T R E S

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Los rayos del sol se colaron por la ventana, aún no quiero despertar, solo quiero seguir soñando y escapar de la realidad en la que me encuentro en esta etapa de mi vida, desde que perdi a mi bebé tengo la sensación de no querer despertar y seguir durmiendo para escapar de la realidad, de que me cuesta dejar ir a Roberto y por mi bien regresar a casa de mis padres. Comenzaba a conciliar el sueño cuando oí que Roberto entró a la habitación, tomó su bata de baño y una muda de ropa y se metió a bañar, creí que era la oportunidad perfecta para intentar tener un encuentro sexual con él, entré con él a la ducha y comencé a pasar mis dedos por su espalda.

-¿Que haces? - volteó y fruncio el ceño con expresión de molestia.

-Bueno, es que yo...
-¡Ahora no Maria! Voy retrasado a la oficina- apartó mis manos de encima suyo, sentí como un nudo en mi garganta se iba formando y mis lagrimas se confundian con las gotas del agua de la regadera, tomó su bata y salió de la ducha mientras yo me quedé ahí sin saber que hacer. Cerré la llave del agua me seque y me vestí.

Roberto ya iba de salida, tomó las llaves del auto e iba de un lado a otro mientras acomodaba su corbata, yo por mi parte preparaba dos tazas de té de manzanilla, coloqué la de Roberto en la mesa y me senté a tomar mi té.

-Ven a desayunar- miré a Roberto mientras acomodaba unos papeles dentro de su portafolio.

-Voy muy retrasado, quizas me habria dado tiempo de hacerlo si no pasaras tanto tiempo durmiendo - me miró, cerró el portafolio y tomó su saco. -Nos vemos al rato -, me besó la mejilla y yo le sonreí. Lavé los trastes sucios y me dispuse a lavar la ropa sucia del día anterior la comencé a sacar del cesto a la lavadora cuando me topé con la camisa que habia usado Roberto el día anterior, tenía un olor distinto, que no era su perfume ni su desodorante y mucho menos mi perfume, sentí como el corazón se me encogía, anteriormente tuve mis sospechas pero por miedo a confirmarlas es que no me habia atrevido a revisar el buró donde estaban las pertenencias de Roberto; dejé la camisa a un lado junto con la demás ropa tirada en el suelo y con un nudo en la garganta abrí el cajón donde él guardaba sus pertenencias, pareciera que no habia nada fuera de lo común hasta que en el fondo del cajón se distinguió un papel para nota color rosa en forma de corazón, éste contenía el nombre de "Estela" y un número telefónico, sentí como si me oprimieran el pecho y comencé a hiperventilar, traté de tranquilizarme y llamé a dicho número sonó un par de veces y la voz de una mujer me atendio: -¿Bomboncito? Te estoy esperando en nuestro lugar de costumbre -, inevitablemente deje escapar un sollozo y la mujer lo notó.

-Disculpe está equivocado.

Entre lágrimas le respondí -¡No! No está equivocado ¿Desde cuando conoces a Roberto?-, mis lagrimas comenzaron a salir.

-Lo siento mucho - respondió la mujer y colgó la llamada.

Ahí entendí muchas cosas que hasta en ese momento me habia sido difícil creer, o mas bien, hacerme a la idea de que estaban ocurriendo. Roberto me rechazaba porque estaba teniendo una aventura con otra mujer, llegaba tarde porque estaba con esa mujer, y yo como su gran estúpida estaba esperando a que el llegara para atenderlo, lavarle y plancharle. Tomé mi celular y le llamé y no me respondía, era mas que obvio ¡Estaba con esa tal Estela!

Los celos me invadieron, me sentía tan poca cosa, tan estúpida, tan fea, si al menos yo no fuera una flacucha pálida y enana Roberto haría lo posible por luchar por nuestra relación, quizás la tal Estela era mucho mas bonita que yo. Lloraba demasiado al punto de gritar, me sentía destrozada por dentro, lo odiaba y me odiaba a mi, pero tampoco quería perderlo, me lavé la cara y salí a buscarlo a su trabajo, pregunte por el con Lupita su secretaria y me dijo que había salido a comer al restaurante de la siguiente cuadra, le di las gracias y me dirigí a buscarlo a dicho lugar pero ahí no estaba, llamé a su celular pero me rechazaba la llamada, le llame una, dos, diez veces y todas me las rechazó, me llené de tanto coraje ¡Maldita Estela! Seguramente estaba con ella, revolcándose en algún motel de quinta.

El Otro Lado Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora