Capítulo II

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Los Lewis.

La clase pasó lenta, pero estuvo entretenida. La verdad, es que creo que fui la única que realmente puso atención, pero bueno, eso ya no importa.

En el almuerzo estuve sola, y realmente me sentía observada por las personas que pasaban a mi alrededor, quizá no estaban mirándome, pero yo lo sentía así, después de todo, era la chica nueva, ¿cómo no sentirme objetivo de burlas y miradas? Si hasta yo misma me sentía extraña en ese lugar.

Y así transcurrió el día, entre presentarme y contarle a la gente de dónde vengo y porqué vengo a esta escuela. Nunca supe qué respuesta dar concretamente, patético.
Luego de todo ese día, al fin logré volver a casa. Y sí, era una casa, no sentía esto como un “hogar”, y era mejor no hacerlo, probablemente volvería a irme y era mejor no acostumbrarme al lugar.

Mientras veía qué podría comer para entretener mi estómago hasta la cena, alguien tocó el timbre. Me puse unas vans que me quedaban algo grandes, unos shorts de jean, una remera con el estampado de Shawn Mendes y fuí hasta la entrada, una señora algo bajita, castaña y con muy lindos ojos me recibió detrás de la puerta con una sonrisa.

- Buenas tardes cariño, soy Clarise Lewis, tu nueva vecina. – lucía agradable, tenía un aura encantadora, sólo espero que sea una persona agradable, quizás había encontrado una amiga para mamá.

- Mucho gusto, me llamo Alexa Brooks, ¿Gusta pasar? - le sonreí de vuelta.

- Me encantaría, quizás en otra ocasión, pasaba a saludarte y a invitarlas a ti y a tu madre a una cena con mi familia esta noche, para empezar de buena manera su llegada. - me miró, ¿Cómo sabía de mamá? - Las espero a las 8, que tengas una linda tarde.

- Gracias, usted igual. - y la ví irse tranquila, al parecer es mí vecina de enfrente.

Una vez más, tranquila en casa, ¿Debía llamar a mamá para informarle de nuestra cena con los vecinos? Supongo que sí, y averiguaría cómo es que sabe la señora Lewis de ella.

1... 2... 3 tonos y contestó.

- Lexie cariño, ¿Pasó algo?- la noté algo preocupada, quizá porque nunca la llamo cuando sé que está ocupada, pero creo que ésto era importante, después de todo, era ella quien decía que había que "dejar una huella" en el vecindario cada que nos mudábamos de un lado a otro.

- Hola mamá, sólo llamaba para avisarte que nuestra vecina, la señora Lewis, nos invitó a una cena en su casa hoy a las 8. - fuí demasiado directa, recordé que ni siquiera le pregunté cómo estaba.

- Bien Lex, gracias por el aviso, volveré a las 7:30 y te quiero lista para entonces. - cortó.

Suspiré. Me recosté en el sofá de mí habitación y bufé, ¿Qué me pondría? Ya pasaban de las 6 y mamá llegaría pronto.

- Bueno, creo que podría ir distinta, esta noche. - Sí, hablé sola, creo que es más un intento de autoconvencerme y hablar conmigo misma. Para que se den una idea, siempre visto de negro, y no me considero "emo", ni "dark", sólo me gusta vestir así, siento que va conmigo, algo así como... describir lo que siento con mi ropa.
A mí parecer, el negro es un color fuerte, asociado a el misterio, la elegancia y hasta cierto punto; a la sensualidad. Éste color no es más que la ausencia de los demás colores. El negro simboliza vacío, soledad y tristeza. Y así me sentía yo desde que fuí creciendo sin nadie con quién compartir nada.

Me puse un vestido azul, pero no un azul eléctrico, ni un azul cielo, más bien uno del color de la noche. Mamá me compró vestidos para distintas ocasiones, y este, aunque no fuera negro, fué mi favorito y el que más se asemejaba al otro color. Se sentía raro ya que nunca salía de mis camisetas y mis jeans, pero vamos, que aquí nadie me conocía y podría aparentar ser otra durante una noche. O eso creía.

Llegó la hora, y aún siento que no estoy lista para esto.

El timbre sonó, era mí madre de seguro.

- Lexie, te ves hermosa. - le sonreí, me gustaba escuchar ese tipo de cosas, viniendo de ella, resultaba extraño.

- Mamá, tu también te ves muy bien. - la observé de pies a cabeza, realmente se había lucido, se veía maravillosa y era sólo una simple cena.

- Muchas gracias, la verdad es que tuve que comprar este vestido de camino, no hubiese llegado a cambiarme aquí. - Y tenía razón, llegó 15 minutos después de la hora que me había dicho, por suerte estábamos listas, y ya era hora de salir, no queríamos ser impuntuales.

Que comienze la noche.

DrogadicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora