Capítulo 7.- Matanza y Leyenda

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Sashi pidió al parásito cerrar sus oídos a las palabras de sus enemigos a menos que fueran súplicas de piedad, pero le ayudara a encontrarlos, respiró profundo y corrió con rapidez al interior del bosque, sus sentidos eran superiores a cualquier Kugala y su fuerza infringió terror en aquellos a los que atacaba.

Los desarmaba con fuerza, rapidez y astucia, y los lastimaba bastante al hacerlo, pero solo mató a aquellos que no se rindieron, gastando cada gota de su veneno adormecedor en los que si lo hicieron, casi 37 hombres y mujeres adultos la atacaron ese día, seis al día siguiente despertarían.

Despertaron para ver las hojas de los árboles a su alrededor salpicados de sangre y los cuerpos de sus antiguos compañeros con huecos de colmillos, garras he incluso de los mismos tipos de jabalinas que ellos portaban.

Y solo veintinueve cuerpos hallarían, pues tras semejante esfuerzo Sashi se sintió obligada a llevarse dos de los cuerpos para comerlos, pues sabía que los parásitos en Intri y el lobo querían esa sangre y ella había gastado mucha fuerza por lo cuál le sería muy difícil cazar si no comía.

Asi la leyenda de Sashi, la primera lobomi adulta que vivía en el bosque desde hace tres siglos, inició a expandirse de aldea en aldea, como la leyenda de una carnicera que en su juventud ingresaba a las aldeas a secuestrar y matar niños, mientras cuándo alcanzó la adultez, secuestraba jóvenes que no habían tenido pareja y destruía manadas de lobos y grupos de cazadores numerosos.

Su historia se transformó en un cuento de terror más allá de las amplias tierras en las que habitaba, pero en donde ella vivía era mucho más, la poderosa Sashi era la depredara máxima, su voluntad era absoluta he incuestionable y cuándo su compañero Intri y su lobo al que dio el nombre Jamis, completaron su cambio y el parásito en ellos terminó de transformar sus mentes, se volvieron los primeros de una manada en crecimiento.

Jamis fue el primer Lopiomi adulto en casi quinientos años, era más grande que cualquier lobo y han igual que en Sashi le salió un aguijón paralizante en la cola, además le salieron tres espinas en la espalda las dos primeras encima de sus patas delanteras y la última justo sobre la vertebra que sostenía su último par de costillas, tras sus orejas dos espinas salieron de atrás de sus orejas siguiendo la forma de estas.

Pero la mayor prueba del éxito de Sashi ocurrió un tiempo después de su segundo período de celo, cuándo tras cinco meses de gestación dio a luz a tres pequeños un niño y dos niñas, a los que sus padres les otorgarían el poder del parásito del lobo desde el día de su nacimiento.

Tierras Salvajes.- El Parásito del Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora