Una corona invisible de hielo
adornaba las llamas de tu cabello.
Tenías el frío en tus manos,
tus ojos,
tus labios...Refugiada en aquel gélido castillo de cristal,
en lo álto de la montaña
y defendida por la tormenta de nieve,
fortaleza a la que nadie podía llegar.Hacías frente a los intrusos
alzando tus manos al cielo.
Y con tu magia,
estalactitas de punta afilada
lanzabas a quiénes temías que te atacaran.No sé si era porque tú eras así,
o si estabas tratando de protegerte.
No sé si no querías volver a sufrir,
pero yo te aseguré que era diferente.
Al fin y al cabo,
a mi también me había decepcionado
mucha gente.Solo sé que jamás podría hacerte daño,
antes preferiría caer al abismo,
a ser de tu desagrado.Entendía que trataras de progeterte,
reina de aquel gélido invierno.
Te esforzabas por ocultar tu corazón
en un cubo de hielo.
Pero el destino quiso cruzarme en tu camino
y dió la casualidad de que yo era fuego.
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Balas Perdidas
PoésieHay quienes dicen que las palabras se las lleva el viento... Hay quienes dicen que vale más un gesto que una palabra... Pero sin embargo, hay palabras que llegan a atravesar un corazón como si de balas perdidas se tratarán...