Cristal legítimo

Cap. 2

Llegó hasta donde la ceremonia, a lo que todos se quedan expectantes ante mi llegada; camino entre los nobles y la corte y me doy cuenta de los todos los detalles. Pusieron sillas de madera blanca para que todos se puedan sentar, el arco de flores del jardín fue retocado y puesto con algunos detalles dorados además de guardias en todos los lados que protegen la ceremonia; al estar más cerca veo que el tirano Alair viste de forma distinta, trae un traje oficial pero de sintonía roja con partes de negro pero de túnica blanca y capa roja, además de un collar de oro de un medallón al igual que una diadema delgada con unos rubíes pequeños.

Cuando llegó a su lado me mantengo viendo a dos sacerdotes de la religión de mi reino y el de su imperio. Primero empieza el de su religión a lo que hablan a su idioma pero no la desconozco y sé muy bien su lenguaje a lo que me concreta de que si es una ceremonia oficial y no con mentiras; al terminar la suya, el sacerdote de mi religión se instala frente a nosotros y nos hace sentarnos en las sillas que nos ponen uno de los siervos del palacio a lo que nos sentamos y empieza a recitar la ceremonia de la boda. El sacerdote no quita la mirada melancólica hacia mí y yo no puedo evitar responderle con la misma, a la vez que siento la sonrisa de satisfacción de Alair; la única persona que gana con esto es él.

Termina la ceremonia de ambos a lo que el sacerdote menciona que somos oficialmente marido y mujer. Los únicos alaridos que se escuchan es de la gente del imperio y de algunos guardias, mientras que los de nuestro reino se quedan completamente serios y algunos están enojados ante el rendimiento nuestro. Alair mueve su cabeza cerca de mi oído para escuchar algo.

-El reino ya sabe de nuestro casamiento, solo hace falta lo de tu padre para que los tuyos sepan cuándo ir a la funeral. No me lo agradezcas ahora.

Siento la ira apoderarse de mi cuerpo así como la tristeza por el recuerdo de mi papá, hace unas dieciséis horas estábamos cenando en el palacio y hablando de mis clases de historia del reino que íbamos a tomar juntos...ahora eso no será posible. No sé si mi pesar es por la muerte de mi padre o porque de ahora en adelante tengo un reino en mis manos, es verdad que tengo a mi mamá y este hombre tratará de ocupar todo...pero la corona es de mi familia y ahora yo soy la responsable de ella. Además de que le hice un juramento a mis padres que voy a cumplir.

-Vámonos de aquí.

Dice Alair que fue más bien una orden que un sugerir. Toma mi mano de una forma cortes y rápida, y parecía que fue un gesto romántico pero nadie se cree esa gran mentira ni nada, esto es una completa farsa que nadie se la juega ni por error. Caminamos entre todos siguiéndonos algunos guardias, con Sahari, unas damas y lo que supongo es parte de su corte.

Llegamos hasta las puertas del castillo en la parte del jardín donde las abren, al entrar al palacio me suelta la mano ligeramente a lo que yo me detengo y él camina unos pasos a lo que voltea a verme.

-Les voy a pedir a algunos sirvientes que hagan un cuarto para mí, bueno para nosotros algunas noches.

-¿Qué?

-Déjenos a solas.

Los guardias y su corte se retiran hacia otra parte a lo que yo con un movimiento de los ojos hago que Sahari y las chicas se vayan a otra parte.

-Supongo que entiendes que tú y yo ahora estamos casados y no solo en una sino en ambas religiones.

-No fue una boda de elección y mucho menos de amor, ¿y ahora quieres que durmamos en la misma cama?

-Algunas noches dormiremos juntos pero hasta cuando yo lo diga. Así que da las gracias de que la mayoría de las noches dormiremos en cuartos separados.