Dear Me

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Una de esas señales es que en el día sólo queremos y anhelamos dormir, cerrar los ojos por ratos que terminan siendo horas. A menudo alargamos las siestas por muchas horas y nos cuesta despertarnos, debemos luchar contra nosotros mismos para levantarnos de la cama. En la noche estamos inquietos y al dormir tenemos pesadillas que parecen reales o en el peor de los casos ni siquiera podemos dormir.

Te acompaña muy seguido una sensación de dolor en todo el cuerpo, tensión en los músculos, mareos e incluso dolores de cabeza sin ninguna causa aparente. Si alguien se nos acerca para preguntar cómo nos sentimos entramos en un vacío donde no encontramos las palabras adecuadas para responder, porque ni siquiera sabemos que sentimos ni como nos sentimos. Solo estamos seguros de que algo muy fuerte, complejo y oscuro está pasando dentro de nosotros pero no hay forma de poder describirlo y lo peor de todo es que no entendemos porqué carajos no podemos liberarnos de ello.

Constantemente nos sentimos perdidos o desorientados y eso pasa porque nuestro cuerpo y mente no están en la misma sintonía y es ahí cuando todas nuestras emociones se intensifican, todo lo que sentimos parece que nos consume las entrañas y no podemos detenerlo, estamos demasiado sensibles y de un momento a otro nos vemos inundados en el llanto. Por un momento sentimos que el corazón va a explotar de amor y en un instante se evapora por completo.

Estamos propensos a tener ciertos ataques de pánico o de ansiedad, la soledad nos invade así estemos rodeados de un mar de personas, irónicamente. Nos sentimos profundamente solos, cuestionamos a todas esas personas que nos rodean y empezamos a desconfiar estando la mayor parte del tiempo a la defensiva.

Nuestros pensamientos son muy oscuros, amargos, odiados, celosos, enojados con respecto a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Esa persona que anteriormente éramos llenas de cariño ahora es un corazón lleno de rencor. Nuestro cuerpo se debilita y cualquier movimiento nos agota. La energía que pierde tu alma también se lleva la de tu físico. Cosas como ir al gimnasio ya no nos hacen feliz, pasó de ser una actividad entretenida a ser un trabajo demasiado duro para nosotros.

El futuro nos asusta y la incertidumbre nos ha vuelto muy inseguros y es que pensar en el futuro nos hace sentir peor. Estamos tan cansados que sólo queremos hacer las maletas y partir a ese lugar desconocido donde nadie quiere estar.

Eso que disfrutábamos ya no nos interesa y mucho menos nos hace reír y es ahí cuando comprendemos que estamos cansados y que ya no podemos más. Necesitamos tiempo, necesitamos sanar.

Si experimentas éstas señales esta es tu oportunidad para darle prioridad a tu alma, descansa tu mente, apaga tu teléfono y desconéctate de todo lo que te rodea y haz tus cosas favoritas, céntrate en ti. Date un baño caliente, canta a todo pulmón tu canción favorita, ve al cine y pasa más tiempo con las personas que amas.
Evita con todas tus fuerzas esos pensamientos negativos y a las personas negativas. Cuando sientas que te invaden, levántate y entabla una conversación divertida con alguien más.

Ya para de criticarte y juzgarte, si prestas atención a lo que tu alma desea puedes eliminar fácilmente todo lo que te hacía sentir agotado y débil. Si te enfocas en pensamientos positivos tu alma te lo va a agradecer por siempre.

Hay algo que es real y no podemos negar. Buscamos el amor fuera de nosotros, anhelamos ser amados cuando la gran verdad es que no hay amor suficiente que pueda colmar un corazón hambriento de amor. Nadie, absolutamente nadie es capaz de llenar ese vacío que uno mismo no se hace cargo de llenar. Por eso llena tu vida de tu propia presencia, cultiva el arte de hacerte feliz y disfruta de la libertad de tu soledad y si es el caso, sé tu mismo el amor de tu vida, el amor que necesitas, el amor que tanto mereces, por eso conócete a ti mismo.

Dicen que los ojos son el espejo del alma por eso mirate en un espejo por un rato y sí, tal vez tengas ganas de llorar y eso está bien, créeme. Pero mientras te miras hablate con cariño y conecta con tu corazón. Abrázate, abrázate cuando estés contento pero sobre todo cuando estés triste o agotado.

Acepta lo que sientes, se amoroso y compasivo contigo. Sal a correr y mientras lo haces grita, libérate, baila. Haz que tu alma se convierta en tu mejor amiga, háblale, ríe con ella. Haz aquello que te conecta con la felicidad.

No temas y di - te quiero igual si estás desanimado, si las cosas no salen como querías. Si estás confundido, triste, aburrido o cansado -

Ponte a tu favor y no en tu contra, conviértete en tu aliado y no en tu enemigo. Pregúntate a diario que necesitas, que te provoca, que te haría bien, detente y escuchate para así conectar con tus sentimientos y obra en consecuencia. Date eso que tanto necesitas, tiempo.

Piensa en ti y di no, cuando quieras decir no. Aléjate de las personas que te hacen daño, mira esas fotos del pasado y llevalas en el corazón. Escucha a ese amigo o amiga que tanto te ama.

Todo lo malo déjalo ir y quédate con esos buenos recuerdos y personas increíbles que la vida colocó en ese momento. Todo cambio viene de la aceptación y no del rechazo, por eso se tu mejor amigo. Aprecia tu día a día, valora los más mínimos detalles como este día, este momento en el cual lees esto. Amate sin condiciones, cree en ti, en tus capacidades, en tus proyectos y en lo que te apasiona.

Aprende a calmar tu mente, a no alimentar el miedo.

Cuida tu cuerpo y nutre tu alma.

Conecta con tu divinidad.

Confía en la vida y ten por seguro

Que lo que crees, lo creas.

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2019 ⏰

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