10. Sobreviviente.

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Un alma en pena sin rumbo fijo alguno se encuentra con una estrella que acaba de nacer.

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Katsuki adoraba la calma por más sorprendente que fuera

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Katsuki adoraba la calma por más sorprendente que fuera. Su personalidad caótica y solitaria lo hacía alejarse de las personas, buscaba la paz y cuando se sentía bajo estrés solía gritar a todo mundo, lo cual era bastante seguido ya que las personas eran lo suficiente molestas como para sacarlo de quicio. Odiaba los lugares lleno de gente y prefería ser el primero en retirarse cuando salía con su pequeño y selectivo grupo de amigos.

Sin embargo esta vez había sido distinto. El de cabello rubio había preferido ser el último en retirarse de la casa de Ejiro. Era de noche y pacífico, la estación de metro se encontraba vacía y aquello significaba silencio absoluto. Algo que a Katsuki le agradaba. Espero paciente sentado en el banco de aquella estación. Sus ojos estaban atentos en su móvil, leyendo cada mensaje que era enviado al chat de grupo. A veces contestaba, otras simplemente leía.

Se sentía tranquilo y sin embargo pronto aquello cambió por un sensación de inquietud. Su cuerpo tembló ante la corriente de aire. Sus ojos carmesís recorrieron todo lo que tenía a su alcance de aquella estación. Encontrándose con la más pura soledad. Frotó sus manos intentando brindarse calidez y tal vez un poco de tranquilidad.

Era miedoso, debía admitirlo. Por más que le gustara la soledad esto estaba fuera de sus limites, era demasiado silencioso y no había ni una persona cerca. Además de sentirse vigilado, probablemente producto de su mente debido al miedo que comenzaba a sentir. 

Su ceño se arrugó aún más. Insultándose mentalmente por ser un llorica, intentando brindarse la valentía que realmente necesitaba en esos momentos.

Las voces automáticas del metro le hicieron dar un brinco. Avisando que el próximo metro se acercaba. Katsuki se levantó de su lugar y con cuidado se acercó un poco más a la orilla. Escuchando desde el túnel el sonido del metro acercándose.

El rubio volvió a frotar sus palmas y cuando las sintió lo suficientemente calientes tomó su teléfono y conectó los audífonos. Encendió su música y con cuidado se colocó uno de estos en una de sus orejas y justo cuando estaba a punto de hacer lo mismo con el otro un grito lo hizo estremecerse. Miró a su lado izquierdo buscando alguna señal de alguien, encontrándose con la nada, solo un largo pasillo solitario. Tragó saliva e intentando convencerse de que aquello no fue nada volvió intentar colocarse el audífono restante siendo totalmente interrumpido por el sonido de pasos... Pasos corriendo directamente a su dirección.

----¡Ayúdame, por favor ayúdame!---- gritó un hombre de traje aferrándose a él. Katsuki dio unos cuantos pasos atrás debido a la sorpresa ---- ¡Debes ayudarme, debemos salir de aquí! ¡tenemos que irnos!

----¿Qué mierda...?---- soltó Katsuki al ver al como las manos de aquel hombre estaban llenas de sangre ----. ¡No me toque, maldito loco!

---¡No lo entiendes, debemos irnos niño!---- exclamaba el hombre aferrándose al adolescente cada vez con más fuerza ----. ¡Ella me está siguiendo, estamos en peligro debemos correr!--- exclamaba una y otra vez completamente aterrado.

One-shot's [Katsuki Bakugo x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora