Alberto 《Degeneración》

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Julio 15. Día 5. 6:23 pm.

En el refugio no había mucho que hacer, pasábamos horas jugando cartas, ya nadie quería hablar del tema de los muertos vivientes, sólo queríamos distraernos un poco, y durante horas de la tarde oímos disparos que venían de la calle. yo al instante supe que no éramos los únicos sobrevivientes cerca, y el juego de cartas se vio interrumpido por ese disparo seco y aterrador que se logró oir, pero teníamos que ver quien había disparado el arma de fuego y el único lugar donde podíamos ver hacia la calle y estar seguro a la vez era desde el balcón de la casa.

Una vez allí, estaban Alex y Daysaac ocultos observando y con las armas en las manos, los vi preocupados más que de costumbre y estaban en completo silencio, así que me acerqué a ellos, también quería ver lo que los ponía tan tenso y diría que asustados, cuando por fin logró ver entre las barandillas del balcón y ver hacía la calle, veo a una mujer en el suelo, no estaba infecta, estaba llorando y temblando llevaba la ropa sucia y llena de sangre, y a su lado un cadáver de otra mujer, era delgada y tenía un disparo en la frente, no entendía que estaba pasando por que ella estaba en el piso no había zombis cerca de ellas sólo esos dos tipos armados con pistolas y detrás de ellos una patrulla de policías.

uno de ellos era flaco con las mejillas hundidas con marcas de espinillas viejas por toda la cara y la nariz larga y delgada, llevaba un gorra roja que tapaba su mirada, vestía una franelilla blanca curtida y con salpicaduras de sangre. El le apuntaba a la mujer mientras el otro sujeto se desabrochaba el cinturón del pantalón. Este era más corpulento de piel oscura con tatuajes de tribales por gran parte del rostro y brazos, no llevaba camisa así que pude ver que aparte de mucho tatuajes tenía muchas cicatrices en el pecho y abdomen, eran dos tipos con los que no me fuera gustado estar en un refugio su pinta transmitía que no eran precisamente buenas personas antes del brote del virus.

el hombre flaco con la gorra le dice a su amigo que ya no se quite los pantalones que lo mejor sería matarla e irse a otro lado, este le respondió que. -Desde que estaba preso sólo pensaba en todas las mujeres con quien quería estar. Y como la mayoría eran zombis era difícil encontrar a buenas mujeres.

A si que pensé que este par de enfermos habían encontrado la forma de salir de prision durante el brote del virus y ahora andaban por las calles libres haciendo de las suyas.

El otro era más grande y corpulento pero parecía tenerle miedo a su compañero, así que le hizo caso y volvió a ajustar sus pantalones, mientras que su compañero se acerca a la chica que está en el suelo, le susurró unas palabras, pero no alcanzamos a oir lo que dijo, pero seguro fue algo aterrador por que la mujer se puso de pie y comenzó a huir de ellos y a cabo de tres pasos el tipo de gorra roja le disparó por la espalda dejándola tendida en el suelo boca abajo sobre un charco se sangre.

luego de eso así como aparecieron se fueron.

me sentí aliviado. pero no dejaba de sentir pena por la mujer asesinada a manos esos matones.

Al irse los dos desconocidos, vi a Alex estaba asustado al igual que Daysaac. Me sorprendió, ellos dos eran los más fríos a la hora de enfrentar a los infectados pero nos dimos cuenta que la naturaleza humana puede ser incluso más horrible que los propios zombis.

Amanecer Zombi. Crónicas de los 9 sobrevivientes  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora