xiv. dejarte ir

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Continuidad: Universo Alterno de las temporadas 2, 3, 4 y 5 (¡Así es, abarcaré la siguiente temporada!). Spoilers de 4x19, "To Our Dead and Beyond." Sin embargo haré mi propia versión de los eventos. No esperen que lleven la misma secuencia de escenas que el episodio.

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xiv.

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"Debo

Dejarte ir."

-Trevor Something.

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Todo cambió después de su No-Cumpleaños.

La mansión se convirtió en una estrujante tortura a partir de la rueda de prensa.

Bastaron 48 hrs, para que Bruce encontrará difícil transitar por su propia cocina, por el estudio, los jardines, el gimnasio, y hasta en su propia habitación. A donde fuera que se dirigiera, había empleados. Gente trabajando en la decoración del salón, gente trabajando en los menús de la cena de recepción. Y afuera en el ejido, empleados dando mantenimiento a la Capilla Wayne para la posterior coronación de Jim Gordon como Consorte.

A pesar de sus quejas, Alfred, la cabeza de la operación, no prestó misericordia.

Pronto, Bruce descubrió el garaje como una de las pocas áreas restringidas en las que no sería molestado. Se convirtió en su asilo favorito. En más de una ocasión, huyó de sus citas con el sastre, para encerrarse dentro del BMW con la música a todo volumen.

Todo empeoró cuando se decidió que el viejo salón de baile necesitaría ligeras remodelaciones para llevar a cabo allí la Recepción.

Los sonidos de construcción fueron constantes por cuatro días seguidos.

Su aguante se quebró al quinto día.

Después de desayunar un plato con cereal, de pie en una esquina del gimnasio, Bruce rellenó una mochila con herramientas indispensables, se metió al BMW y se dirigió a la ciudad sin avisarle a nadie.

Decidió darse una vuelta por Saturn, el club nocturno que había frecuentado en sus últimos días de parranda. No encontró caras conocidas. Resignado, optó por el Sirens.

Cerrado.

Llamó a Selina.

Ignorado.

Genial.

Bruce podía ser impulsivo bajo estrés extremo. Lo reconocía. Sabía que Alfred debía estar furioso por su constante evasión a sus responsabilidades respecto a la Boda, pero por un maldito momento, todo lo que Bruce buscaba era un lugar donde poner su mente en blanco.

Terminó visitando el búnker de Jeremiah.

El joven, aunque al principio desconfiado de su primera aparición, fue abriéndose con más manía sobre sus generadores de energía, conforme las visitas se fueron replicando por los siguientes tres días.

Fue entonces que Bruce encontró una manera productiva de desestresarse por las tardes, sin tener que acudir a malos hábitos, desafiando características que podrían mejorar de los aparatos, antes que entraran en manufacturación en el taller de R&D.

Jeremiah, posesivo de su creación, pareció disfrutar de sus retos, defendiendo el valor de las baterías tal como eran, hasta que su rostro tomaba tonos púrpuras de la falta de oxígeno.

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