La Aparición

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-¿¡Quién eres!? -pregunté histérico.- ¿¡Qué haces en mi casa!?

-¿Tú casa? -me preguntó.

-¡Llamaré a la policía! -grité.- Así que, dime quién eres y qué haces aquí.

La chica se giró completamente, quedando frente mío.

-Yo debería preguntarte lo mismo -me dijo.

En ese momento, pude ver que los colores que transmitía eran diferentes, nunca antes había visto algo así. Con el sol de repente brillaba, y destello una luz inexplicable que provenía de ella. Es como si el alrededor fuera opaco, gris y sin sentido, y ella fuera un faro de luz. No podía explicar eso, y menos la extraña razón por la que en ese momento me fijé en algo que no tenía nada que ver con la situación.

Al despertar de mi trance inexplicable; doy dos pasos hacia frente, acercándome más a ella. Sin embargo, ella no parece reaccionar, se queda inmóvil e inexpresiva, fijamente mirándome.

<< ¿Dejé la puerta abierta? >> me pregunté a mi mismo, intentando recordar lo que hice recientemente cuando llegue a la casa << ¿Entró por la ventana? >>

-¿De verdad puedes verme? -me preguntó.

Me sorprendió aquella pregunta. No tengo ni idea de porqué me preguntó eso. En mi cabeza empecé a generar la idea de que a lo mejor la chica sufría de algún trastorno.

-¿Verte? -no supe qué decir.- ¿Acaso crees que soy un idiota?

La chica levantó una ceja.

-La gente no suele verme -dice.

-¿A qué te refieres? -pregunté ya irritado por la situación.- ¡Hablas como si estuvieras loca!

El miedo comenzó a disminuir, y lentamente era sustituido por irritación y molestia.

En eso, la chica comienza a caminar y a acercarse hacia mi. Retrocedo al ver que solamente le quedan unos centímetros de distancia entre ella y yo,  sin embargo, ella se sigue acercando sin hacer otra cosa. Cuando por fin me alcanza, fue impresionante lo que sucedió; es como si toda su materia se hubiera desparecido, atravesó su cuerpo a través del mío, y sentí un frio cálido cuando adentro a mí. Me paralice, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, y dejé de respirar por un momento.

-¿Todavía le vas a llamar a la policía?

Ahora al escuchar su voz me resultaba aterrador. Todo parecía una pesadilla, sin embargo, se sentía tan real que empecé a descartar esa idea.

Hace unos minutos enfrente de mi había una chica que creí que se había colado a mi casa, y ahora no hay nada enfrente de mi. Fue cuestión de segundos en los que me di cuenta de que esa chica... no era una chica.

Giré mi cuerpo lentamente con el temor en cada movimiento que hacía, comencé a temblar sin poder controlarme, y sentí esa gota de sudor bajar por mi frente. Cuando por fin giré por completo, la miré a ella mirándome fijamente sin expresión alguna.

El grito se creó en mi estómago, subió hasta mi garganta, y lo solté abriendo la boca sin poder controlar el miedo que surgía en aquel preciso momento. Por puro instinto, salí corriendo y pasé por un lado de ella sin pensarlo dos veces, bajé las escaleras a toda velocidad haciendo un ruido por cada esquina de la casa, cuando llegué a la sala abrí la puerta de la entrada y salí por ese acceso. Seguí corriendo hasta estar lo más posible lejos de la casa. No avancé demasiado, simplemente unos metros de distancia. Fui disminuyendo la velocidad de mis pasos poco a poco, mientras que se emitía el eco por la pequeña colonia. Finalmente me detuve e intente recuperar el aire que no noté que se había marchado de mi sistema. Giré mi cuerpo y miré por donde había dejado muy atrás mi casa, la "chica" no me había seguido, no había nadie más que yo en medio del camino.

El Resplandor De Una EscritoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora