• Me encontraba caminando de regreso a casa, mi padre está esperando que le regrese su arco el cual tomé para ir a entrenar sin que mi madre lo sepa, pues para ella sólo los hombres deben batallar y las mujeres somos para sólo procrear y dedicarse a la familia, teniendo a una mujer como monarca y conociendo a Lagertha pensé que esa idea suya iba a cambiar, es evidente que una dama puede tener éxito y poder.
Pero no, mi madre continúa con esa idea y yo por el contrario quiero ser alguien importante en la historia, destacada guerrera como la condesa de Hedeby, o una buena monarca como Aslaug, entonces mi padre suele ayudarme prestándome sus armas en secreto para que pueda ir a entrenar preparándome para batallar en el futuro, pues apenas tengo 13 años y mi sueño es algún día defender fervientemente Kattegat.
Camino con prisa y pensando bastante nerviosa en el dramón de mi madre si llega a descubrir que me entreno para la guerra y más aun cuando sepa que mi padre es quien me lo permite y además deja usar sus armas, cuando de pronto a raíz de una pelea que ignoraba por mis temerosos pensamientos cae secamente alguien tendido justo frente a mí, eso me saca de aquella especie de lapsus nervioso y al bajar la mirada veo que es Ivar, el hijo del rey Ragnar y de la reina Aslaug quien es apenas unos meses mayor que yo en edad, quien había estallado contra el suelo con dureza mientras su hermano Sigurd se alejaba burlándose de él.
Todos saben que Ivar pese a ser el más pequeño es posiblemente quien peor carácter tiene entre los Ragnarsons, entonces al tenerlo en frente pese a que él no me estaba mirando me puso bastante nerviosa, me alejé unos pasos y me puse de rodillas observándolo, por su debilidad la caída era más preocupante de lo normal.
"Estás bien?" Pregunté intimidada mientras lentamente le tendía mi mano temblorosa ofreciendo mi ayuda.
"Parece que estoy bien?"Gruñó elevando su rostro cubierto de lodo para verme, sin poder ocultar una expresión de dolor.
"Ah... Lo siento, sólo quiero ayudarte, ¿me lo permitirías, Ivar?" Respondí con mi voz inevitablemente entrecortada por mis nervios aún extendiéndole mi mano.
El solo bufó con molestia tomando mi mano de inmediato con mucha fuerza.
"Sigurd es una bestia boba, debes estar cansado de él, de que te esté molestando." le hablé más calma mientras le ayudaba a sentarse un momento así pudiera reponer sus fuerzas, tomé un paño de mi bolso y limpié un poco su rostro, entonces me miró con una expresión seria.
"Y tú que sabes? A mí nadie me molesta." respondió tajante a mi comentario, aunque era evidente que Sigurd no dejaba de fastidiarlo por su condición.
"No... Disculpa, pues es que en el campo de entrenamiento suele molestar a todo el mundo y como eres su hermano menor..." me excusé intentando reducir la tensión que expresaba su rostro al hablar del tema.
"Bueno, es un completo idiota y de eso no cabe duda, pero dime ¿te ha hecho algo malo?" me miró con intriga sin poder ocultar su dolor ocasionado por la brutal caída.
"No importa ahora, permiteme llevarte con la curandera para que nos aseguremos de que no te hiciste daño." le dije evadiendo con disimulo su pregunta, realmente me preocupaba más que él estuviera bien.
"Jmmm... Sí, mejor ayudame a llegar donde Helga y Floki, ellos saben como ayudarme." respondió con algo de decepción por quedarse con la intriga.
"Está bien, como usted diga." dije dándole confianza mientras lo ayudaba a ponerse de pié.
Dimos algunos pasos y no dejaba de contener quejidos de dolor, entonces me detuve y le hice reposarse contra la pared de una casa, pues evidentemente se había hecho más daño del que quería admitir y me gustaría saber cómo hacer más por él.
"Oh, Ivar, ¿qué ha pasado?" se acercó de prisa Floki que pasaba como enviado por los propios Dioses, Ivar sudaba intentando lidiar con el dolor y no atinaba a hablar pero me miraba como suplicando que no dijera nada de lo que había visto, algo me hizo entenderlo casi de inmediato.
"Ah... Ha tenido una caída, yo llegué para ayudarlo pero no sé exactamente lo que sucedió, justamente lo llevaba para con usted y con Helga." respondí rogando que no se me escapara una sola palabra, sentía a Ivar inseguro y que podía afectarle si una mínima burla se escapaba hacia él por lo que había pasado.
"Bueno pequeña, voy a llevarme a este muchacho, tú vuelve tranquila a casa" dijo simpáticamente el gran constructor de barcos, entonces cargó a Ivar en su hombro como si fuese un abrigo de piel.
"Estará bien, es un hijo de Ragnar." me susurró, notando la inocultable preocupación en mi rostro por el estado de Ivar.
"Eso espero" dije en un suspiro, mis nervios no eran ahora por mi madre, sino porque el pobre Ivar estuviera bien.
Pasé desapercibida dejando las armas en el taller de mi padre, cargué mi bolso con telas y herramientas de costura, arreglé mi cabello, cambié mi ropa y finalmente entré a la casa.
Pude manener el secreto y las horas pasaron hasta llegar la noche, dejé todo limpio en la casa después de cenar y cuando intentaba dormir algo no me lo estaba permitiendo, todos regaron rumores de que Ivar es un malhumorado y a saber qué mas, pero creo que nadie se ha puesto a pensar en que ya es demasiado su dolor, su miedo y además soportar al imbécil que tiene de hermano, a quien no le importa hacerle daño... Ivar ha crecido oyendo lo fuerte y rudo que debe ser un hombre, debe herirle verse tan débil, tan indefenso como yo lo ví.
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Eɴ ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ʏ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ ⭐
FanfictionElla sueña con hacer historia, el es el gran subestimado, beberán juntos con el tiempo tragos dulces y amargos, ¿qué depararán los dioses para ellos?