Rent A Boyfriend ❧『MinSung』

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Cuando JiSung sintió un brazo fuerte atrapando su cintura, debió suponer que las cosas acabarían mal.

Tae era agradable, gracioso y amaba hablar. De hecho, realmente amaba hablar, demasiado. Estaba seguro de que conocía mejor a TaeTae de lo que se conocía a sí mismo y extrañamente no le molestaba. Cuando las personas parloteaban más de la cuenta, tendía a ponerse tedioso. Sin embargo, Tae parecía ser la gran excepción, relatando cada historia y cada dato tan animadamente que lo único que podía hacer JiSung era desear escuchar más.

Normalmente no era del tipo extrovertido. No hacía conversación casual con desconocidos y tampoco discutía acerca de razas de perro para romper la tensión. Razón por la cual, la situación se le hacía aún más extraña. Porque con TaeTae era tan fácil dejarse llevar, era tan fácil acceder. Cuando le propuso jugar tenis de mesa, estuvo a poco de declinarlo, presintiendo que MinHo estaría esperando por él en el dormitorio y se preocuparía con su demora. Pero luego le apostó un helado, y JiSung sin siquiera notarlo, se hallaba gritando y riendo mientras golpeaba una pelota hacia el otro extremo esperando ganar.

Era verdaderamente curioso el que le cayera tan bien, considerando el corto lapso que llevaban de conocerse. Mas no iba a pensárselo a fondo. El chico era un encanto y quería disfrutar de su compañía. Ni siquiera se refería al ámbito amoroso. Tae tenía novia y él no era un rompehogares, menos un idiota que creía poder transformar a un heterosexual. Por lo que, aunque le había gustado y causado interés, rendirse resultó fácil. Ser amigos sonaba perfecto.

La noche marchaba bien. JiSung se divertía, sintiendo cómo el estrés causado por la universidad abandonaba su cuerpo paulatinamente. No podía estar más agradecido con Tae por distraerlo de sus estudios, aunque fuese por unos breves momentos, mas haciéndole pasar un buen rato.

El agarre sorpresivo en su cintura fue suficiente para sacudirlo, y por supuesto, para confirmar lo que había estado presintiendo.

MinHo estaba comportándose de una manera jodidamente rara.

—Hola, bebé—JiSung no alcanzó a apartarse, cuando la boca de MinHo se estrelló contra la comisura de sus labios. Cada movimiento apestando a posesividad—. Te estabas tardando en llegar a nuestra habitación así que decidí venir a buscarte.

El pelimorado esbozó una sonrisa adorable, que honestamente habría hecho a su corazón latir con fuerza, si no fuera por la inflexión en su voz al decir aquella precisa palabra: nuestra.

Lo entendía. Las apariencias engañaban, probablemente había parecido que JiSung estaba coqueteando con TaeTae, lo que era inaceptable en el ambiente profesional. Él había ido al hotel como el supuesto novio de MinHo y ese era el meollo del asunto. Buscar pareja cuando estaba trabajando, podía significarle un despido.

Lo que no entendía, sin embargo, era por qué demonios MinHo estaba recurriendo a la táctica de ‘mear encima para marcar territorio’ cuando podían hablarlo en privado, sin la necesidad de actuar como un estúpido cavernícola.

—Mucho gusto—habló TaeTae, interrumpiendo el silencio generado entre ambos. Los ojos de MinHo se despegaron del rostro de JiSung y fueron a parar al tercero, quien sonreía y extendía una mano en su dirección—. Lee TaeYong.

—Lee MinHo—se presentó el pelimorado, estrechando manos con el sujeto. JiSung quería esconderse debajo de una piedra. ¿Por qué esto era tan malditamente incómodo?

—Tú has de ser el novio de SungSung.

JiSung podía jurar escuchar el sonido de los dientes de MinHo rechinando.

—Lo soy. ¿Y tú eres?

—Un amigo—dijo TaeYong, sin dar más detalles. Se volvió hacia JiSung y su sonrisa por fin se hizo sincera—. El tiempo pasa rápido ¿no? Creo que... yo también debería regresar a mi habitación.