"¡Youngjo, joder!", Hwanwoong se tiró un par de mechones de su cabello castaño, sus ojos lagrimeando un poco por la frustración que sentía en ese momento.
Apretó los labios, aguantando las ganas de llorar y el enojo creciente en su estómago. Miró hacia arriba, intentando por todos los medios no encontrarse con los furiosos orbes de Youngjo que le miraban desde el otro lado de la sala de estar, con los brazos cruzados y una expresión de molestia en el rostro que enfermaba a Hwanwoong.
Llevaban 5 meses de pareja, y aún no se acostumbraban del todo. Luego de aquel desastrozo primer día de novios y haciendolo públicamente cuando Youngjo le comió la boca frente a todos, la noticia había volado como pan caliente por todo el campus y para mediodía ambos se sentían demasiado observados en el almuerzo.
Se lo esperaban, ya que, sinceramente, ¿Qué podía ser más impactante que el correctisimo y recto presidente estudiantil estuviese saliendo con el terremoto y sexy chico "problemático"? Más aún cuando en público jamás se habian cruzado en terminos amistosos y cercanos.
Youngjo había tenido posesivamente una mano en la cintura de Hwanwoong durante toda la mañana, jalándole con él a donde fuera y robándole besos húmedos cada vez que pudiera, eso también era impactante. Desde aquel momento Hwanwoong había notado enseguida el cambio de Youngjo, ya no se veía como el chico amable y servicial que era, ahora tenía una actitud más posesiva y una mirada algo intimidante cada vez que reafirmaba su mano en el hueco de su cintura. Y admitir que eso no había sido caliente era una completa mentira.
Afortunadamente, el puesto de presidente de Youngjo no se había visto comprometido por su relación con Hwanwoong, por lo tanto tenían un peso menos de encíma. Ahora el tema era, las miradas.
Durante semanas se sintieron observados y algo acosados, la gente hablaba a sus espaldas, claro que si. Hwanwoong sentía como su espalda quemaba a la hora del almuerzo, en donde se dedicaba a sentarse en el regazo de Youngjo y acurrucarse contra él demostrando autoridad. Y recordando eso, Hwanwoong se sigue riendo como el día en donde el rumor se esparció, Youngjo le había jalado a sus piernas en una mesa, y tuvo la clara visión de Dongju dejando caer su bandeja del almuerzo y Dongmyeon atorándose con la coca-cola que estaba bebiendo en ese momento.
Pero ahora mismo, y volviendo a la situación en la que estaban, Hwanwoong estaba a punto de explotar de un ataque de histéria en contra su novio.
"Lo vi Hwanwoong", habló con seguridad el de mechas verdes, "¡La puta!", el puño de este impactó contra la mesa de su comedor tan fuerte y precipitada que Hwanwoong sw sobresaltó asustado, mirando nubladamente como rechinaban sus dientes y una vena en el cuello se le marcaba, en cualquier momento eso le hubiese encendido a mil, pero ahora mismo solo quería mandar a Youngjo a la mierda, "¡Te estaba coqueteando, lo vi, lo note!¡Justo en frente mio!", se apuntó a si mismo, "¿Y tú que hiciste?¡Nada! Le seguiste el puto juego, ¿no es así?"
"¡Cállate!", chilló Hwanwoong, soltándo un par de lágrimas, Youngjo se veía enojado, muy enojado, y Hwanwoong realmente ya no soportaba la situación.
Que joder, él sabía que esto iba a pasar, sus personalidades eran una mierda de bomba explosiva que había explotado demasiadas veces ya. Habían peleado ya dos veces esa semana y estaban a jueves, sin contar las miles de peleas anteriores. Y no eran solo de parte de Youngjo, que eran suyas igual.
Y es que desde que oficialmente se volvió parte de la vida cotidiana de Youngjo, se había deshecho de bastante ropa de su armario, empezando por los feisimos pantalones de tela y las camisas a cuadros, al igual de haber partido esos par de lentes a la mitad con tal de que Youngjo no los usase porque no podía apreciar sus bonitos ojos. Y por eso mismo Youngjo ahora estaba más en la mira que nunca por las chicas del campus.