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Cuando terminan el segundo paquete de galletas, Pietro le dice que encienda la radio. Pasa por un par de estaciones que no le ofrecen más que ruido blanco, y como no parece poder encontrar nada bueno, la termina apagando con un suspiro cansado, recostandose sobre el asiento.

"Que mala señal" Comenta su compañero.

Un sentimiento de encierro camuflado de calor la abraza y decide bajar un poco su ventana para dejar entrar aire fresco. Y de igual forma que entra la brisa de la mañana, entran también el sonido del cantar de algunos pájaros y ruidos de motores lejanos, de autos ajenos.

"¿En qué pensas?" Pregunta Chiara, al notar que Pietro no dejaba de hacer muecas con la boca.

Él suspira "En mucho, la verdad"

"¿Pero en qué?" Le insiste.

"En la facultad, en mis estudios, en lo que tengo que comprar cuando vuelva a la Residencia, en como acomodar mi día para poder dormir una siesta antes de seguir estudiando" Enlista él, dando vuelta los ojos disimuladamente.

Ese sentimiento de culpa que Chiara sabía que tenía que sentir la estaba empezando a acaparar. Le había jodido todo el día por un simple abrazo. Su estómago da un brinco y se siente mal, culpable. Siempre todo culpa de su egoísmo cínico.

No soporta verlo mal, así que vuelve a colocar su mano en la nuca de Pietro, jugando nuevamente con los rulos. Espera que entienda que es su forma de pedirle perdón y darle las gracias.

Lo hace. Como respuesta, él baja su mano y la coloca en el muslo de ella, borrando ambos entre caricias suaves cada sentimiento negativo que estuviera implantandose en ellos. Y están así un rato que parece eterno, en completo silencio. Pietro con los ojos el la calle y ella con los ojos en él.

Y entre esa paz, ve el segundo exacto en el cual una sonrisa rompe la expresión serena en su rostro. Ella sonríe automáticamente, sintiendo esas insistentes cosquillas en todo su cuerpo cuando lo hace.

"¿Qué pasa?" Le pregunta divertida.

Él solo se limita a negar con la cabeza y mover su sonrisa a un costado, dejando en su cara una media sonrisa que le remarcaba el músculo del cachete y un pequeño hoyuelo tímido que se le formaba. Se creía firmemente que Pietro de seguro estaba riendo de la situación en sí, no de mala forma ni con burla.

"Nunca me esperé terminar así esta noche cuando me fui a dormir. Para tu suerte, me bañe antes de acostarme" Añade después de un tiempo. Ella suelta una risa más alta de lo que uno esperaría de esa clase de comentarios, pero no podía evitarlo. Siempre que Pietro decía la más mínima broma, la risa le partía el pecho al medio y salía solo, sin filtro.

"A veces las mejores cosas en la vida son inesperadas" Suelta ella. Él le aprieta suavemente el muslo.

"Lo sé. Eso me lo enseñaste vos" Aparta los ojos del camino unos segundos para mirarla. Sus ojos se conocen y Chiara puede sentir su cuerpo explotando con amor crudo. Incluso cuando él devuelve la mirada al camino, el sentimiento no abandona su cuerpo.

"Lo inesperado es mi especialidad" Responde con una sonrisa

"Nada de pastas ni Lemon Pie, lo tuyo sin dudas es ser una caja de sorpresas" Y ella vuelve a reír desmedidamente.

"Desde chica siempre me han dicho lo mismo"

"Es lindo que seas así" Confiesa Pietro y el corazón de la pobre Chiara ya no puede con todo lo que está pasando. Siente que en cualquier momento le puede venir un infarto. "Es lindo tener alguien como vos en la vida"

"¿Alguien que te levante a las 4 de la mañana sin razón alguna?" Es ahora él el que se ríe de forma exagerada.

"Alguien que te cambie los planes" Aclara "Además, si me levanté a las 4 de la mañana a buscarte, fue porque quise hacerlo. Porque me gusta pasar tiempo con vos, y más en estas situaciones tan... Chiara" Ambos ríen juntos esta vez porque saben que es verdad, es una situación muy Chiara. Desmedido, inesperado, sorpresivo, exagerado. Es de esas cosas en la vida que solo se dan una vez por alineación de los planetas y no va a volver a darse nunca. "Y no es que vine por nada..."

let's ride (we can escape to the great sunshine) - chietroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora