El enemigo

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Satisfacción. Alivio. Esas son las primeras palabras que se me vienen a la mente en este momento.

Después de tantos años, finalmente tenía a Daniel como quería: a mis pies, con la cabeza gacha, suplicando que me compadezca de él.

Nuestra rivalidad había comenzado años atrás, aunque la verdad es que no recuerdo bien porqué. Empezó a ser peor cuando decidió meterse con mi familia, y finalmente se ganó completamente mi odio cuando cometió el error de matar a mi hermana. Ahora al fin cobraría mi venganza.

Debo admitir que después de este largo tiempo buscándolo por el país y persiguiéndolo casi me había acostumbrado a su presencia y sus ingeniosas maneras de escaparse. Casi podría decir que lo extrañaré luego de que le vuele los sesos con la pistola que tengo en la mano.

Casi.

Ese pensamiento se esfuma en cuanto recuerdo a mi hermana desangrándose entre mis brazos, rogándome que vengue su muerte. Y es cuando esa imagen se me viene a la cabeza que aprieto los dientes y siento la sangre hervir. Levanto mi pie y le pego una patada en la cara para que deje de hablar. Me mira desde el suelo, ensangrentado, y me siento poderosa.

Miro la pistola que sostengo en la mano. La he tenido por tanto tiempo que casi siento que forma parte de mí. Siempre me ha maravillado que algo tan pequeño pueda causar tanto daño.

Bajo la mirada y miro fijamente a Daniel. Me mira a los ojos, temblando ligeramente. Está asustado, aunque intenta ocultarlo. No despega nunca la mirada, como si estuviera retándome. Es guapo, y tiene unos hermosos ojos color miel que no había notado hasta ahora.

Enfócate.

Le quito el seguro a la pistola y la apoyo en su frente, entre sus ojos.

— ¿Y bien? ¿Tus últimas palabras? —digo acercando mi cara a la suya—. Y piénsalo bien, sólo tienes una oportunidad.

Sigue mirándome intensamente, sin mover la boca. Comienzo a mover mi pie, impaciente y levanto una ceja.

—Yo... —comienza a decir, inseguro, como tanteando el terreno.

—Vamos, no tengo todo el día.

Finalmente suspira y baja la mirada —Me gustas, Marylin.

Mi cuerpo se congela y la pistola se escurre de mis dedos e impacta con el suelo en un ruido sordo.

—Tú... ¿qué? —pregunto confundida. Llevaba años preparándome para este momento, imaginándome millones de escenarios distintos, pero esto... Esto no estaba dentro de mis planes.

—Me gustas —repite, ahora con más confianza. Al asegurarse de que no me voy a mover, se levanta del suelo y se acerca a mí lentamente.

No sé por qué lo hago. Tal vez los años de soledad, en los que me preparé para finalmente acabar con su vida, aislándome del resto del mundo. No sé por qué, pero el caso es que comienzo a imaginarme la escena en mi cabeza. ¿Será posible que me quiera? No había escuchado a nadie decirme algo así en años.

Y en ese instante le perdono. Me pregunto si podremos ser algo, ya que él parece haber olvidado todo lo que le he hecho. Tal vez yo podría hacer lo mismo. Y mientras más se acerca a mí, pienso que será más fácil.

Su rostro está a centímetros de distancia del mío, y me miran con intensidad. Baja la mirada a mis labios, e inconscientemente cierro los ojos, preparándome para el beso.

El beso que nunca llega.

En lugar de eso, lo que siento es un intenso dolor en las entrañas. Suelto un grito y miro mi abdomen, del que sobresale un cuchillo. Con una mano me lo quito, y suelto un grito ahogado cuando veo como la sangre comienza a chorrear rápidamente. Mis manos están llenas de la sustancia pegajosa y color carmesí.

Caigo de rodillas, ya que no puedo mantenerme en pie. Cuando alzo la mirada, lo veo. Sonríe victorioso.

—No puedo creer que lo creíste. Pobrecilla, lo solitaria que te debes de encontrar para estar así de desesperada... Hasta pareció que olvidaste como le hice a tu hermana lo mismo que te acabo de hacer a ti. Solo que eso fue mejor, fue más lento y más doloroso aún —lágrimas caen por mis mejillas, y me siento débil—. Mándale saludos de mi parte, ¿quieres?

—Púdrete en el infierno, Daniel Brown —logro decir a duras penas.

—Ahí nos encontraremos —responde con un guiño. Cierro los ojos y lo último que escucho es su risa.

* * *

Antes que nada, puede que encuentren cosas mal escritas o mal redactadas. Si es así, por favor háganmelo saber (lo escribí rápido para que no se me fuera la idea y no lo he corregido).

Y volviendo al capítulo.... Uffffff, que gran plot twist, ¿no? ¿Se lo esperaban? Creo que ni yo sabía que iba a pasar

Cualquier cosa no duden en contactarmee!

Charlotte xx

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2019 ⏰

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