capítulo 10

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— Tu y tus ideas.

—¿No te gusta?

—Si me gusta, pero yo me imaginé otra cosa.

Ambos salían de la tienda de tatuajes, Shura pensó que saldría con un tatuaje tal vez un leon en su brazo o la cara de Aioria, pero lo único que quiso él joven leoncito era que ambos tengan una perforación en sus orejas, que los dos usen el par de arete; los dos en el lado derecho un pequeño aro de plata.

—No sería un tonto para tatuarme tu nombre.

—Nos pudimos tatuar nuestros signos...

Aioria giro de golpe su cabeza, para mirarlo —Olvídalo gatito travieso, vamos a dormir.

—Llegaremos tipo una al santuario.

—En realidad quería que nos hospedamos en un hotel cuálquiera y mañana tomar el primer bus hacia la playa. Bueno si quieres.

—Mira ahí hay un hotel— con eso respondía todo, fueron a recoger la moto y a buscar un hotel acogedor en el centro InnAthens, un hotel de tres pisos pero muy bello.

Pidieron una habitación con cama matrimonial; también que tuviera tina con hidromasaje. Aioria ni bien entro se lanzó a la cama enorme —Joder me siento como si fuera mi cumpleaños— Su habitación era muy acogedora hasta tenía un sillón a un costado con su televisión al frente.

—Solo es una cita.

—La mejor cita de mi vida— penso bien —Bueno en realidad es mi única cita— Shura se río —Pero jamás pensé que quisieras complacerme tanto... simplemente no lo merezco, no echó nada para merecerte.

Shura boto los peluches al sillón, para tomarlo por la cintura —Hiciste mucho con solo nacer Aioria, y ni con todos los regalos o viajes que te de podría dar se podría acercarse a todo el aprecio y amor que te tengo, simplemente estoy pagando todos los años de alegría que me diste.

Aioria dejo caer un par de lágrimas, odiaba ser sentimental, pero jamás se imaginó ser correspondido o que su gran amor sea así con él —No, ¿porqué lloras mi leoncito?.

—Soy feliz— se secó sus lágrimas —Tu me haces feliz.

Estuvieron un rato besándose; para ellos no había tiempo ni espacio, solo estaban los dos perdidos en su eternidad —Te parece si nos damos un baño en la tina.

—Muy buena idea.

Shura dejó caer el agua para llenar la tina, mientras Aioria se quitaba la ropa, entro solo con sus apretos boxers —Me hubieras dicho que tenías planeado quedarnos dos días y traía otra ropa.

—No lo pensé en la mañana, lo pensé cuando entramos a "la casa de terror"—  diciendo lo de terror uso comillas ya que en vez de salir con miedo salieron riendo —Como vi que ya oscurecía y que tu la pasabas, bueno ambos la pasamos bien, pensé que un día más no nos caería mal.

—Bueno, eso suena muy tentador.

—Debemos despertar temprano; tomar nuestro desayuno e ir a comprar ropa para la playa; nos damos un baño y nos dormimos.

—Yo no tengo ganas de dormir...— Shura quien le había dado la espalda para probar el agua giro para reñir al joven leon, pero al girar Aioria ya no traía nada, su bóxer estaba en el piso y su miembro estaba muy despierto —¿Te ayudo a quitarte la ropa?—sonaba tímido, a la vez muy ansioso.

La pareja hizo el amor en la tina y continuaron en la cama, los de las habitaciones de su lado pensaron en quejarse a veces, no lo hicieron tal vez por que sabían que es esa sensación, parecían dos recién casados en su luna de miel. Aioria despertó por los besos que su amado le daba en el cuello —Buen día...

—Buen día gatito dormilón ¿vamos a desayunar?.

—Cinco minutos más...

Shura comenzó hacerlo cosquillas, hasta que Aioria derrame lágrimas de tanto reír; bajaron a tomar un desayuno; salieron a comprar ropa y un par de cosas para ir a la playa, decidieron ir en moto; cargaron gasolina; a 20 minutos de la ciudad la playa Glyfada el agua de un color azul claro la arena dorada; a un no había mucha gente, buscaron un buen lugar para sentarse.

Ambos estaban con short del mismo color, solo que Shura llevaba camiseta y Aioria no —Eso es alucinante ¿Vamos al agua?.

—Ven, primero acomodamos las cosas.

La playa se empezó a llenar, las chicas con sus pequeños trajes de baño caminaban de un lado a otro; ya estaba armando la red para jugar voleibol. La joven pareja decidió jugar con las demás personas. Las chicas parecían muy entretenidas de los jóvenes; hasta aquellas que tenían pareja, aunque los jóvenes no prestaban atención a ninguna mujer, ambos estaban en su mundo.

—No quiero que este día acabe —Los dos estaba sentados en la arena cerca del mar, el agua llegaba a sus pies.

—Yo tampoco quiero que acabe, es muy lindo estar así.

—Mañana debo ver como arreglar o salvar mi armadura— se notaba desanimado.

—Aldebaran dijo que te llevaría donde Mu, recuerdas él santo de Aries.

—Debe haber otra manera... que no me involucre con ellos.

—Mu, es diferente.

—Eso me dijiste cuando conocí a los caballeros dorados, sabes lo mal que me fue.

Shura recordó que tuvo que consolar a un pequeño Aioria que estaba sentado debajo de su mesa —Todos me odian— el tener que consolarlo hasta que se quedó dormido en las piernas de Shura.

—Yo se, se que no tuviste la mejor experiencia, pero el único que puede arreglar la armadura es él.

—Cambiemos de tema por favor, este día es maravilloso no lo arruinemos.

Shura no quiso discutir con él así que decidió cambiar de tema —Volvamos al mar —Comieron camaron y en la cena con vista al mar en un fino restaurante con velas y champán.

Llegaron al santuario ya de noche, Aioria entró a su templo, llegó a su habitación y toco la caja de su armadura —Hora de pisar realidad.

Se sentó en la cama —¿Qué debería hacer hermano? —trataba de pensar en su hermano, pero solo pensaba en  Capricornio, tomo su peluche y lo abrazo.

Shura igual estaba en su cama, viendo su peluche —Aioros perdona...

Despertó por que sintió una energía, se levanto de golpe, listo para pelear, apareció Aioria —Hola... se que hace una hora estábamos juntos... es solo que pensé que, bueno te haré caso y mañana me iré a ver Aldebaran, para ir arreglar mi armadura.

—Oh...—a un estaba adormilado.

—Bueno quisiera quedarme aquí... a dormir contigo.

—Ven de una vez.

Aioria fue con él. Ambos estaban en la cama —Si mañana te vas... no se cuanto tiempo estaré sin tenerte.

—Aja— Aioria lo miro —Que pasa...

—Tendré que hacértelo tan bien...que tengas días sin sentarte.

Trago saliva —Solo hazlo con mucho amor.

—No tienes ni idea de cuanto amor te voy a dar.

Odiame...Si puedes [AioriaxShura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora