_Serendipia pensó todo el camino en aquel informante y en su peculiar apodo, mejor dicho, el apodo de su hermano. Javier antes de salir de la ciudad cargo combustible, en la estación pudo hablar con un empleado, solo una pregunta
S: ¿Como es la vida aquí? -Preguntó la menor-
¿?: Si tienes dinero vives rodeado de gente que te protege, ahora si eres un trabajador tienes que ir armado para llevarle la comida a tus hijos
_Con amabilidad terminó de cargar el combustible y tras cobrarle desapareció dentro del local. Serendipia miró el arma que había traído, aunque no pensaba disparar si colocó una bala en la recamara, era mas desconfiada que su compañero.
J: Créeme que aquí no hace falta disparar, mientras tengas el uniforme te tendrán miedo, ellos tienen las armas para matarse entre ellos.
S: ¿Como..?
J: Los barrios mas pobres le roban a los mas ricos, cuando ellos pasan a ser los ricos los pobres les roban, entonces cada uno defiende su patrimonio, cada dia mueren por lo menos dos personas, entre 19 y 21 años la mayoría
S: Entonces pelean por el agua y la comida, pero ¿de donde sacan las armas?
J: El gobierno permite un arma de calibre 45 o superior a cada ciudadano, abrieron muchas armerías donde vendían armas antiguas, con la caída de la unión soviética consiguieron mejorar su equipamiento y hoy en dia cada país que termina una guerra viene a vender sus armas aquí
S: ¿Tienen armas de guerra?
J: La ultima requisa que tuvimos hicimos recuento de lo mas importante, entre las armas algunas Kalashnikov, M4A1, Spas 12, Granadas, Calibres .50 y demás.
S: Dios que están armados
J: Nosotros no utilizamos casi armas, solo en alguna operación especial llegamos a usar mas de un cargador de pistola, todas las armas del almacén solo fueron usadas en el campo de tiro, nuestro fuerte no es el combate.
_Mientras salían vio dos siluetas correr por delante de la camioneta, Javier se enojó porque le hizo frenar, pero Serendipia sintió algo extraño, mas no le prestó atención. Unas cuadras mas adelante tres disparos atraparon el vidrio delantero del vehículo, los tres puestos a la cabeza de Serendipia, pero ninguno impacto gracias a la seguridad que daba un vidrio antibalas.
J: ¿Viste de donde vinieron?
_Preguntó con tranquilidad Javier bajo la mirada perdida de la menor, la cual le apunto un cajón de manzanas que habían en la otra esquina, ambos bajaron del vehículo, pero fue Javier quien se fue a fijar. Pronto un cuarto disparo revelo la posición del tirador, a escasos metros de Javier las balas siquiera lo rosaron, Javier no perdonó y soltó medio cargador tras el cajón que ocultaba al tirador. Serendipia no bajó la guardia, cuando Javier fue a verlo la segunda silueta salió de atrás de un auto para apuñalar a Javier, pero Serendipia pudo dispararle en la pierna antes
S: ¡¿Estas bien?¡
J: ¡Perfecto¡
_Exclamo para la tranquilidad de la castaña, al acercarse al cuerpo notó la peculiaridad del herido y el muerto, no parecían tener mas de doce o catorce años, cuando ella pensó que todo había acabado Javier desenfundó de nuevo su arma y asesinó al niño y dejó la pistola sin huellas en la mano del menor. Al subir al auto Serendipia estaba aterrada, solo eran niños, fue una brutalidad lo que él hizo
S: Dios... ¿Estas loco? el niño no pudo defenderse y lo mataste
J: Él me atacó primero, tu también le disparaste, era mejor asesinarlo y evitar que hablase
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Serendipia el hallazgo afortunado en las montañas
Ficção GeralLa realidad no deja de ser un punto de vista del sujeto afectado por su entorno, entonces ¿que es real? ¿Hasta que punto algo es falso? Son preguntas que se hará Serendipia en su camino por saber la verdad de su país y de ella misma, siquiera saber...