Adore You (ZIAM) Libro #1 Saga "New Romantics"

Prologo

Liam.

Miraba hacia todos lados intentando buscar a alguien que pudiese ayudarme, acomode con una mano mis lentes apretándolos mas hacia mi cara, me peine un poco mi cabello y acomode sobre mi hombro mi enorme mochila.

Veía a los demás chicos, reunidos en grupos de cinco o seis, cada quien con sus diferentes temas de conversación, yo era un poco...anti-social, si, justo eso, a mi me costaba mucho hacer amigos, por lo general cuando me acercaba a alguien lo primero que esa persona hacia era burlarse de mi, aventarme lo primero que vieran o tirarme mis cosas.

Eso generalmente me ocurría en la secundaria y no se diga en preparatoria, digamos que yo era la víctima de los demás, a veces me ponían apodos muy feos, me agredían o me insultaban solo por el hecho de sacar buenas calificaciones.

Todo el mundo me conocía por mi reputación de "Nerd", sin embargo ya me había acostumbrado tanto a las críticas y a las amenazas que prácticamente ahora ya eran algo habitual en mi vida...simplemente los ignoraba.

-¡Hola!.- No me di cuenta ni cuanto tiempo anduve vagando por los pasillos de la universidad hasta que alguien se dirigió hacia mi.

-¿Se te ofrece algo?.- Conteste así de seco, por lo general siempre la gente que se me acercaba por voluntad propia era para burlarse de mi.

-Ehm...no, solo quería saludarte, ¿Quieres ser mí amigo?.- Fruncí el ceño y le vi con expresión de extrañeza, sus ojos azules brillaban y esa carita de niño bueno me hizo suavizar mis facciones.

-Liam...Liam Payne.- Aun dudando de sus intenciones estire mi mano en su dirección, no me dio tiempo ni de estrecharla cuando el me la tomo con brusquedad apretándola y moviéndola de arriba abajo.

-¡Soy Louis!, ¡Louis Tomlinson!

-Si, jaja, Louis, me lastimas.- Sus ojos se abrieron de par en par haciéndole ver mucho mas tierno, lentamente soltó el agarre de sus manos sobre la mía y comenzó a sobarme el área enrojecida de mi muñeca.

-¡Ups!, perdón.- Vaya, el chico era muy simpático.

-Louis...¿sabes donde podría saber mis horarios y la ubicación de mi locker?

El chico por un momento me vio indignado.

-Liam, se supone que ese es mi trabajo, ¡Soy el presidente del consejo estudiantil!

-Wow, ¿En serio?

-Si tontin, ¿Eres de nuevo ingreso verdad?

-Sip.

-Bien, sígueme para que te de tus horarios y las llaves de tu locker.- Antes de que pudiera si quiera pronunciar una palabra Louis me tomo del brazo y comenzó a correr, prácticamente estaba siendo arrastrado y por dios ¡Que fuerza tenía el chico!, cuando nos detuvimos yo estaba jadeando con mis manos sobre mis rodillas tratando de aspirar aire nuevamente, alce mi mirada y el estaba parado frente a una oficina sin una sola gota de sudor, ¿Como eso era posible?

-Necesito los horarios, locker y todo lo necesario para el alumno de nuevo ingreso Liam Payne.- Hablo Louis por una ventanilla, al parecer detrás estaba una secretaria.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando a travez de la ventanilla la secretaria coloco siete enormes libros de diferentes materias, ¡apostaría un riñón a que cada uno pesaba mínimo un kilo!, ¿Como cargaría todo eso?, después la misma chica regreso con unas llaves, supongo que han de ser las de mi locker, un papel con los horarios y...un bloc de dibujo.

-Muchas gracias Taylor.- Se despidió Louis, vi como mi amigo trato de cargar todos los libros pero estos cayeron al piso sin reparos.

-¡Dios!, ten mas cuidado.- Lentamente me acerque a donde el estaba tirado, comenzamos ambos a recoger los libros.

-¡Ayúdame con algunos porfi!.- Reí para mis adentros cuando vi como a Louis le temblaban las piernas por sostener aquella montaña de libros, lentamente me acerque a el y le quite dos para que el peso disminuyera.

-¡Ey!, ese no lo recogimos.- Louis me hizo señas para que volteara al piso, ahí estaba el bloc de dibujo tirado, me agache por el y lo coloque debajo de mi brazo.

-Bien, ¿Cuál es el casillero?.- Pregunte, Louis me extendió la llave que tenía el numero 118-C

-Oki.- Como pudimos y con todo el peso encima llegamos al dichoso casillero, las miradas para nada disimuladas de todo el montón de gente que caminaba no se hicieron esperar.

-Si cualquiera de estos orangutanes te hace algo me dices porfa.- Ni me había dado cuenta que al lado nuestro habían como seis tipos, altos, fornidos, se veía luego luego que eran de mala vida y aparte apestaban a sudor ¡Que asco!

- Si...no te preocupes.- Louis me sonrió como un niño pequeño y me paso la hojita con mis horarios.

-Arte...- Murmure al ver que esa era diario la primer clase.

-¡En serio!, ¡el maestro de arte es el mejor profesor de toda la Uní!.- Exclamó Louis, yo lo vi confuso, jamás me había gustado en toda mi vida la clase de algún profesor, todos se me hacían viejos patéticos intentado ser amables con los alumnos desviándose de lo principal que es la educación.

-Si tu lo dices...

- Bien Liam, me tengo que ir, ¡nos vemos al cambio de clase!.- Cuando eleve mi vista Louis ya había desaparecido corriendo por los pasillos, ¿De donde sacaba tanta energía ese chico?

Lentamente entre al salón donde me tocaba la primer clase, 5-A, cuando entre todos los adolescentes estaban ya sentados, las tipas interrumpieron su sesión de maquillaje para dirigirme caras de asco y los tipos comenzaron a murmurar viéndome con descaro...mierda, otra vez.

Busque un asiento de hasta en frente vacío, afortunadamente había uno pero este estaba justo a un lado de donde estaba sentado uno de los gorilas apestosos.

-Vaya vaya, ¿como te llamas Jimmy Neutron?.- Agh, pero que imbecil.

-¿Para que me preguntas si ya me has puesto nombre?.- Conteste con sarcasmo, al tipo le hirvió la sangre, lo note por como fruncía toda su cara de manera horrible, similar a la de alguien cuando esta estreñido y no puede hacer del dos.

-¿Que dijiste...Jimmy?.- Antes de que me pudiese voltear para encararle me tomo de mi suéter, ¡Ese suéter me lo había hecho mi mami!, ¡me lo iba a hacer feo!

-Tu nombre ahora.

Lo único que hice al oír ese tono en su voz de ultratumba fue cerrar fuertemente los ojos, esperando que me golpeara o que me hiciera algo...hasta que.

-¡Max George!, ¡regresa a tu asiento y deja al chico en paz!

Me petrifique.

Aquella voz casi casi tan melodiosa como la de los mismos ángeles me petrifico.

Oí como todas las chicas del salón lanzaron suspiros para nada discretos.

-Esta nos la arreglaremos al rato.- Me soltó lentamente el tal Max mientras regresaba a su asiento, cuando me soltó rápidamente pase las manos sobre mi suéter tratando de quitar las arrugas que Max le había hecho, hasta que sentí un toque en mi hombro.

-¿Estas bien?

Eleve mi vista para ver al portador de esa hermosa, grave y armónica voz y...

Dios mío...

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