Capitulo 2

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Lo primero que mis ojos captan es un piano y un chico tocándolo. No me siento estable al piso pues todo está girando y mi vista no logra enfocar su rostro, pero algo en mi dice que es un alma joven. Veo a Alvoris subir al cordal del piano, mientras el chico lo acaricia con una mano, y con la otra sigue tocando de una manera descomunal.

Decido inspeccionar él escenario en el que me encuentro. Es un salón muy amplio, con un diseño muy sofisticado y en las paredes, del techo cuelga un muy grande y llamativo candelabro negro con piedras de diamantes rojos.

Esa melodía. La he escuchado antes. Volteo a ver la vestimenta del chico, viste un traje negro y su cabello es color menta, un color muy peculiar para alguien normal, y en su oreja, dos perforaciones, cada uno con un arete distinto. Deja de tocar para sacar de su bolsillo un collar con un pequeño diamante en el centro de este muy resplandeciente. El lugar vuelve a girar y mi vista vuelve a desenfocar el lugar.

Necesito llegar a él, quiero verle el rostro. Me acerco haciendo mi mayor esfuerzo, a gatas, apenas puedo. El piso no es estable y me cuesta demasiado, pero al fin me encuentro cerca de él, estoy cerca solo estiro mi mano y...

Mi alarma suena y marca las 6:15 exactos. Anote cada detalle de lo que mi memoria daba y lo guardé en mi diario de sueños, que se encontraba en la mesita a lado de mi cama, porque si, tenía un diario para todo. Frustrada me levante de la cama y me lave la cara, me puse el uniforme sin planchar, y ni siquiera me moleste en cepillarme el cabello. Me vi al espejo satisfecha y con una sonrisa sarcástica en la cara. Odio la escuela.

-Que linda. Te noto distante.- dice mi padre mientras se toma su café mañanero y finge ver la televisión. Me reí. Era obvio que me veía del asco con ese uniforme.

-¿Porqué crees que sea?

-Te irá bien.- dice con una sonrisa de lado.

-Tengo qué irme.-dije tomando mi mochila y encaminándome a la salida.

-¡Suerte cariño!- mi grita desde adentro. Una minúscula sonrisa se plasma en mi rostro mecánicamente, nada me motiva a ir ese patético loquero más que él.
...
Me paré en frente de la entrada de ese repugnante lugar, preparándome para lo que vendría más adelante (seguramente nada bueno). Di un paso dudosa, y más lento de lo que debería di el otro.

Después de hacer el ridiculo con mi estupida manera de caminar debido a mi obvia inseguridad, me adentré y giré la cabeza observando todo el loquero. Mi vista solo enfocaba bichos raros caminando hacía sus jaulas para retacarse de su porqueria semanal de plastas de información que seguramente les serviría para más o menos nada.

-¡Aldi! - Ron llega a mi con su mochila en un hombro y los brazos extendidos. Iluso.

-Ya habíamos hablado sobre esto,¿porque sigues llamándome así? - Baja los brazos convencido de que no le correspondería el abrazo.

Suena el timbre, y según mi horario de curso que me me habían dado desde hace dos semanas antes de entrar, me tocaba la clase de biología. Ron solo me veía mientras se seguía escuchando el timbre sonar.

-Supondré que no sabes cuál es tu salón. -En realidad no tenía idea, maldicion.

-¿Y tú si?

-Acompáñame- seguí al tipo que se dice llamar mi amigo por los pasillos del loquero.

Nos paramos en una puerta y en medio de esta, un pequeño cartel de madera estaba con las letras "B-2". Espere a que él tocara, pero no lo hizo, y yo tampoco. Me miro.

-¿Qué?

-Es tú salón, ¿que esperas para abrir?

-Estupendo. -Abrí la puerta con una mano y con la otra sostuve firme la manga de mi mochila mientras le echaba una mirada matadora a Ron.

~HIDDEN~ <<suga/Min Yoongi>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora