" My mates "
Giró en el aire una vez más, no sabía diferenciar si las telas forzando sus muslos se tensaron más que sus músculos ante el temor de ceder al suelo en algún instante, pero un par de aplausos por parte de su compañía del Dandelion le aseguraron que había realizado bien su práctica; quizá en dos meses más finalmente podría formar parte de algún espectáculo de las telas, el trapecio había quedado descartado muchos meses antes por la misma muchacha, no deseaba ponerse en tal riesgo, mientras bailara y girara en su aro unas semanas más, estaría satisfecha con su trabajo.
De no ser por tener que compartir las carabinas desde su llegada.
En un comienzo la compañía no le había sobrado, gustaba de pasar horas hablando con la señora Petrova sobre su impactante talento al confeccionar cada uno de sus trajes, y por supuesto, las charlas nocturnas con la multitud de su edad le eran todavía más satisfactorias. Pero pronto todo ello comenzó a recordarle a su estadía en el convento, no había tantas reglas que cumplir, sin embargo, quedaba ese detalle en su ser que no podía ser omitido por más que sus adentros quisieran frenarla: le era un reto dejar de ver a las demás bailarinas con esas medias y pantalones de licra ajustados, ¿cuánto más podría soportar esa tortura? El verlas danzar como los ángeles que eran, el compartir duchas, e incluso habitación, le era verdaderamente injusto, sostenía un gran sentido de autodominio, pero solo esperaba el momento justo de perderse en algún hotel y satisfacer días acumulados de presión y deseo desenfrenado.
Una vez que Nadyja bajó de la tela dando finalizada su práctica dedicó una última mirada a la bailarina a su lado, ajustándose la malla justo entre sus glúteos se dió cuenta de que aquella noche no podría encadenarse a sí misma, ya había tenido suficiente.
El pasar de las horas la prepararon para ser lo más cuidadosa posible, y por supuesto, para tener un gran contenido de imágenes con cuáles fantasear mientras lo hacía, eso causó que su baño con las demás le causara un eufórico entusiasmo, más que de costumbre. Todas se enfundaron en aquellos demoníacos camisones, ¿es que aquello resultaba intencional para hacer sufrir a la menor de su grupo? No dejó de ver esas siluetas danzar conforme avanzaban hasta sus respectivas habitaciones, una de las telas se alzó cuando la mayor subió hasta su litera, dejándole la vista más espléndida a la chica debajo suyo, mientras la otra esperó pacientemente porque Nadyja se acostara en la cama de abajo para así hacerse su espacio respectivo en la cama. Conversaron en lo que justo esa velada le pareció una eternidad, y solo hasta que decidió fingir haber caído en brazos de morfeo las demás no les quedó de otra que terminar apresuradamente su conversación y ser abrazadas por las sábanas.
Nad dejó esperar largos minutos, quería asegurarse de que la chica a escasos centímetros en verdad estaba dormida, y solo así, decidió empezar con su libertad.
Toda la tarde había escrito una lista mental, peleando consigo misma por cuál sería el primer sitio afortunado de recibir su atención, no le había costado tantos minutos llegar a la conclusión de cuál era su merecedor: sus senos.
La ceda era tan delgada que ella misma había tenido que esconder la dureza de sus pezones una vez que se habían empezado a notar frente a ellas, muchas veces logró excusarse culpando al frío, pero luego empezó a quedarse sin motivos, las sábanas hasta su barbilla eran su aliada más fiel. Esa noche no se molestaría en esconder nada, ya estaban tan sensibles, eran las cerezas de un pastel recién salido del horno, y vaya que el calor emanante de su cuerpo podría hacerle competencia. Sus dedos, nada femeninos ni suaves, empezaron con discretos masajes en ellos, amoldando a penas su tamaño, sus pulgares se encontraron con ese punto endurecido hasta torcerlo sin piedad, causando un gran estremecimiento por parte de Nad, y un jadeo ahogado contra la almohada; y así fue, como esa pequeña se tomó el tiempo en masajearlos, pellizcarlos, gozarlos, en su plena juventud, no podía agradecer más las pecas que los adornaban, al menos eso cedería puntos a su favor; más temprano que tarde, eso no le fue suficiente.
Dedicó una mirada más a la chica a su lado, su respiración tan calma y regular le dio la respuesta que quería. La chica elevó sus glúteos al cielo a la vez que deslizaba su ropa interior hasta que se perdió entre la sábana arrugada a sus pies, de nuevo se tomó su tiempo, las yemas de sus dedos elevaron cada vello al exterior, erizando centímetro a centímetro su piel, solo hasta que su diestra sintió la calidad que emanaba su intimidad pudo soltar otro suspiro más, inconsciente de la cantidad de aire que había estado guardando en sus pulmones. Su dedo medio fue el primero en palpar la zona, como ya era bien conocida, supo dónde ir directamente: ese botón de carne encargado de arranques de placer, y con surcos dispersos, el calor empezó a acumularse más y más en su persona.
Nadyja estaba encantada con lo que hacía, sus párpados permanecían cerrados, pues su mente estaba proyectando todas las imágenes vistas aquel día, y vaya que en verdad ella era una muchacha observadora, prontamente sus dedos se unieron a la danza que coordinaron en su sexo, mientras unos segundos se entretenían en un tango en su clítoris, otro más dedicaban otro baile en su entrada; a ese punto, ya no lograba contener ningún gemido, solo agradecía su nueva cómplice que era capaz de amortiguar los sonidos que emanaba, casi confundiendolos con un suave ronquido. Temía moverse más de la cuenta, si bien, la chica a su lado tenía un sueño pesado, no podía dejar de detenerse cada pocos instantes para corroborar que no se había despertado, y luego, no le quedó de otra que permanecer admirando la silueta de su compañera, la calma y el morbo eran una extraña combinación en esa situación, pero ella no podía evitarlo, su moral había saltado a un río para dejarse llevar por la corriente, era incapaz de detenerse a ese punto, ¿Y si...? ¿Y si tomaba un riesgo más? No estaba segura de si era su lado valiente del cerebro que la impulsaba a dejarse llevar por lo carnal y ser descarada, o era por la excitación acumulada por quizá semanas de la última vez que se había tocado, pero algo la llevó a hacer algo arriesgado: se detuvo unos segundos, su corazón parecía querer salir disparado de su pecho, pero cuando alzó la sábana de la chica a su lado, quien le daba la espalda, lo suficiente para poder ver su silueta y esta no se movió ni un centímetro, se animó a más. Cautelosa. Silenciosa. Con discreción... ella elevó ese camisón para dejar en vista los glúteos bien trabajados de una bailarina que amaba su pasión, no pudo explicar la palpitación que dio su interior al ver tal figura, estaba justamente en la mejor posición, dejándole ver todo lo que tenía que ser retratado, en ese instante pensó en lo mucho que le habría gustado saber pintar, habría vendido millones con esa imagen. Quien diría que esa mujer en realidad no estaba envuelta en sueño y dejaba que la otra hiciera lo que quisiera a su merced.
Y así fue, como su noche se transformó en el paraíso; los toques volvieron, sus dedos se hundieron con tanta facilidad que a penas y soltó un quejido, su mirada estaba encadenada a la joven y pronto los anuncios de su orgasmo la obligaron a ser más cautelosa, mordisqueando su propia almohada aguantó cualquier sonido que pudiese delatarla, sus dedos se movieron con más precisión, y cuando finalmente el clímax la hizo estallar su cuerpo se tensó con temor al notar que la figura a su lado soltó un murmullo antes de acomodarse entre el sueño, la sábana. Su corazón parecía sonar por toda la habitación, pero lo había hecho, y no podía esperar más por una segunda ronda.
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Nuevamente algo de actividad por esta semana, espero disfruten de estos pequeños relatos. Y ahora si es promesa, el siguiente que se publicará será sobre la primera vez de dos de mis primeros personajes. 💞
Espero pronto haya más actividad por aquí, mientras tanto seguiré trayéndoles vistazos de todo un poco.
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Honeycomb
RomanceDesde una alumna seduciendo a su profesor hasta una pareja envuelta en pecados. Aquí podrás encontrar historias cortas eróticas sin seguimiento alguno.