Capítulo 4

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Vivir con una madre alcohólica no es, para nada, fácil, es una adicción bastante compleja. Ese era el diario vivir de la detective morena, desde que tiene uso de razón, su madre, Serena, tuvo ese problema, no era nada raro que al llegar a casa la encontrara ebria. Por varias ocasiones terminó en el hospital. Olivia trató muchas veces buscar ayuda para ella, acudía a centros de rehabilitación, preguntaba por las terapias en doble A (Alcohólicos Anónimos A.A) llevaba folletos a casa pero nada le funcionaba, era como un caso perdido.

-¿Qué pasa? ¿a qué te refieres?

-Elliot yo... todo lo que dije ayer en el bar, es verdad.

-Claro que lo es pero...

-Escuchame, por favor - respiró hondo - estoy en delitos sexuales porque quiero ayudar a las personas, que no sufran, esta depravación deja traumas no solo a las víctimas directas si no también a los familiares, a las personas más allegadas yo lo sé... lo he vivido toda mi vida.

-¿De qué hablas?

-Soy producto de la violación de mi madre - aún con los lentes de sol se veía a la perfección sus ojos llorosos, las lágrimas resbalan por sus mejillas dejando en evidencia su estado.

-Tranquila - con movimientos torpes movió su cabello atrás de sus orejas, descubriendo su rostro, luego le quitó los lentes, ella de inmediato bajó la mirada pero él la detuvo - calma... ¿Ella te lo dijo? - limpió sus lágrimas con la yema de sus pulgares.

-Cuando tuve la edad suficiente para entenderlo - inhaló fuerte - Ahora... Ahora entiendo porque nunca me dijo alguna palabra de amor, siempre fue tan distante conmigo, tan dura a veces.

-Tranquila - se fijó que tenía un golpe en su mejillas debajo de su ojo izquierdo.

-Fue ella... - él no tuvo que preguntar nada para que respondiera - es alcohólica... ayer cuando nos despedimos, fui a su casa con la ilusión de encontrarla sobria y... bueno... estaba bebiendo, traté de hacer que dejara la botella y... lo hizo... - se volteó hasta quedar frente a la barra. Contó hasta diez tratando de recuperar el control de sus lágrimas, bebió un poco de café y cuando se halló más calmada se acomodó de medio lado - ¿eso querías saber? Mi madre es alcohólica y mi padre violador, ¡wao! Debo ser un terrible producto genético... no es lo que esperabas de tu compañera ¿no es así?

-Es verdad, no es lo que esperaba... tú no eres lo que esperaba... superaste al cien mis expectativas ¿Y sabes por qué?... eres mucho mejor de lo que pensé, en realidad no necesitas un compañero y lo demostraste ayer, eres fuerte, lista, inteligente, una gran detective, muy bonita, encantadora, carismática, bondadosa, divertida, y eso que sólo llevábamos dos días conociéndonos, mereces a alguien más calificado... eres esa persona que cualquiera desearía tener a su lado porque eres increíble, eso que llamas "producto genético" No tiene nada que ver, mira lo bien que saliste - hizo comillas con los dedos - soy afortunado.

-¿Enserio?

-Claro que si. Lamento todo lo que has sufrido, Liv.

-¿Cómo? - abrió muchos los ojos de la sorpresa.

¿La llamó "Liv"? ¿eso hizo? Era la primera vez en mucho tiempo que lo escuchaba, desde que estaba en la escuela nadie la llamaba así, sus amigas de la secundaria para ser más exacto. Él tenía una forma diferente de decirlo, era especial.

-Si te molesta, disculpa, no te llamo más así.

-No no, no es eso... es sólo que... nadie me llamaba así desde la secundaria.

Mi Compañera, La Morena De Ojos CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora