The Meet

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Una semana ha pasado desde aquel horrible día, no había visto a Calum desde ese día y agradecía al cielo por eso.

Había pasado una semana desde la vez que vio a Liam, no volví a ir al hospital, ahora solo iba a la universidad y regresaba a casa y me encerraba en ni cuarto.

Pensando en Liam, seguro ya había salido del hospital, había escuchado que estaban reclutando a más gente y seguro Liam al ser el general tenía que estar ahí.

Sentía miedo por Liam, si se volvía en listar a la guerra no sabía si volvería, además el como general tiene que ir, estaba teniendo una batalla contra mi mente, aparté mis pensamiento y seguí haciendo mis tareas.

Obviamente no pude concentrarme nuevamente, todo era tan distinto, desde que Liam apareció en mi vida ha puesto mi mundo patas arriba.

Ya era demasiado tarde, apagué la lampara de noche y me acosté en la cama tratando de dormir.

(...)

Al día siguiente la misma rutina, me levantaba, me bañaba, bajaba a comer, recibía las indirectas de Isabella y luego me despedía de papá y mamá.

Uno de los chóferes abrió la puerta del coche y entré, a los pocos minutos iba en camino a la universidad.

La llegada a la universidad fue de lo común, me reuní con Paul y llegamos hasta el aula de clase.

Las horas de clases pasaban entre risas de los alumnos y las quejas de los profesores, yo solo ponía atención a las clases y de vez en cuando platicaba con Paul.

Al parecer él tenía una cita con su novio, otra vez iría a casa solo, el estúpido de Paul ya me había cambiado, pero bueno tenía que entenderlo.

La última hora de clases había terminado y la profesora nos dejaba más tarea, estaba un poco cansado y me quería ir a casa.

Además otra vez tendría que irme solo, Paul se iba a ir con su novio, jamás había visto a Paul tan loco por un hombre, pero me sentía feliz por él.

Caminé hacia afuera de la universidad, sumido en mis pensamientos, sentía la mirada de varias personas sobre mí, no les ponía caso y continué caminando.

Tenía que bajar las escaleras de la universidad si quería llegar a la estación, aún faltaba mucho tiempo para que el tren llegara a la estación.

Pasé por una de las tiendas de ropa, ahí es donde compraba todos mis trajes y hasta las lindas bragas que aveces usaba, la mayoría del tiempo llevaba ropa interior de tela suave y bonita.

Sonreí al ver una linda blusa blanca, la tomé del perchero y me probé la suave blusa, me quedaba perfecta, sonreí al verme, tomé la cadena que colgaba de cuello y la apreté en mi mano.

Mis pestañas rizadas me hacían ver más bonito, volví a quitarme la blusa y ponerme la que ya andaba...Tomé la blusa y salí del vestidor.

Seguí buscando algo más para comprar y me encontré con un lindo sombrero, lo tomé y lo puse sobre mi cabeza, la camisa que llevaba lucía perfecta con el sombrero.

También lo llevaría a casa, sonreí y me dirigí hacia la chica de la tienda, ella hizo la cuenta mientras yo sacaba el dinero de mi bolso, pagué 20 libras esterlinas por todo y salí de la tienda.

Seguí el camino a la estación, todo estaba tranquilo, las personas transitaban la calle, no todo estaba perfecto, lo sabía al menos las personas estaban bien.

En el camino un niño se acercó a mí, me quedó viendo por un momento y luego me sonrió amablemente, yo le devolví la sonrisa, era un pequeño niño como de 6 años.

-H-hola señorito Malik - habló tímidamente, no era raro que la mayoría de la ciudad sabían de mi familia, y por ende también de mi.

-Tomé, le regalo esto - me sorprendí al  ver el ramo de margaritas que el menor extendía hacia mi.

-Muchas gracias pequeño, eres muy lindo - sonreí y tomé el pequeño ramo,  acaricié su mejilla haciendo que el menor sonriera.

-¿Qué haces aquí solo pequeño? - pregunté curioso, no me gustaría la idea que estuviese solo en las calles de Londres.

-N-no, m-mi mamá esta allá - señaló hacia el pequeño puesto de flores que había, la señora al verme levantó su mano en señal de saludo y me sonrió, yo hice lo mismo.

-Entiendo - sonreí y olí el suave aroma de las margaritas - muchas gracias pequeño apuesto, ha sido el mejor regalo que me han dado en toda mi vida - el niño se sonrojó y yo me agaché para abrazarlo, él besó mi mejilla y corrió un poco avergonzado hacia donde su mamá, yo lo único que hice fue despedirme de la amable señora y del pequeño niño.

Estaba cerca de la estación, sonreí y caminé hasta llegar a la estación, las margaritas las llevaba en mi mano, de vez en cuando olía el suave olor del ramo.

De mi bolsillo saqué unas cuantas monedas para pagar el boleto del tren, no encontraba las malditas monedas, puse las demás bolsas en el piso de la estación y comencé a buscar bien.

Fue una mala idea hacer eso, cuando al fin pude sacar las monedas, el bolso se me cayó de las manos y por ende se cayeron mis libros y el dinero que llevaba.

Levanté todo y comencé a meterlo en el bolso, estaba distraído haciendo eso que no sentí cuando alguien se puso detrás de mi.

-Al parecer se me han adelantado - esa voz hizo estremecerme, dí la vuelta y ahí estaba él.

Unos pantalones azul cubrían sus piernas y el saco del mismo color adornado con insignias de batallas, los botones dorados que se ajustaban al traje, el sombrero de que usaban los generales y los zapatos negros que se ajustaban perfectamente a él.

Se veía totalmente sexy, la sonrisa que tenía en sus labios, todo era perfecto en ese hombre.

Un hombre que haría que todos le quedasen viendo, el hombre que haría que cualquier mujer cayese rendido a sus pies, al parecer también a mí.

-¿Q-qué haces aquí...Liam? - fue lo único que salió de mi boca al verle de esa manera.

Él se acercó a mí, hasta quedar cerca de mi cuerpo.

-Hola, pequeño atrevido - habló seductoramente mientras tomaba mi cintura y me acercaba a hacia él, su rostro quedando cerca del mío.

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Lo siento por esta porquería en serio :(

¿Les esta gustando?

¿Qué creen que pasará?

Nos vemos en el próximo capítulo ;)

War Zone [Ziam] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora