Cuando estás conmigo (Parte 1)

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Resumen: Tanjiro conoció a Inosuke la primera noche que fue arrastrado por el general Uzui al distrito rojo, su belleza digna de un omega lo atrapó y desde entonces un lento romance se desarrolló entre ambos chicos.

Pero un día la burbuja estalló y Tanjiro deberá demostrarle a Inosuke que no importaba que sucediera, siempre lo amaría.

Datos a tener en cuenta:

Oiran: Primera cortesanas, daban servicios tanto de acompañamiento como sexuales.
Tayu: Oiran de alto rango, sólo servía a hombres demasiado poderosos.
Sancha: Oiran que servían a samurais.
Umecha: Oiran que servían a burgueses adinerados.

Otro punto importante es que tendrá un poco de ¿ooc? ya que Inosuke no creció con jabalíes, sino que fue entrenado en un burdel, pero tratare de mantener su esencia(?).

Sin más, a leer.

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"Observando tu cara, escuchando tu voz, algo tan cotidiano es muy precioso para mí." (When whit me - Kyuhyun)

Cuando estás conmigo

Parte 1

Tanjiro estaba siempre a tiempo en aquel lugar, el burdel se llenaba ese día. Era la única noche en las que las oiran se mostraban al público para dar una presentación, tanto hombres ricos del distrito y trabajadores de clase media podían darse ese pequeño lujo de ver a las mejores chicas del lugar bailar, pues aun entre los hombres ricos era difícil costearse o acercarse a las sancha* y umecha* más codiciadas, y ni hablar de la tayu*, la oirán principal del lugar.

El ambiente olía demasiado a las hormonas de alfa que todos en el lugar desprendían, una competencia silenciosa entre ellos, además de hacerlo también con una pequeña esperanza de llamar la atención de una de las oiran que se presentarían. Tanjiro prefería no participar, no había necesidad.

La música empezó a sonar en el lugar, otras oiran de menor rango tocaban para la presentación principal. Primero aparecieron las sancha y umecha en el escenario, mostrando cada una sus encantos, todas recibían grandes ovaciones y aplausos. En su mayoría eran hermosas omegas, pero también había una que otra beta que casi igualaba la belleza de las omegas. En su presentación, las oiran abrieron un camino para la atracción principal, la esperada tayu, quien era la omega más hermosa del distrito rojo y por lo tanto, la que más valía, siendo cortesana sólo de los señores feudales. El público se volvió loco al verla, pues eran nulas las posibilidades de presenciar su belleza.

En el fondo del lugar, había alguien que no le prestaba real atención a la tayu, pues su vista estaba posada en una de las sacha del lugar que bailaba al fondo. Tanjiro sólo podía ver a la oiran de cabello negro con puntas azules. El pelirrojo sabía bien que era un hombre omega aunque el maquillaje y su femenina cara parecieran decir lo contrario.

Tanjiro era un samurái que rara vez pasaba por el distrito rojo, era algo que no le llamaba la atención hasta hace meses que uno de sus superiores lo obligo a acompañarlo al burdel más extravagante del distrito. Su superior Uzui junto a los demás compañeros del escuadrón estaban festejando la victoria que habían conseguido en su última misión en ese tiempo y no pudo negarse a la invitación aunque hubiera querido.

Tanjiro se sentía un poco incómodo en el cuarto, varias oiran se encontraban atendiendo a sus compañeros, el olor a omegas estaba inundando el lugar. El pelirrojo aceptaba cortésmente la compañía de las chicas, pero no estaba interesado en ir más allá, por lo cual ellas cambiaban de objetivo cuando lo entendían.

El alfa decidió salir a tomar un poco de aire fresco, el olor del lugar lo mareaba, aunque era mínimo, su sentido del olfato estaba más desarrollado de lo normal, por lo tanto los olores eran más agresivos para él. Al salir de la habitación caminó al jardín que el burdel tenía en la parte de atrás, parecía más tranquilo a comparación con lo que sucedía en las habitaciones, podía escuchar a los insectos nocturnos y también el pequeño arroyo que había en el lugar. Se acercó a una de las bancas para relajarse un poco y fue cuando lo vio. La "chica" estaba agachada frente al pequeño arroyo, la luz de la luna sólo intensificaba el negro de su cabello largo hasta los hombros. El kimono azul se veía un poco desarreglado, arrugas y manchas de tierra en la parte inferior, mientras que podía notar sus pies desnudos, las sandalias estaban a unos metros de ella.

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