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Hwanwoong se pasó una mano por la cara, estresado, con sueño y con unas ganas de salir en medio de la clase casi incontrolables. Pero si lo hacía, le suspendían el ramo y se atrasaría otro semestre, y él ya estaba lo suficientemente jodido con sus notas como para echarlas a perder por simplemente salir de aquella clase completamente odiosa y detestable para él.

Y bueno, para Hwanwoong habían demasiadas cosas detestables, por ejemplo, las manos sucias y pegajosas, la gente demasiado pegote o habladora, los profesores ancianos de su carrera de kinesiología, que se burlaran de su estatura. Pero lo peor era, muy por encima de todo, que lo criticaran por como se veía.

Yeo Hwanwoong, con 20 años recién cumplidos y en su segundo año de universidad, era un terremoto total. Con un tragus e industrial en la oreja izquierda, lobe y helix en la derecha y un septum entremedio de los orificios de la nariz. Antebrazos, el costado izquierdo de las costillas y por detrás de la oreja marcados con tinta negra en pequeños garabatos y letras que solamente para él tenían un sentido. Hwanwoong era la especie de chico que al solo verle el rostro lo catalogabas como un "rebelde incontrolable". Pero toda su imagen empeoraba si veías su forma de vestir, con bandanas bajo su largo cabello lila desteñido, bomber jackets, pantalones apitillados y rotos con cadenas y camisetas grandes de bandas de rock de ayer y con diseños extraños que él mismo pintaba. Hwanwoong era conocido en su campus por exactamente eso, su apariencia y su mal carácter que dejaba a relucir por la tediosa carrera, aparte de ser sumamente explosivo y cortante. A pesar de ser bastante pequeño, y ser comparado con una mujer por lo bien que se adaptaba la ropa a su cintura estrecha y sus muslos rellenos, tenía una gran cantidad de seguidoras y definitivamente siempre habían chicas tratando de llamar su atención por su simple aura de ser un completo bad boy.

Pero, lo que no sabían, era que Hwanwoong era el ser más inseguro, estresado, gentil y miedoso. Era una faceta que no dejaba a la vista seguido por simplemente no saber desenvolverse demasiado con la gente y terminar hiriéndola o asustándola en el proceso, por lo tanto, no tenía demasiados amigos.

Y aparte, Hwanwoong era gay, y amaba bailar canciones femeninas y eróticas.

Como un milagro caído del cielo, Lee Keonhee, el prefecto de la carrera, había tocado la puerta semi-abierta, interrumpiendo a la chillona, molesta e inocente profesora Ahn explicando Hwanwoong sabía que cosa.

"Profesora Ahn, lamento interrumpirla, pero necesito hablar con uno de los alumnos", la vieja asintió, lanzando un chillido para que se callasen los demás, "Yeo Hwanwoong, acompañame un momento"

Hwanwoong resopló, dentro suyo saltando feliz, mientras tomaba sus pertenencias -que solo era su teléfono y su bolso- para salir, pasando a golpear casi intencionalmente la mesa de una de sus compañeras con su bolso, botando la estuchera de la chica y regando sus lápices, antes de llegar a la puerta y cerrar de un portazo que hizo retumbar la delgada puerta de melanina. Se encontró con Keonhee en el pasillo, el estudiante prefecto de último año que era un cabecilla sumamente idiota si no se trataban temas serios y con un fuerte apego a las camisas grandes y abiertas con camisetas debajo.

"¿Y?", habló Hwanwoong, frunciendo el ceño cuando Keonhee no le dijo ni una palabra y solo se dedicó a observarlo con una media sonrisa.

"Te está esperando en el salón de consejo", le dijo sin borrar su sonrisa.

Hwanwoong apretó los labios, sin saber muy bien a como reaccionar ante Keonhee que sabía su pequeño secreto que ahora le esperaba en el salón. Por lo que con un asentimiento de cabeza, relamió sus labios y se encaminó hacia el tercer piso del edificio, con la sujeta de su bolso apretada entre sus dedos y un poco de tensión sobre sus hombros.

Dios, iba a matarlo si Keonhee decía alguna palabra de lo que sea que supiera.

Subiendo las escaleras de dos en dos, omitiendo el ascensor porque demoraba demasiado, llegó con facilidad al tercer piso, en donde más que nada estaba la dirección, el consejo de profesores, salones de exposición y su destino.

𝑺𝑬𝑪𝑹𝑬𝑻 ⸗ ʳᵃᵛᶰʷᵒᵒᶰᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora