Cercando il sole nell'abisso

404 32 31
                                    

Risotto repasaba el pequeño cuaderno donde llevaba registro de sus actividades ilegales, cuando la mayoría de los miembros de su equipo entraban en la habitación. Formaggio, Illuso, Sorbet, Gelato y Melone.

Ghiaccio, irritado, observó acomodarse cada uno en un sofá de la sala de reunión.

Eran ruidosos, sobretodo Illuso y Formaggio, que un poco bebidos, hablaban mas alto.

Prosciutto y Pesci, se habían adelantado para atacar un objetivo en Milán, ahí Risotto los alcanzaría, sin embargo antes deseaba escuchar el reporte de los demás. Aunque por el parloteo asumía que todo había salido a la perfección.

—Ja, esos tipos eran unos idiotas, fue muy fácil— respondió Formaggio a la pregunta que Risotto tenía en mente.

—Mas fácil que acostarse con Prosciutto— agregó Illuso burlón y Formaggio le dió un codazo en un costado.

—¿Que? Es cierto— replicó.

—Dilo cuando esté presente, quiero verlo romperte la cara— ofreció Gelato, abrazado al cuello de Sorbet.

—Ja, el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra —retó Illuso a sus compañeros, confiado que ninguno podría negarlo.

La sala se quedó un momento en silencio.

—Fue una apuesta, no es que me hubiera gustado— escupió Formaggio.

—Hace buen trío— le siguió Sorbet acompañado de una risa de complicidad de Gelato.

—Sus pies son bellísimos— agregó Melone, relamiéndose al recordar.

Ghiaccio bajó la mirada, se revolvió el cabellos mientras apretaba los dientes y balbuceaba algo incomprensible.

—¿Que puedo decir?— Illuso se encogió de hombros —el desgraciado sabe lo que hace.

Todos asintieron con menor o mayor entusiasmo. Y luego miraron a Risotto, que se había quedado en silencio, observando a sus subordinados.

—¿Y el capo tiene algo que contar?— soltó finalmente Gelato la pregunta que todos querían hacer, pero que nadie, excepto un demente con poco aprecio por su propia vida, podría preguntar.

Las miradas fijas de sus compañeros, de pronto lo hicieron sentir la misma incomodidad y vergüenza que tendría un adolescente al ser el único virgen de su grupo de amigos. Por un momento, desaparecer parecía una excelente forma de escapar de la situación, pero un líder no podía huir así nada mas y menos frente a sus subordinados.

—Cambiemos de tema— dijo tratando de continuar con los reportes de misión y repartición de dinero. Pero los otros no soltaban el tema y murmuraban unos a otros.

¿No se han acostado?

Creí que el capo era del tipo de Prosciutto.

Sus poderes de seducción no funcionan con el capo.

La atención de sus compañeros estaba  dispersa, no tenía caso seguir con la reunión.

—Su parte será depositada como siempre, el lunes sin falta. Eso es todo.

Risotto dió por concluida la reunión y salió de la sala, no sin antes dejarles de regalo, agujas y navajas de afeitar en sus bocas.

*****

En el tren mientras miraba por la ventana, un pensamiento, persistente e indeseado comenzaba a atormentarlo.

¿Porqué?

Cercando Il Sole Nell'AbissoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora