Cuando estás conmigo (Parte 2)

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"Está es la razón por la que estoy a tu lado." (When Whit Me - Kyuhyun)

Cuando estás conmigo (parte 2)

Ese día Inosuke se sentía extraño, su cuerpo cosquillaba y sentía todo caliente, pero su celo anterior había terminado hace unas dos semanas, por lo cual pensó que se estaba enfermando, el invierno estaba cerca y la temperatura bajaba cada vez más. "Debería empezar a usar kimonos más gruesos", pensó.

Ese día el burdel estaba ocupado atendiendo a unos burgueses con demasiado dinero, por lo que se restringió la entrada a otras personas, Inosuke podía considerar esta noche como una libre, aunque se sentía triste por ser esa la única noche en la semana cuando el samurái de mirada amable venía a verlo.

Era la primera en doce noches que no lo vería, eso era... raro. El chico decidió ignorar sus pensamientos y prefirió hacer su rutina regular de ejercicios, primero se a seguro de que la dueña del lugar no estuviera cerca, si ella descubría que hacía ejercicios que le daban musculatura a su cuerpo lo mandaría a golpear, siendo un omega debía tener un cuerpo delicado y fino, no uno lleno de músculos. Pero a Inosuke no le interesaba eso, él quería ser fuerte, lo necesitaba para proteger a las demás chicas del lugar y con un cuerpo flaco eso no era posible.

Tras un buen rato de rutina escuchó golpes en su puerta, se acomodó sus ropas y se acercó a abrir, extrañado por la interrupción. Cuando deslizó la puerta se encontró con la alegre sonrisa de Kanroji, quien lo saludó con su habitual alegría.

―¿Se ha terminado la fiesta?

―No, aun no, pero me mandaron a hacer otros trabajos, así que fui y ¿adivina que me encontré en el camino? ―dijo mientras pasaba sin permiso a su habitación. Inosuke no dijo nada, ya era normal esa situación.

―No lo sé, odio adivinar, dime que fue y después regresa a tus actividades, se enojaran contigo si no terminas rápido ―la regañó.

―Moh, Inosuke, eres malo ―hizo un puchero―. Y yo que te traje un regalo.

―¿Un regalo? ―preguntó con intriga.

―Sí, un regalo romántico, de amor ―la pelirosa empezó a divagar y el de pelo negro se veía claramente confundido, "¿amor? ¿qué quiere decir?", pensó.

―Bueno, no les hago perder más el tiempo, menos a Tanjiro que debe estar cansado de esperar en la ventana ―Kanroji rió.

―¡Monjiro! ¿En la ventana? ―y antes de que Inosuke pudiera hacer otra pregunta Kanroji se asomó por una de las ventanas de su habitación y ayudó a Tanjiro a entrar.

La boca de Inosuke se abrió con sorpresa, una por ver a Tanjiro en su habitación esa noche, y en segundo lugar por la manera tan fácil que Kanroji tenía para jalar al samurái dentro de la habitación, sin duda aún se sorprendía de la fuerza que escondía la mujer.

―Listo, Tanjiro ―habló la chica cuando el pelirrojo ya se encontraba en el suelo de la habitación.

―¡Wooah! ¡Eso fue impresionante, señorita Kanroji! ―exclamó Tanjiro―. Nunca esperaría ver tal fuerza en una chica como usted.

Tanjiro decía todos esos halagos sin una pisca de malicia en ellos, por lo cual Kanroji se sonrojó y de alguna forma también empezó a dar halagos al espadachín.

―Bien, suficiente, es momento de dejarlos, debo volver a mis deberes antes de que la dueña se dé cuenta. Nos vemos después, chicos ―se despidió―. Que sea una noche llena de amor ―dijo antes de cerrar la puerta del lugar.

Aunque el comentario de Kanroji no era con una idea más allá de que tuvieran una noche agradable conversando juntos, ambos chicos no pudieron evitar pensar en otra cosa que involucraba más acercamientos íntimos. El calor en el cuerpo de Inosuke se intensificó un poco ante el pensamiento y Tanjiro pudo notar un sutil aroma en la habitación que surgía de él.

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