mi...mi esposa?

e...ella?

Son las 2:30 de la mañana.
He tenido muchos problemas para conciliar el sueño últimamente, si no fuera por las pastillas que me resetaron, probablemente no lograría, nisiquiera, tener esas 2 o 3 horas de sueño cada noche.
Una sacudida repentina en mi hombro hace levantarme de golpe. Es mi esposa, quien ahora sostiene mi mano muy fuerte.
-¿qué ocurre?-Le pregunto.
-escuché un sonido de golpe, dos veces-
Me responde.
-aaahhg, tal vez fue uno de los perros-
contesto entre mi pesado balbuceo medicado.
Me doy la vuelta, mientras mis ojos se ajustan a la oscuridad del cuarto y apenas puedo alcanzar a distinguir la silueta de nuestros dos gorgies. Ambos, durmiendo profundamente en sus camas.
-bueno...no son los perros, pero si ellos no lo escucharon, estoy seguro de que, entonces, no fue nada-.
El silencio se apodera del lugar.
-mira- continúo- si te hace sentir mejor, voy a ir a revisar, ¿está bien?-
Me levanto y comienzo a buscar mis pantúflas con los pies.
-gracias-. Me respondió después de unos segundos.
encuentro mi camino, cuidadosamente, através de la habitación, asegurandome de no despertar a nuestros sabuesos dormidos.
Me dirijo por el pasillo hacia la cocina, y enciendo la luz de la escalera.
Algo está mal. Los pelos de mi nuca se levantan y de repente toda la fatiga y la somnolencia daban paso a un estado de alerta total.
-Mi esposa...ella murió en un accidente automovilístico hace dos semanas-.
Con quién había estado hablando.
Regreso a la habitación con el miedo aferrándose a mi garganta, doblo la esquina y miro hacia el cuarto.
Mi lado está vacío con las Sábanas al revés. Su lado...sin embargo, muestra la forma inconfundible de una forma humana debajo de las sábanas.
Siento depronto, una mano fria...tocandome en el hombro.