Paz.

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Esperaron a Rhonda en su coche frente a la mansión de la pelinegra. Pasaron a comprar perros calientes y se estacionarón como locos acosadores mientras reían y platicaban.

Un poco más tarde la rubia recibió una llamada de Patty pidiéndole una explicación pero Helga sólo le dijo que Rhonda se había vuelto loca y prometió explicarle las cosas al día siguiente en una cena. Patty aceptó algo molesta todavía por no saber nada.

Arnold también recibió una llamada de sus padres pero decidió ignorarlo, no sabía cómo responder con tanta tranquilidad.

-¿Qué les diré? - le preguntó y Helga se puso seria.

-Creo que... Me sentiría tranquila de saber que ellos aceptan nuestra relación, Arnold. -

Él sonrió.

A las nueve de la noche el auto de Rhonda apareció en el camino. Ellos prendieron sus luces para que los viera y ella los miró asustados pero luego hizo un gesto haciendose la importante y les indico que podían pasar.
La reja se abrió el tiempo suficiente para que los dos coches entrarán a la residencia.

Cuando Rhonda bajo del auto los rubios fueron al ataque.

-¡¿Me puedes decir que carajos hiciste?!-dijo una enojada Helga primero.

-¡¿En que estabas pensando?!-siguió su novio que estaba manchado de catsup en la camisa.

Rhonda sonrió cansada.

-Dije la verdad, eso hice. ¿Entramos?-

-No nos quedaremos mucho tiempo.-dijo el rubio y Helga asintió pero la siguieron.

La casa era enorme y solitaria... Las luces prendieron cuando Rhonda aplaudió.

-Ahi esta la cocina. Dejenme quitarme los zapatos.-dijo haciendo lo dicho mientras ellos seguían el camino señalado.

Ya cuando estuvieron los tres en la mesa de la cocina fue que empezarón con la platica.

-Yo te vi, Helga. Esa noche...-le contó todo lo sucedido.

-¿Por qué jamás dijiste nada?-preguntó Arnold enojado mientras Helga procesaba la información.

-Porque... ¡no lo sé! ¡Ella se declaró culpable y toda su familia se fue! ¿Qué pasaría conmigo si hablaba? Una Lloyd no se debe meter en problemas nunca y pensé... no sé que pensé, Arnold. No sé que pensé en ese momento o en los momentos donde sufrías por ella. Simplemente lo deje pasar. ¡A demás ella lo dijo, ella dijo que era culpable!-dijo cansada bajando la cabeza.

-Tu...-hablo por fin Helga. -No dijiste nada porque yo dije que era culpable... ¿no?-

-¡Si!-

-¿Y que sucedió para que hagas esto ahora? ¿Por qué decirlo ahora? - dijo frunciendo el ceño enojada.

-Quería... redimirme.-respondió con la voz queda y luego siguió -Desde que diste a conocer que regresaste con Arnold todos hablan de ello, mis compañeros de trabajo, ¡todos! Hablan de lo mismo y todos hablan mal de tí, dicen que regresaste con él para conseguir algún beneficio y sé cómo eres, sé que su amor pudo con esto y por eso quería ayudarte.-

-¿Ayudarme?-preguntó con ironía la rubia.

Arnold tomó su mano debajo de la mesa.

-¡Tu no me ayudaste! Nos íbamos a marchar Rhonda, lejos de Hillwood y su población que me odia. Nos vamos a ir pronto porque el único lugar que sigue recriminandome lo sucedido es este. ¿Y adivina que? Ahora Arnold tiene que dar cuentas al departamento de policía porque tu nos jodiste con esa declaración que diste en la TV.-

Culpable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora