活力

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La lista que Yuta le hizo se llamaba "Vitalidad", Mark todavía recuerda el momento en que se lo contó, flagrantemente, con una claridad diáfana con la que le gustaría conservar un par de cosas de su hermano.


Se habían conocido un poco más de un año después de Chicago y unos meses después de lo peor.

Porque Mark no quería que Johnny muriera.
Y Yuta tampoco.

Pero lo hizo, y quizás eso los unía.



Porque es lo que me haces sentir, había confesado, con voz bajita y los ojos creando puentes imaginarios con los suyos, me haces sentir vivo.


Mark no lo besó ese día, porque el mayor todavía salía con Sana y no tenía ganas de arruinar las cosas, pero le dijo a Yuta que lo amaba, aunque él ya lo sabía.


Y desde ese día, escuchaba las canciones siempre, sin una razón. Porque la vecina ya no estaba, y porque, secretamente, Yuta le recordaba tanto a Johnny.

Y Mark lloró entonces porque temió que Johnny podría ver desde el cielo cómo lo reemplazaba.

Y decepcionarse.

𓆉

Habían llegado ya al lugar, cuyo nombre Mark no pudo descubrir pues los planes eran distintos y Jeno se aburrió de manejar. Entonces nadie sabía dónde estaban, nadie se tomaba el tiempo de leer los carteles. Solo sabían que los primos de Jeno ocasionalmente iban allí, y que él llevaba las llaves porque, desde el principio, sabía que no llegaría al lugar al que Haechan quería ir.




Jaemin se encontraba en la cocina, y los ruidos lejanos rebotando dentro de las paredes de azulejos le decían que se estaba haciendo un café en compensación del que había derramado.



—Nadie quiere hacer karaoke, Hyuck —Se quejó Renjun, quien probablemente en el fondo sí que quería cantar, al igual que el coreano—. Podemos hacerlo mañana.

El castaño suspiró.

—Ah..., qué complicado es ser amigo de ustedes, —Respondió, guardando sus micrófonos de vuelta en la mochila— le diré a sus madres que dejen de pagarme, ya me rendí con ustedes.


Y cuando el peligris hacía el ademán de golpearlo, Chenle los interrumpió, haciendo un gesto con la cabeza hacia a su amigo.


Jisung tenía el brazo levantado, apuntando a un punto en el cielo, y Mark –que se encontraba leyendo– no comprendió hasta que el menor habló:


—Una estrella fugaz.


Entonces se emocionaron al decir que la vieron, y Mark la hubiera visto también si hubiese mirado en el momento oportuno.



Y le hubiese gustado desear algo. Pero Donghyuck sí la había visto, y quizás, sí había deseado algo.

𓆉

Un día, avanzando por un camino lleno de baches con el sol cegándole por momentos, el había dicho lo mismo.

Una estrella fugaz, y Yuta sonrió, aunque no la hubiese visto.

Y Mark pensó allí, con una de las canciones de Johnny reproduciéndose en la radio, que esa estrella fugaz era su hermano, cuidándolo desde muy arriba.

E iba a contarle a Yuta.

𓆉

Después de la estrella fugaz, Mark sintió su pecho sentirse pesado, cual si un millar de estrellas fugaces se apilaran en la boca de su estómago como ladrillos, haciéndolo sentir algo enfermo.

Chunks of Broken Glass | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora