🌸 Flor del Infierno 🌸

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23 de Noviembre de 1692, Salem.

5 días han pasado ya.

5 días desde que aquel (horrible) compromiso fue establecido.

Un consuelo es que yo no sea el único objeto de las habladurías.

El Reverendo Parris es objeto de rumores mucho más agresivos que los míos.

Hay quienes lo acusan de dejar en libertad a la bruja.

¿Ciertos serán?

Puede ser o puede no ser.

No tiene importancia para mí.

Mi único anhelo es que esta próxima boda no se realice.

Aradia cerró su diario reprimiendo el indecoroso impulso de arrojarlo al otro lado de la alcoba. Si bien era cierto que ella siempre había sido una señorita muy madura para su edad eso no borraba el hecho de que aún estaba por cumplir los 17, no estaba preparada para contraer nupcias.

- Señorita su madre solicita su presencia en el salón principal.- la sirvienta hizo su aparición sobresaltando a la joven.

- Bajaré de inmediato, puedes retirarte.-

La mujer hizo una inclinación de cabeza a modo de despedida y se retiró para seguir con sus labores.

Mientras bajaba las escaleras pudo percibir el olor a té que venía de la habitación en donde su madre ya le estaba esperando.

Elizabeth Le Fay era una mujer de facciones dulces y severas al mismo tiempo, una madre cariñosa y esposa complaciente; no era muy afine a sonreír (a diferencia de su hija) sin embargo en ese momento se mostraba tan alegre que Aradia adivinó cual sería el tema de conversación aún antes de sentarse en el cómodo sillón de color burdeos. Dejó que la tela de su discreto vestido azul celeste se esparciera mientras cruzaba elegantemente una pierna sobre la otra.

- Eres una dama ejemplar querida mía, prueba de ello es el interés que te profesa el Reverendo Parris.- la matriarca agrandó aún más su sonrisa.- Serás la mujer más envidiada de todo Salem, eres el orgullo de la familia.-

Madre e hija se miraron frente a frente, la menor de ellas considerando expresar su inquietud a su madre a pesar de que sabía que nunca lo aceptaría. Elizabeth debió divisar ese rastro de duda en los ojos de su hija pues su mirada se endureció ligeramente.

- Habla ahora, Aradia Elizabeth.-

- ¿Hay alguna posibilidad de declinar la oferta?- la voz de la más joven sonaba realmente suave a pesar del miedo que comenzaba a sentir.

- ¿Qué has dicho?-

- Que yo no deseo casar-.

La bofetada que Elizabeth Le Fay le propinó a su hija cortó sus palabras. La menor no supo si el golpe dolió más o si fue el hecho de que su madre fue quien le golpeo pero las lágrimas comenzaron a salir sin control alguno.

- Deja de llorar, una dama jamás demuestra sus sentimientos en público.- Aradia soltó un sollozo irritando a su madre.- ¡CÁLLATE DE UNA VEZ!-

Dejó de llorar tragándose sus sollozos, aun así algunas lágrimas traicioneras se negaban a desaparecer.

- Escúchame bien niña.- su madre se puso de pie.- Vas a casarte con el Reverendo Parris y te convertirás en la mujer más influyente de Salem, es una orden.- Elizabeth comenzó a subir las escaleras y se perdió en el piso superior.

Los Juicios De SalemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora