Capitulo 1

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Eran momentos de crisis para aquellas personas que no tenían la capacidad económica de sustentarse, miraba a muchos pidiendo en las calles quería ayudarles pero al igual que ellos yo no tenia nada, todo le pertenecía a mi amo. No tengo una familia y la que me recogió dedico venderme como una esclava, como si de un pedazo de carne se tratase por unas cuantas monedas de oro, a pesar de que era aun muy pequeña recuerdo ese día, la lluvia caí bruscamente al suelo, estaba recostada la pequeña cama, hacia frió  y tenia mucha hambre.

(Flashback)

- Es lo mejor.- escuche decir aquel hombre al que  llamaba "padre" nunca me permitió saber su nombre.- no podemos tenerla, además con lo que nos den podremos regresar a nuestras tierras y vivir mas cómodos Rosa.-   Rosa su nombre tan bello como ella, estaba delgada y pálida pero era hermosa  no había duda.- si seguimos así moriremos  de hambre entiéndelo .- termino por decir.

- Es solo una niña.- estaba triste, enojada y muy decepcionada eso podía percibir en su voz.- la estas entregando a esos monstruos asesinos.- sentía odio en sus palabras.- conseguiré otro trabajo y así no tendrás que.- hizo una pausa.-venderla.- le costo terminar la oración.                                                                                                                                                                      
Seguían discutiendo sus palabras, el ruido de la lluvia al caer, las pisadas de los  caballos que se dirigían a nuestra casa o eso si se le podía llamar aquellos escombros. 

Se escucho el relinchar de los caballos y no se, siempre había tenido mis sentidos mas agudos podía escuchar cosas aunque estas estuvieran lejos o sentir  las vibraciones de las personas cuando caminaban, sentir sus emociones entre otras cosas Padre lo llamaba " aberración" Rosa lo llamaba "divino". Se escucha como tocan la puerta padre abre la puerta y esta chilla con cada movimiento.

-Hemos venido por lo acordado.- su voz era ronca y llevaba una capucha esta no dejaba ver su rostro solo su boca y esta no tenia ninguna expresión, Rosa entro a la habitación y me abrazo muy fuerte.

- Lo siento tanto pequeña.- estaba llorando sentía húmedo mi cuello, se alejo de mi y me dedico una sonrisa muy débil.- prometo buscarte y algún día liberarte  de todo esto.- era sincera lo sabia en su corazón a pesar de estar tan herido amaba bondadosa-mente. El hombre de capucha negra entro a la habitación me separo bruscamente de Rosa y tomo del brazo dolía mas no hice mueca y no dije nada no quería causarle mas sufrimiento a Rosa.

- Adiós Rosa.- fueron mis únicas y ultimas palabras antes de salir de aquel lugar que hasta ese momento fue mi hogar. Seguía el camino hacia la carroza caballos negros y grandes los jalaban.- no son seres vivos.- articule muy bajo, mi presencia los inquietaban y su presencia me inquietaba.

- Sera mejor que guardes silencio mocosa.- me dijo sin ni siquiera voltear a verme.- ya no tienes vida, ni voz y mucho menos voto.- seguía hablando mientras me levantada y me empujaba dentro del carruaje de cierta forma producía escalofríos.- ahora le perteneces al Conde Eubank.- dijo y cerro de un solo golpe la puerta.

Me senté tranquilamente en el sofá, era seda aquella tela que cubría todo el interior, jamás la había visto o sentido pero sabia que se trataba de seda era suave lisa sin ningún error.- es hermoso.- dije para mi misma, miraba el paisaje por aquella pequeña ventana mientras perdía de vista aquella pequeña choza.

(Fin de Flashback)


-Apresura el paso.- me regaño Victoria.- no tenemos mucho tiempo hay que tener listo todo para cuando llegue nuestro señor.- ella era devota de esta familia, también fue "salvada" como solían llamarnos sin embargo yo lo veía como un trueque dar para recibir.

  - Lo siento Victoria.- me disculpe.- solo es que mi corazón duele al ver tantas personas sufriendo y no poder hacer nada.- caminaba cabizbaja así podría ignorar todo aquello que hacia a mi corazón estrujarse.

- Aeneas .- dejo soltar un suspiro.- no hay nada que podamos hacer su destino fue ese y así será.- caminaba rápido sentía su corazón latía rápido esta nerviosa aunque no lo dijera podía sentir esa aura.

- ¿Estas nerviosa?.- le pregunte ella hizo una mueca de disgusto. 

-Por supuesto que no.- me respondió.- estas loca, para mi esto es como respirar.- dijo de forma altanera.- entre mas grande mas malcriada te vuelves.- termino de regañarme, me llevaba cinco años pero se sentía toda una anciana.

 - No exageres Victoria.- dije mientras sonreía.- somos tan jóvenes y nuestra vida se resume en servir a estas personas que nos ven como nada.- se paro en seco sabia que ella odiaba que yo hablara mal de ellos. 

 - Tu eres una malagradecida.- dijo apretando los dientes.- eso es lo que eres.- se giro para verme.- ellos te salvaron de morir.- seguía hablando.- o es que se te olvida que tu familia te vendió por unas cuantas monedas de oro.- Rosa, su rostro, su sonrisa su llanto vino a mi mente y tristeza se alojo en mi corazón. 

 - No tengo familia, ellos simplemente me encontraron abandona.- seguí caminando y la deje atrás.- así que técnicamente nadie me vendió.- el camino se hizo tenso y mas largo llegamos a la mansión, entramos sin tardar mucho empezamos a preparar la cena. Seguía pensando en pequeña discusión que había tenido con Victoria ella estaba muy concentrada preparando la comida no entiendo como podían comer si eran vampiros.- Ya están aquí.- dije fijando mi mirada en la gran ventana que tenia la cocina.



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La Traición de la Bella DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora