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El viento hacía que las ramas del árbol pegaran en la ventana del cuarto de Andrea, ella miraba hacia la noche, eran las tres de la mañana. Suspiraba desconsolada, Tim se iría y ella no lograba comprender la razón. en solo unas horas  él se iría a algún lugar lejano o cercano, pero sin duda, un lugar fuera de su alcance.

"Estaré en la estación hasta el medio día", eso dijo Tim. 

La chica comenzo a llorar desesperada, quería verlo aunque fuera solo una vez más.

Cerró los ojos y durmio solo un poco hasta que la luz del día se hizo presente.

Se levanto con trizteza pero con ansiedad visible a los ojos de cualquiera.

Busco en su armario, eligio un vestido, uno muy bello que no había usado nunca, con un color azul y falda amplia  que le daba luz incluso a sus ojerosa y triste mirada.

Baja la escalera y camina hasta la puerta, sale y sus pasos son cortos. No quiere llegar pronto, pero llega hora y media antes de las doce y se sienta en los escalones de la entrada. Mira el camino con pesar.

Cierra los ojos y escucha que le llaman.

- Dime chiquilla -una voz burlona con arrogancia- ¿también te mintieron?

Acto seguido Andrea sintio el golpe que la dejo inconciente.

Para eso me entrenaron LIBRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora