❝ CAPÍTULO II ❞

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El pequeño humano se encontraba en el jardín trasero de su casa, llevaba consigo una pala, una pequeña maceta y aquel diente de león que había sido obsequiado la noche anterior por aquel Enderman.

La noche anterior estuve pensando el porqué aquel Enderman no le había matado ahí mismo, por más que le daba vueltas al asunto no lograba comprenderlo; dejó de lado todos sus pensamientos y optó por plantar de una vez aquel diente de león.

Hecho algo de tierra a la maceta e hizo un pequeño agujero para colocar aquel diente de león tan especial, no era especial porque se la haya dado aquel lindo Enderman, no, no, no...bueno sí pero también lo era debido a que su color y brillo eran aún más fuertes que los de un diente de león normal, ¿Y cómo no?, era por aquella razón que el Enderman se lo había llevado al pequeño Ducki (larga historia del apodo), le recordaba a él por ese brillo tan intenso y especial que le distinguía de las demás flores, sumándole la belleza que este mismo poseía.

Una vez que terminó de plantarlo le hecho un poco de agua para después entrar a su casa y llevarla a la ventana que se encontraba cerca de la cocina, la dejo ahí con el propósito de que le diera algo de sol.

Una vez que se alistó con un par de picos, una espada, algunas antorchas, un mechero y algo de comida se dispuso a salir de casa en busca de Neru para ir en busca de algunos minerales dentro de la mina que había cerca del pueblo.

Estuvieron picando unos cuantos bloques de piedra para toparse con algo de hulla, no era lo que esperaban pero estaban satisfechos, aunque aún así siguieron buscando. Después de un tiempo, KuroPato se atrevió a romper aquel silencio que había entre ellos dos...

-¿Has conocido a alguien que haya sobrevivido al ataque de un Enderman?-preguntó el castaño mientras colocaba una antorcha.

-Sí...no todos mueren cuando les atacan, algunas veces solo quedan mal heridos-dijo la peliazul restándole importancia.

-¿Y es normal que aunque tengan la oportunidad no te ataque?-preguntó mirándola.

-¿Desde cuándo te llaman la atención los Enderman?-

-Creo que desde que casi me asesina uno la noche de ayer...-dijo encogiéndose de hombros.

La peliazul abrió la boca formando un "□", optaron por dejar ese tema de lado y mejor hablar de temas triviales.

Pasaron las horas, esta vez se encontraban ambos regresando a casa durante el atardecer, cuando el castaño regreso a su casa se encontró con un tulipán blanco frente a la puerta de su casa, en busca de alguien que pudiera haberlo dejado ahí su mirada se encontró con un diente de león y un camino de diferentes flores...¿Debería seguirlo?

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