UNO // Primer Café

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El castaño suspiró por quinta vez en lo que iba de hora, quizás menos, estaba bastante harto de dar vueltas en círculos -porque así se sentía- de un pasillo en otro, mientras buscaba los artículos que le faltaban para su casa, los cuales eran muchos

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El castaño suspiró por quinta vez en lo que iba de hora, quizás menos, estaba bastante harto de dar vueltas en círculos -porque así se sentía- de un pasillo en otro, mientras buscaba los artículos que le faltaban para su casa, los cuales eran muchos.

«"Independizarse es una mierda"» —Se reprochó ha sí mismo, mientras continuaba con su búsqueda, la cual consideraba absurda, siendo que necesitaba de todo para hacer trabajo de reparaciones en casi toda la casa que compró en un dos por tres.

«"Por eso es que dicen, que del desespero, solo queda el cansancio"» —Juzgó nuevamente su subconsciente por haber comprado una propiedad a "buen" precio, sin antes revisar los pro y contras de dicha compra, y ahora, estaba ahí, en la tercera tienda departamental que visitaba en Seúl, ciudad en la que sólo llevaba residiendo tres insignificantes días.

Una vez en el pasillo de artículos de ferretería, se debatía entre cual de aquellos dos Kits comprar, ambos incluían; un martillo, un alicate, una llave ajustable, etc. Sin embargo, la variable eran las marcas, mientras una prometía hacer el trabajo por sí sola -sarcasmo-, la otra era como de plebeyos (porque la diferencia entre precios era del cielo a la tierra).

Exhausto, tomó un kit con un rango de precio entre las dos primeras que había visto y siguió con su búsqueda, no sin antes introducir su kit dentro del carrito de compras, yendo entonces hasta el pasillo de luces, escogió varias bombillas de luces led, algunas recargables, otras normales. Y así se mantuvo por al menos dos horas más hasta que cubrió el pequeño carrito de compras hasta el tope.

Cuando se disponía a pagar, se dirigió por uno de los pasillos y cuando iba llegando al final que optó por doblar a su derecha para ir a la caja a pagar, chocó con alguien.

—¡Joder! —dijeron ambas voces entre sí, creando una armonía sacada de quién sabe dónde.

El castaño se alarmó bastante, por lo que soltó el carrito, que agarraba con ambas manos, y corrió a cerciorarse que la víctima se encontrara en buen estado.

«"Tampoco fue que lo choqué con el automóvil, por lo que debe estar bien... o eso espero"» —rugió su consciencia una vez más.

Tae se acercó al otro hombre, el cual tenía su cabello de un rubio encendido.

«"Ok, aquí tenemos un aficionado con lo oxigenado"» —se quejó muy cruelmente, juzgando sin saber, cómo era su costumbre hacer ya que nadie le podía escuchar sus pensamientos.

—¿Estás bien? —preguntó mientras se agachaba para ponerse a la altura del otro hombro, el cual estaba sentado en el suelo y, al parecer, nada se había dañado, tanto en él, como de los productos que el hombre llevaba consigo.

El hombre se rió y asintió rápidamente.

El castaño le tendió la mano para ayudarlo a levantarse, y fue cuando se percató no solo de su fuerza, sino de su gran tamaño, amplios hombros, bíceps, en fin, era todo un monumento.

Segunda Oportunidad BSEPH (KARD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora