Señales Rojas || Shin Soukoku

Borgoña

Capítulo 3.

Atsushi y Akutagawa llegaron a su ahora hogar, el albino debía llevar aquella máscara hasta estar completamente solos, en cuanto entraron a la casa, Akutagawa lo miro, el albino había pasado todo el camino evitándolo y moviendo sus manos, probablemente los nervios, pero claro, Atsushi estaba pensando cómo evitar que el mafioso viera su rostro, como evitarlo a él y salir corriendo hacia la agencia por algún tipo de anulación ¿Cómo había terminado en eso?

― ya puedes quitártela - dijo el azabache

― No, no – menciono nervioso –estoy bien con la mascara

― Me da igual quien seas, pero quiero saberlo. quítatela - ordeno

― N-no creo ser tu tipo – tapo el moño de la máscara con sus manos – es-estoy bien

― No quiero que seas mi "tipo"

El azabache le miro molesto

― Eres muy rebelde para ser un omega

― Los sacerdotes me educaron como beta

― ¿que no te dijeron que debías obedecerme?

― Si, lo hicieron, pero tampoco es como si obedecerá mucho a los sacerdotes, nuestra boda solo fue porque era eso o morir de hambre

― Serías un asesino en serie en realidad. – se cruzó de brazos – odio la competencia

― ¿no tienes hambre? – se quejó para cambiar el tema

― No puedes comer bien ¿no?

― La comida normal no me sacia, necesito purificar a los demonios para estar en forma – menciono Atsushi – no necesito matar a la gente, solo sacarlos

― Pérdida de tiempo

― Claro, el mafioso ha hablado

― ¿me conoces? – Atsushi sintió como su piel se helo.

― N-no

El azabache se le fue encima al albino, Atsushi forcejeo con él – dijiste que nuestra vida seguiría igual

― Quiero saber por lo menos con quien voy a vivir

― Sueltameee

― ¡Enséñame!

Akutagawa logró desatar la máscara y despojo al albino de ella, por fin pudo verlo, ojos heterocronaticos en dorado y morado aquellos ojos que odiaba completo, era él – ¡Jinko! – Le llamo con desprecio - ¡¿Por qué no dijiste nada?!

― ¡No lo supe hasta que llamaste a Rashomon!

― ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?! ¡¿sabes que pasará?!

― ¿Yo cómo iba a saber que mi energía se uniría a ti? ¿Por qué aceptaste? ¿no eres un mafioso? ¿Qué haces en un templo?

― Me llamo mi supervisor, él dijo que estaba unido a alguien, me explico todo, dijo que si no lo hacía ¡podría perder mi habilidad!

― Eso es porque la puerta del inframundo y el tigre están conectados

― ¡MALDICIÓN JINKO! ¡TE MATARÉ!

El azabache sintió un gran dolor, se apartó del albino y comenzó a toser, pudo ver su herida, y le enseñó su herida al albino, aquella que los unía