TIEMPO LIMITE [El Juego del Tiempo]

Cap 2

No tenia ni idea de en donde podría comenzar a buscar, revisé la aplicación y encontré mi código, 0173, logre aprendérmela, le mande un mensaje a Chloe con mi ubicación y le dije que viniera, ya había caminado un gran tramo estaba pasando justo ahora por un tumulto de personas, un mensaje llego a mi celular, lo abrí, era del mismo número desconocido que me había enviado los otros dos mensajes, este decía:
<<Ya debes de preguntarte quien soy y porque te mando estos mensajes, bien, por ahora sera mejor no saberlo, te hago perder tiempo sin querer, bien, hay en estos momentos un jugador cerca de ti—mi corazón dio un vuelco después de leer las últimas palabras— sabes lo que debes hacer con un jugador ¿no querrás morir? ¿verdad? bien, el jugador trae una gorra roja con visera negra de manchas blancas, consigo trae una camisa blanca con unas palomas rojas en ellas, sabes lo que debes hacer, matarlo>>
Podía sentir mi corazón latir tan rápido que llegue a pensar que me salia del pecho, una mano toco mi hombro e hizo girarme en dirección a él, la cosa no mejoro, el chico que tomo mi hombro era más alto que yo, de piel blanca, zapatillas blancas y negras, pantalón negro, camisa blanca con un símbolo de dos palomas rojas y un abrigo rojo por encima, una gorra roja de visera negra con manchas blancas. Trague saliva. 
—¿Hola pequeño?—saludo sin más, con una cara de felicidad, mi nerviosismo se notaba a simple vista— tu nombre es Gabriel verdad, veras alguien me hablo de ti— se acerco a mi oído y me susurro— tendrás tu tiempo limite ahora.
Me tomo por el cuello y me tiro al piso luego se sentó en mi abdomen y sacó un cuchillo de su grueso abrigo.
—Fue muy fácil encontrarte— fue interrumpido, un objeto contundente golpeo la cabeza del chico y lo tiro a un lado de mi, me levante rápido y mire en dirección de donde había llegado el objeto y allí estaba mi hermana sudorosa y jadeando.
—Corrí lo más rápido que pude y cuando llegue aquí observe a ese imbécil encima de ti, por eso le tire el jarrón ese de plástico— mi hermana hizo una pausa— ¿a qué se debe esto Gabriel?
—Después te cuento, ahora, lo que te diré sonara raro pero es verdad, para poder seguir vivo necesito matar a ese chico— mi hermana puso cara de asco.
—¿Por qué?—volvió a pregunta Chloe.
—Solo ayudame, mira— señale al chico, este se estaba levantando del suelo.
—Valla valla, dos jugadores, increíble, los matare a los dos y me quedare con su tiempo— dijo mientras se incorporaba y caminaban en dirección a nosotros con su cuchillo en mano.
Se preguntaran que paso con la gente a nuestro alrededor, bien, pues algunas habían salido corriendo, otras grababan con sus celulares, vivimos en una sociedad donde la gente no hace nada ni ayuda en nada, a eso se le llama el síndrome del observador, ningúno hacia nada y todos comenzaron a gritar cuando el chico de camisa blanca tomo a una mujer joven y le acuchilló el estomago, de este comenzó a salir mucha sangre, luego cargo a la chica y nos la tiro a nosotros, la atrpámos pero cuando nos incorporamos ya el muchacho estaba delante de nosotros, me tomo por el cuello y apuñalo mi lado izquierdo del estomago, mi hermana soltó un alarido y con el bolso de la chica muerta le golpeo la cabeza al muchacho logrando nada.
Sentí como la fría y afilada hoja del cuchillo entro y salio de mi barriga, cortándola, comenzó a brotar de mi un liquido carmesí, grite del dolor, exacto, la gente solo grababa con el celular, había una chica muerta y un herido y la gente solo grababa, maldita tecnología.
Como mi hermana se dio cuenta que los golpes con el pequeño bolso no daban resultado tomo de nuevo el jarrón de plástico y golpeo varias veces en la cabeza del chico, este me soltó y callo al suelo, el cuchillo también cayó.
El chico soltó un alarido y se arrodillo en el suelo con las manos en la cabeza— parece que me tengo que deshacer de ti primero maldita perra.
El joven se levantó del suelo algo mareado y tomó por el pelo a mi hermana para luego comenzarle a pegar puñetazos fuertes en el estomago, mi hermana se quedaba sin aire y llego a escupir sangre, en ese momento sentí un fuerte golpe de adrenalina, tome el cuchillo del suelo camine donde el chico, me trepe encima de el por su espalda, eché su cabeza hacia atrás y corte su cuello, hice una larga linea con el filo del cuchillo para que después brotara una gran cantidad de sangre, el chico murió, sentí un gran alivio cuando su mano soltó el pelo de mi hermana, fui donde ella y la ayude a que se calmara seguía escupiendo sangre.
—¿Ahora si me dirás?— dijo entre jadeos.
Yo no podía casi ni hablar, mucha sangre seguía brotando de mi abdomen, busque el celular del chico, un gran problema se hizo presente, su contraseña, no tenia ni idea de que poner y estaba perdiendo tiempo tanto mio como del otro celular.
—¿Qué hago ahora?¿cuál sera su contraseña?—ignore a mi hermana que seguía preguntándome que pasaba.
—¿Para qué necesitas su celular?
—Solo ayudame— si, lo siento, eh estado evadiendo las preguntas de mi hermana pero comprendan de que cuando saben que les quedan poco tiempo de vida lo menos que hacen es desperdiciarlo.
—Mira, es por huella puedes desbloquearlo por huella— hablo mi hermana enseñándome el pequeño circulo de abajo de la pantalla del celular.
Tome la mano del cuerpo inerte del muchacho y probé todos sus dedos, el dedo índice de su mano derecha fue quien desbloqueo el celular, abrí la aplicación le quedaban tres horas y medias, le di a la opción de transferencia puse mi código y observé como el tiempo en mi cronometro aumentaba, ahora tendía ocho horas con cuarenta y cinco, la lucha había durado media hora.
Mire a mi hermana y con poco aliento le dije— necesito curarme.
Ella me ayudo a ponerme de pie, cortamos con el cuchillo el dedo índice del muchacho y nos llevamos su celular, puede que nos sirva de algo más adelante.
La gente a nuestro alrededor había despejado la zona, cuando comenzó la pelea entre los tres todos habían salido corriendo.
Llegamos a un consultorio pequeño y cerca de donde estábamos, al pararnos en la puerta un medico de bata blanca, con la boca tapada con estas cosas que los médicos usan en la boca a la hora de operar, el médico nos observó y nos dijo:
—Vengan chicos, esa herida hay que curarla rápido.
Fue algo raro, el medico se ofreció voluntario y no pidió explicaciones, curo mi herida y le dio a tomar unas pastillas a mi hermana para después decirnos que nos podíamos ir.
—¿Cuanto es?— pregunto mi hermana con mala cara.
—No es nada, cuidence y no se metan en más líos— el medico dio un giro sobre su propio eje y se fue dentro del consultorio caminando con las manos en los bolsillos de su bata.
—Ese médico no me dio muy buena espina que digamos, ¿por que no llamó a la policía después de ver tu herida?¿por que no nos cobro después de la curación de tu herida con lo profunda que estaba? pudo habernos hecho pagar bastante ¡¿y por que coño no hay rastro de la policía?! no es que los quiero cerca en estos momentos pero ya alguien debe de haber avisado— mi hermana estaba muy exaltada.
—No lo creas, en estos tiempos la gente no hace nada por nadie y la policía menos, comienzo a tener hambre—dije.
—Te comprare algo, esperame en ese parque y luego me cuentas que pasa— Chloe se fue a una tienda cerca.
Busque la parte menos transitada del parque y me senté a esperar a Chloe, al poco rato volvió con dos hamburguesas y un par de sodas.
Mientras comíamos le conté que era partícipe de un juego de supervivencia y lo que tenia que hacer.
—Dios—fue la respuesta de Chloe, se aparto de la cara algunos mechones de su rojizo pelo y me miro con sus ojos—no me queda de otra que ayudarte, porque no quiero que mueras.
Me abrazó llorando, fue el mejor momento del día, el cálido abrazo de mi hermana.
Después de terminar de almorzar mi hermana fue a la casa, como era temprano todavía mi madre y mi hermano no habían llegado, ella me aviso por mensaje de texto y fui a casa, me bañe, me puse ropa limpia y metí en una mochila algunas otras ropas más la ropa ensangrentada, si mi madre viera eso se pondría muy mal y pensaría algo malo, mi hermana hizo lo mismo que yo.
—nos vamos— me dijo ella, no estaríamos en casa hasta que el juego pasara, corríamos el riesgo de morir en el intento y eso seria lo peor del asunto pero si no luchábamos yo moriría igual, así que la mejor decisión fue la de matar para poder ganar.