Capitulo 1

30 4 0
                                    


cae una gota en mi mano. La vi fijamente por unos cuantos segundos y después cerré mi puño. Segundos pasaron y las gotas siguieron y siguieron, por suerte traía mi paraguas rojo cubriéndome de todas ellas.

Empecé a caminar lento hacia mi destino sin tantas ganas de llegar a él, con una lluvia fuerte pero relajante de fondo, un maullido hizo que me estremeciera un poco. Había  olvidado que Alvoris venía conmigo.

Alvoris era un gato negro, con ojos verdes muy hermosos, que llegó a pararse a mi ventana una madrugada de crudo insomnio en la que no podía pegar un ojo , le di entrada a mi habitación y de ahí no sale si no es conmigo.

Seguí mi camino nuevamente hacia mi dichoso destino, ahora aún más convencida de que no quería llegar a él. Pero algo nuevamente me lo "impidió".

A lo lejos pude escuchar como tocaban unas teclas de piano. Se oían en toda la calle. Y yo por supuesto que me detuve a escuchar. Era una hermosa pero triste melodía.

Y así fue como me desvié de mi destino nuevamente en busca del lugar donde provenía tal cosa, me topé con una casa que se encontraba atrás de la mía, en un ángulo casi perfecto que daba hacía mi ventana, en la que Alvoris se posó cuando tuvimos nuestro primer encuentro. En los últimos seis meses que llevaba en este pequeño pueblo, esa casa nunca llamó mi atención. Y eso que yo soy una persona muy observadora y un poco curiosa, en cuanto a lo que me rodea.

Como si tuviesen mente propia, mis piernas se dirigieron hacia aquella dirección sin siquiera llegar a procesarlo primero, donde la casa misteriosa se encontraba.

Era grande, dos pisos, color blanca y enormes ventanales cubiertos con cortinas rojas. Uno de esos en el piso de arriba, llamó mi atención. Pude ver la silueta de una persona tocando un piano, produciendo esa maravillosa melodía.

-Aldana, ¿se puede saber dónde estabas?- Ví a mí inquieto y alto amigo Ronald corriendo hacia mi en medio de la lluvia, llegó y se metió bajo mi paraguas, venía de mi casa eso seguro. El sabe que siempre pasó todo el día en el bosque leyendo, así que supondré, la pregunta fue retórica.- Estuve como por media hora sentado en la sala de tu casa con un silencio horriblemente rotundo y la mirada matadora de tu padre, con la esperanza de que llegarás, cosa que por la situación en que te encuentro, es obvio que no iba a pasar. - dió por terminado su reproche con un muy dramático suspiro que estuvo de más.

Ronald era mi amigo desde que llegué aquí, el vive a lado de mi casa así que prácticamente es mi vecino. Nos conocimos gracias a que el día en que estaba bajando mis cosas del camión de mudanzas, se me callo un póster de Muse (una de mis bandas favoritas) que pensaba pegar en mi habitación y él estaba en el patio de su casa hablándoles a sus plantas mientras las regaba, se percató de mi pequeño problema al cargar muchas cosas a la vez y decidió ayudarme, gracias al póster de la banda nos dimos cuenta que compartíamos gustos musicales. Así fue como empezó mi amistad con ese raro, sonriente y torpe chico.

-Perdona Ron, pero en realidad no tenía ganas de llegar y alistar todo para mañana. Quería hacer tiempo y olvidarme de todo, para solo llegar a casa y dormir.

-Créeme estoy igual o peor, y eso que he estado un año más que tú en esa basura de escuela. No tienes de que preocuparte, si en la escuela alguien decide tomarte para un sacrificio o vender tus órganos, aquí me tendrás para cuidar bien de Alvoris. - Que considerado. Ron adora a Alvoris tanto como Alvoris a él. El nombrado soltó otro maullido y trepó para estar en el hombro de Ronald. -Aguarda un momento. ¿No estabas haciendo lo que creo que estabas haciendo cierto? - me dijo con una mirada amenazante.

Solo respondí con un gesto de confusión, al no comprender del todo esas reacciones y esos gestos inesperados en su rostro.

-¿Se puede saber qué hacías a cinco pasos de la casa de los Schimeizen?.- En mi vida nunca había escuchado ese apellido.

~HIDDEN~ <<suga/Min Yoongi>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora