El juicio de los Arcanos se lleva consigo a todas las almas ardientes.
En un mundo como este, ¿qué les queda a los mortales?
Ellos son trece elegidos: trece sin nombre.
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Las personas nacen predestinadas. Su personalidad, su físico, sus metas, sus creencias... incluso sus pensamientos. No basta con querer: para Los Arcanos, aquellos que nacen en Piscis siempre serán ingenuos, y aquellos nacidos en Leo siempre serán arrogantes. Los Géminis serán habladores, los Capricornio, inteligentes. Los Escorpio osados, los Libra precavidos, los Acuario independientes. Los Sagitario serán amigables, los Cáncer sensibles; los Tauro serán ansiosos, y los Aries, impredecibles. Los Virgo siempre serán delicados.
Ellos son trece: Atlas, nacido en Aries; Thais, nacida en Tauro; Génesis, nacida en Géminis; Cerina, nacida en Cáncer; Levi, nacido en Leo; Vida, nacida en Virgo; Lancer, nacido en Libra; Enoch, nacido en Escorpio; Siro, nacido en Sagitario; Kapra, nacida en Capricornio; Arcadio, nacido en Acuario; Pixie, nacida en Piscis; y Orión, nacido en Ofiuco.
En una sociedad con estándares que aflojan solo a los que los cumplen, aquellos que se pierden por el camino son desechados.
¿O quizá no?
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