Capitulo 5

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Sin más que decir les dejo otro capítulo :)

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- No sé cómo le diremos el lió en que nos hemos metido. - un joven de aproximadamente unos quince años de edad estaba a la par de una cama donde dormía plácidamente una joven muy hermosa.- en todo caso tú se lo dirás tu eres el que la ha asustado.- se dirigió al chico que estaba recostado al borde de la puerta.

Sus ojos azules no despegaban de la vista de la bella durmiente.

- Ya deja de quejarte en todo caso debe ser alguna chica del pueblo nada nuevo. - su mirada fría sin ninguna muestra de afecto.

- Son un par de tontos, eso es más que obvio.- ambos voltearon hacia atrás para toparse con la dueña de aquella voz.- esta chica no es de por aquí, su ropa, su aspecto e incluso su olor es diferente.- entro a la habitación y se sentó a un lado, observando el dulce rostro de la chica mientras dormía, se acercó a ella y la olfateo.- esto es malo.- dijo mientras se ponía de pie y se alejaba de la cama.- debemos de llevarla de vuelta al bosque o lejos de aquí ahora mismo.- los chicos se voltearon a ver entre ellos con una expresión de confusión.

- ¿Qué sucede Saki?.- cuestiono el más pequeño.

- Tal vez no lo reconozcan porque jamás han estado frente a uno, pero esta chica huele a vampiro.- esa palabra les puso la piel de gallina.

- ¿Estas seguras? - cuestiono el chico de ojos azules.

- Por supuesto que sí. - su mirada ahora un poco más preocupada se fijó en la chica.- Gill debemos sacarla sin que nadie la note, si alguien más de la manada la descubre considérela muerta.

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-Algo nuevo que notificar. - cuestiono un hombre de edad adulta, alto, cabello oscuro, ojos verdes.

- Al parecer los pequeños hermanos encontraron a una chica perdida en el bosque, estaba herida así que la trajeron para curarla. - le informo un hombre de aspecto muy tenebroso.

- ¿Una mujer perdida en el bosque?.- fijo su mirada en la ventana cerro sus ojos y como si se hubiese tele transportado se encontraba en aquella  habitación.- observaba a la dulce mujer que yacía en la cama.- quiero saber quien es, no se me hace familiar su rostro de esto lares.

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-Mamá ¿dónde estás ?.- me encontraba en un pasillo de un enorme castillo era de noche y hacía mucho frió.

- Aeneas .- una voz que  causaba escalofríos no dejaba de llamarme .- ven Aeneas, ayúdame.- la macabra voz venia del interior de una enrome puerta que estaba cerrada con muchas cadenas.

- ¿Quién eres?.- pregunte con hilo de voz, el suelo comenzó a temblar, de las paredes salían gritos, lamentos y muchas maldiciones, lleve mis manos a mis oídos, sentía que iba a desmayar .

- Yo soy tu pad..

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De golpe me senté en la cama mi respiración era agitada y mi frente se encontraba con una fina capa de sudor.-¿dónde estoy?.- cuestione mientras mis ojos viajaban por la habitación.-¿quiénes son ustedes?.- sus miradas eran de asombro, trate de ponerme  de  pie pero mi pierna aun dolía.- maldición duele.- hice una mueca de dolor y levante mi mirada sus ojos azules captaron toda mi atención, era como si ya los hubiese visto antes.

- Por favor no te muevas. - se acercó el más joven.- aun no terminas de curar del todo.- con delicadeza o tal vez con miedo levanto parte del vestido y pude observar como mi pierna estaba vendada.- si haces mucho esfuerzo podrías abrir nuevamente la herida.- me dijo.

- Lo siento. - me disculpe.- pero tengo que volver hay alguien que me espera en casa.- sabía que el conde no dejaría de buscarme hasta encontrarme.- a todo esto ¿cuántos días llevo aquí?.- pregunte a la chica que me miraba con preocupación.

- Solo llevas tres días. - abrí mis ojos de par en par.

- ¿Tres días? - lleve mi mano a mi cien. - ahora si estoy en serios problemas. - dije. - no quiero ser grosera, ni mal educada, mucho menos mal agradecida, pero necesito volver.

-Dime algo. - dijo la chica de ojos cafés.- ¿ acaso tu eres la mujer de algún vampiro?

-Ah ¿mujer? - no comprendía  su pregunta. - yo le sirvo al conde Eubank.- dije como respuesta.

Lo vi en sus rostros pura preocupación y entendí que algo malo podía suceder necesitaba salir urgentemente de ahí.

-Gill hay que actuar y rápido. - este solamente soltó un pesado suspiro.

-Levántate. - lo vi un poco confundía. - ¿eres sorda? dije que te levantaras. - me tomo del brazo bruscamente y me alzo.

-¿ Que te pasa Gill?.- le interrogo el chico.- esta herida ten cuidado.

-Acaso no escuchaste esta chica está vinculada con vampiros, debe de irse ahora mismo antes de que el líder se entere.

No sabía dónde estábamos exactamente corríamos atreves del bosque tratando de no ser descubiertos, este chico llamado Gill me llevaba en sus hombros ya que no podría seguirles el paso, corrían muy rápido ¿acaso no eran humanos? su aroma era muy dulce y su cabello oscuro combinada  con su piel ligeramente bronceada.

-Alto. - se detuvo de la nada.

- ¿Qué pasa Gill? - le pregunto Saki.- nos están siguiendo, apresuren el paso.- siguió corriendo aún más rápido, me aferre a él con más fuerza sentía que en cualquier momento salía volando.

Llegamos a un punto donde se podía ver los edificios de la pequeña cuidad.

-Quédense aquí. - les ordeno. - no dejen que pasen, inventen cualquier excusa para retenerlo no podemos permitir que la sigan. - al llegar al borde que conectaba la pequeña cuidad con el bosque  Gill me bajo de su espalda.

- Se los agradezco. - le dije haciendo una pequeña reverencia. - espero no haber causado un problema. - el solo se limitó a mirarme.

-No vuelvas. - dijo secamente. - no correrás dos veces con la misma suerte. - quería preguntarle muchas cosas, pero este se dio la vuelta y desapareció rápido de mi vista.

Camine  callada por  la calle era muy temprano y no había mucha gente, a pesar de que ya no estaba en ese bosque aun no sabía cómo volver y me sentía muy afligida. Seguí caminando hasta llegar a un pequeño parque, quería llorar no sabía qué hacer y ya estaba empezando a sentir hambre además que mi ropa estaba algo sucia, llevé mis manos a mi rostro y comencé a llorar. - ¿qué debo hacer ahora? - estaba lamentándome sin saber qué hacer cuando escuche mi nombre.

- ¡AENEAS!. - levante  mi rostro y vi como el conde se acercaba  corriendo hacia mi, no lo pensé dos veces y corrí en su dirección me tire como una niña pequeña a llorar en sus brazos. - ¿Dónde rayos has estado?  he estado tan preocupado por ti. - no podía responderle era un mar de llanto.

Me alzo y me cargo como si de una princesa se tratase, subimos al carruaje y fuimos en dirección a la mansión, me sentía muy agotada por todo lo que había pasado.

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espero les guste :)

La Traición de la Bella DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora