Capitulo 6

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Miró la luna encima de ambos. La misma luna brillante de cada noche, a excepción de que esa noche había sirenas de patrulla cerca de ellos, si hubiese sido diferente el momento, posiblemente ella se hubiese enamorado de él, pero solo si hubiese sido diferente.

Le tomo de la muñeca sin pedir permiso y lo adentro a la habitación, si bien la escena pudo haberse malentendido no le importo ya que no era así. Le miro, observo esos ojos verdes esmeralda, tenia curiosidad si a ella de igual manera sus ojos tendrían esa forma de gato. 

Él se soltó con un movimiento algo brusco lo cual la sorprendió por un momento, pero al momento él miro con nostalgia la habitación, si bien no era para mas, era la habitación de su difunta novia, compañera y quizás prometida.

-- Hace tanto que no sentía el calor de esta habitación. -- enuncio este acercándose al collage de fotos de ambos. Tomo en mano una fotografía en especial, ambos estaban en la cima de la torre Eiffel con una gran sonrisa -- ¿Hace cuanto fue esto? -- su voz se escuchaba triste, tanto que podía jurar que en algún momento su voz rompería.

-- ¿Puedo hacerte una pregunta? 

-- La acabas de hacer. -- respondió dejando la fotografía en su lugar y tomando otra.

-- ¿Ella era tu prometida? -- miro de reojo a los Kwami quienes miraban con total atención al chico por si hacia algún movimiento extraño.

-- No, pero iba a serlo. Lo iba a ser... -- escucho su suspiro y sintió la necesidad de acercarse a él pero detuvo a su cuerpo de hacerlo y tan solo entrelazo sus dedos algo nerviosa. -- ¿Porque tiraste de mi para traerme aquí adentro? -- cuestiono mientras giraba para mirarla.

-- Quiero saber que sucedió ese día... -- confeso. Él no esperaba ese tipo de respuesta, ella era tan sincera que le provocaba cierta inseguridad. -- ¿Que paso ese día exactamente? -- pregunto sin mas. Él sacudió la cabeza en negación.

-- Tendrás que seguir buscando, porque no te dire nada. -- aseguro con cierto temor y coraje en su voz. Se acerco al pequeño sillón que estaba cerca de la ventana, ese sillón donde habían pasado historias, romance, peleas, ese maldito sillón que aun guardaba su perfume. -- Te recomiendo no indagar tanto en ello si no quieres involucrarte también. 

-- ¿De que hablas? -- se acerco cuando vio que se recostaba en el sillón. -- ¿Como que me involucra?

-- No indagues de más. Es un consejo. 

Después de esas palabras no menciono nada mas. Ni una sola palabra salio de él aun cuanto mas siguiera preguntando, nada salio de su boca. Termino resignada cuando vio que la respiración de él se hacia lenta y profunda. 

Tomo al pequeño zorro y lo llevo consigo a la cama, al igual que la mariquita; se cubrió con las sabanas y le miro antes de apagar las luces y cerrar sus ojos para descansar. 

Despertó en la madrugada al escuchar un sonido extraño que la asusto de momento, cuando abrió los ojos se dio cuenta que la transformación de él había terminado y ahora se mostraba con ropa de carcel, aunque era diferente a las demás, esta solamente era blanca con el numero de serie pegado en el lado superior derecho. 

Se sento en la cama y logro ver como los cabellos rubios de él brillaban a la luz de la luna que pegaba en la ventana. ¿Con que se había mantenido tan bien? Su cabello estaba limpio, no aprecia maltratado, su cara estaba perfecta, parecía que se preocupaba por rasurarse , ¿estaba permitido eso? Divago hasta su cuerpo, ninguna mancha en su uniforme, era blanca completamente, o por lo menos la parte de arriba, cuando bajo a la parte de las piernas noto una cierta mancha en ellas, una mancha roja que salpico hasta sus zapatos blancos. ¿Como había logrado salir?

Volvió a recostarse, no pudo decir cuando tiempo paso cuando en un pestañeo ya era de día. Él se había movido ya que ahora estaba volteado viendo hacia la cama de ella, noto una mancha de sangre en sus nudillos y podía ver la sangre en su rodilla y zapato, podía hacerse una idea de como había salido de ahí. 

Se levanto y fue hacia allí para mirar mas de cerca la sangre de sus nudillos, no era sangre de otra persona sino de él mismo ya que sus nudillos tenían heridas como si hubiera estado golpeando la pared o algo. Miro su rostro, su cabello si se encontraba algo largo en contraste con las imágenes del periódico, era un poco mas largo ya que cubrían sus cejas y un poco mas abajo de ellas. Un sonido cerca de la puerta la saco de sus observaciones.

-- ¿Estas despierta? La comida esta lista. -- mencionó una voz alegre detrás de la puerta. 

-- ¡Si! Muchas gracias, en un momento bajo. -- levanto la voz para ser escuchada, rápidamente cubrir la boca del chico cuando este iba a quejarse de lo ruidosa que era ella. Cuando escucho como las pisadas se alejaban respiro aliviada.

-- ¿Puedo preguntar porque cubres mi boca con esa mano tuya? ¿Y porque la señora te hace el desayuno? -- cuestiono enarcando una ceja. Se reincorporo un poco y sintió el ardor en su mano izquierda cuando tuvo que recargarse en ella -- ¡Maldicion! Había olvidado esto. 

-- ¿Estas bien? 

-- Por lo que vez desperté, así que si, estoy en lo que cabe bien. -- respondió con cierto sarcasmo. Ella solo giro los ojos fastidiada por su reacción tan mañanera. 

-- ¿Como te hiciste eso?

-- Golpee mi mano contra el espejo. 

-- Puedo curarla. -- se puso de pie y fue por el maletín de primeros auxilios que estaba a simple vista. Cuando pidió la mano de él este se negó tomando el botiquín y haciendo por su cuenta.

-- Me lastime la mano pero no me rompí el brazo como para no poder hacerlo por mi mismo. 

-- Entiendo, entonces bajare a desayunar y te subiré algo. No bajes ni hagas ruido. -- fue hacia la puerta después de escuchar un bufido.

-- ¿Porque tengo que obedecerte? -- no respondió, simplemente salió y bajo a desayunar.

¿Porque era tan difícilmente tratar con él? ¿Porque estaba tan a la defensiva? ¿Porque? No podía negar el hecho de que estuvo en la carcel, de que paso por un momento crucial en su vida, de que había perdido a quien mas amaba... posiblemente ella se estaba dando sola la respuesta. Suspiro un par de veces al darse cuenta de lo que pasaba y que tenia que ser paciente. Era tan difícilmente ser paciente con él.

Pasado el medio día, estuvo en la habitación y balcón con él. Aunque no hablaba, tan solo miraba las cosas de su difunta pareja, a veces parecía verlo sonreír, un poco, pero lo veía hacerlo. 

Le había llevado de comer con cuidado de no levantar sospechas y había ido a tocar a la plaza a conseguir algo de dinero para agradecer a los padres que la acogían. Era bastante tarde, creía que él se había marchado pero continuaba en el balcón, mirando hacia la ciudad de Paris. 

Paso una semana igual, ninguno de los dos cruzaba palabra, aunque había un avance, ahora se decían los buenos días al despertar. Los señores no habían sospechado nada, en las noticias aun seguían buscándole, pero poco a poco parecía que comenzaba a existir confianza entre ambos, por lo menos un poco, o quería creerlo ella. 


°CADENAS°  |Chat Noir X TU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora