriste en silencio como te habías enseñado cada noche.

La luz del sol comenzaba a entrar por tu ventana. Tan lenta y calma que contrastaba con el ambiente melancólico que siempre arraigaba en tu habitación. Observaste como tu techo cambiaba de un negro a un naranja, para finalmente dar aquel amarillo brillante. Tus ojos estuvieron abiertos toda la fría noche, incapaz de cerrar los ojos ante el daño cometido.

Ya era tarde. Escuchaste tus alarmas sonar una y otra vez, sin embargo fue fácil ignorarlas. Miraste tu pecho en todo momento, buscando consuelo donde solo era concreto. Un suspiro abandonó tus agrietados labios y con la pereza habitando en tu cuerpo te levantaste lentamente de la cama, una mueca se mostró en tu rostro cuando tu pierna palpitó del dolor, un pequeño ardor soportable.

Lo ignoraste. Aún no te sentías lista para ver el daño que habías cometido.

Cuidadosa y temblorosa abandonaste la cama, apretando los labios cuando tu pierna fue estirada. Pues aquel líquido rojizo se había secado, pequeños piquetes molestos en tu piel. No lo miraste y simplemente caminaste a tu ropero, como una rutina de cada día. Tomaste tus mayas, tu uniforme y la cinta que había en el mueble. Después de todo esto te asomaste cuidadosamente, el pasillo estaba solo por lo que te apresuraste a entrar al baño. Te sentaste lentamente encima de la tapa del retrete y finalmente hiciste lo que habías evitado toda la madrugada. Tus ojos bajaron a aquel lugar.

Tu mano viajó a tu boca en segundos. Las cicatrices rojizas, acomodadas sistematicamente sin dejar algún espacio entre ellas. El morado alrededor de estas y la sangre seca dentro de esta las hacían ver doloroso, aquella zona inflamada. Levantaste la mirada recordando haber contando catorce.

One-shot's [Katsuki Bakugo x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora