La caída

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(Este capitulo tiene contenido sensible)

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De mi parte solo podía oir los gruñidos provenientes de mi estómago y el intenso dolor que se apoderaba de todo mi cuerpo con tan solo mover un dedo, lo único que me quedaba era ver la pequeña ventana a mi lado.

Repentinamente al Sonido de la puerta abriéndose interrumpió mis pensamientos.
– entren por él, vamos a hacer otra sesión, los esperó en laboratorio

Los dos hombre procedieron a entrar a la habitación
–No, por favor, me duele mucho cuándo me muevo. Por favor, déjeme descansar hoy, no soportó el dolor, no lo voy a resistir

Los hombres no expresaron ninguna emoción, tan solo avanzaron hacía mi para posteriormente sujetar mis brazos y llevarme.

El dolor se apodero de mi, solo podía gritar, cada minuto imaginaba mis huesos rompiéndose en pequeños pedazos.

— ¡PARA DE GRITAR! – pronuncio el hombre de mi izquierda  para luego darme un golpe en la cara–llegamos, ahora callate,basura

Procedió a recostarme y sujetarme con los cinturones para repetir el procedimiento.
–muy bien ciento veinticinco, parece que estaremos conviviendo bastante, para empezar, me presentare, seria descortés si no lo hiciera- al finalizar la frase dio una pequeña sonrisa – yo voy a estar a cargo de esto, soy fudo

–¿cu-cuanto tiempo estaré aqui?
– deduzco que aproximadamente serán 6 años, tranquilo, el experimento ya fue probado,  ciento veinticuatro no lo soporto solo espero que tu si seas lo suficientemente fuerte para soportar el tratamiento, demasiada plática, empezemos
–que fue lo

Las agujas poco a poco fueron perforando mi piel nuevamente y el liquido recorrió mis venas, provocando un gran dolor, aún más que la vez pasada acompañado de mis sollozos para algunos minutos mas tarde perder la conciencia nuevamente.

horas después desperté en la madrugada, mis ojos pesaban pero ahora tenía un sensación diferente  acompañado del dolor que recorría mi cuerpo, poco a poco fui recuperando mis sentidos, pude abrir mis ojos con cierto esfuerzo para encontrar a uno de los hombres que ayudaban al doctor fudo, mi cuerpo estaba desnudo, el hombre acariciaba mi torso, procedió a bajar su pantalón, jalarme hacia él e introducir su miembro dentro de mi repetidas veces, trate de gritar pero algo dentro mi boca lo impedía, ni siquiera podía defenderme lo único que me quedaba era llorar por el intenso dolor y lo asqueroso que se sentía, decidí cerrar mis ojos y concentrarme en otra cosa pero las lágrimas no dejaban de caer.

al finalizar se subió sus pantalones,
–no le digas nada a nadie sobre esto, si lo haces, te suministraré un veneno en la sangre.

Termino de vestirme y salio de la habitación. Esto era mas de lo que podía soportar, sentía que algo en mí se había roto, no tenía muy en claro que era, pero sentía una gran presión en mi pecho, me sentía humillado, me sentía alguien despreciable.
No pude dormir en toda la noche, era repugnante recordar los sucesos que habían pasado minutos antes.

Llego la mañana, fue exactamente igual que el día anterior, un ligero desayuno, sesiones de experimentación, dolor y perder la conciencia,  solo que esta vez, se podía notar en mis ojos lo muerto que me sentía por dentro. Desperté nuevamente en la noche, trate de dormir, pero el miedo de que pasara lo mismo de la noche anterior no me dejaba descansar, pasaron 15min aproximadamente y decidí mirar la pequeña ventana que daba hacia el bosque, buscando cierta tranquilidad en el.
El rechinido  de la puerta era irreconocible, era él, el miedo invadió todo mi cuerpo, no podía voltear y ver su rostro.
–pensé que estarías durmiendo, pero veo que no...
me quedé callado, mi garganta era incapaz de transmitir algún sonido sin que las lágrimas salieran.
–veo que hoy no tienes ganas de hablar, esta bien, no te obligaré ñero hagamos esto rápido

El hombre bajo sus pantalones y me atrajo hacia él.
– no te dolerá para nada, lo peor ya paso ayer, dale gracias a que estabas inconsciente
dio una risa macabra y bajo mis pantalones junto con mi ropa interior para después penetrarme varias veces. Las lágrimas resbalan y caían en las blancas sabanas que cubrían el colchón, esas lágrimas no eran de dolor físicos, eran de dolor emocional...

Día tras día se repetía lo mismo, esa fue mi vida durante 8 años.

El Pasado Que DeseéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora