73.5 fm radio ✰ Johnny station

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—¿Podemos confiar en ti?—Pregunta Chenle, sacando a Mark de la concentración que llevaba desenredando sus audífonos.

Jeno ladea un poco la cabeza y sonríe, mirando incrédulo y con sorna, entonces entorna los ojos y pone las manos sobre el volante.

—Obvio, ya tengo licencia. Mientras no sea Mark...

El mencionado ríe un poco con eso último, y luego baja la cabeza volviendo al nudo en los cables, que lo mantenía escuchando al resto del mundo como un mero ruido de fondo.



—¡Adiós mamá!—Grita de pronto Jeno, haciéndolo volver la vista a un lado unos segundos, divisando a la madre de su amigo detenida en la acera.

Y qué joven se veía, pensó.


Su madre y la de Jeno fueron compañeras de clases.

Su madre solía lucir igual, con la piel brillante y el pelo de un solo tono, aveces una sonrisa muy parecida a la de su hermano surcaba su rostro y Mark no podía evitar sonreír también.

Y luego de lo de Johnny sus padres parecieron envejecer al menos una década. Ese mismo día.

La imagen de su madre cambió en su mente y provocó que se le borrara la sonrisa, obligándolo a volver a concentrarse en el nudo.

La cabeza de Jaemin recostándose en su hombro derecho lo obligó a dejar la energía que llevaba en los brazos mientras desembrollaba los cables. Y al terminar,  Mark arregla el cabello rosa que le cepilla el cuello mientras desliza un dedo por la pantalla de su celular.


"73.5 fm radio Johnny station"


Debió haber sido creada por 2015, o 16; si Mark pudiera volver el tiempo lo atesoraría de mejor manera. Tiene el vago recuerdo de que estaban en invierno, uno de los pocos que recuerda junto a Youngho antes de Chicago. Y se le antoja como un sueño que tuvo sobre otra realidad, una más feliz, quizás.


Jaemin entonces apoya su cabeza hacia el otro lado, sobre su mano, pues de seguro la primera posición no era la más cómoda. Y el cuello de Minhyung se siente un poco frío ahora.



Johnny solía descargarle música. Mark iba a su habitación –sin tocar, Johnny no se enojaba por nada– y se sentaba sobre su cama, entonces Johnny armaba compilaciones de la música que escuchaba con sus amigos, Hansol, Jaehyun y Doyoung, mientras le contaba de sus fechorías. Más tarde el mayor comenzó a añadir canciones con títulos en japonés y, ante la duda de su hermano, le contó sobre su nuevo amigo, Yuta.


"73.5 fm radio" –el volumen siete– era su favorita para siempre. Fue unos meses antes de Chicago y seguramente algo tuvo que ver con la Navidad, ya no recuerda, pero Johnny le añadió las mejores canciones que escucharía en toda su vida.

Mark escuchaba la compilación de Johnny –que tenía el sticker de una estrella que le hubiera gustado aprender a hacer– mayoritariamente los viernes por la noche, porque la vecina gritaba. Johnny al principio solía decir que estaba contenta, "muy contenta", pero luego Mark le dijo que no lo parecía y Johnny se puso muy serio.
Nunca descubrió si gritaba de dolor o alegría, pero en el fondo espera que haya sido de esa última, aunque los acontecimientos recientes le digan lo contrario.



Chenle y Jisung estaban jugando a armar patrones con un listón de lana enredado entre los dedos, y la escena, sin querer, le recordó mucho a su hermano. A las medidas del cereal, la ropa que llevó cuando Johnny se volvió muy alto, a los acordes de la guitarra que le enseñó y también los que nunca alcanzó a enseñarle.




Chunks of Broken Glass | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora